26 de marzo de 2022

MINILECTURA: "EL PODER DE LA INFANCIA", de LEÓN TOLSTOI

-¡Que lo maten! ¡Que lo fusilen! ¡Que fusilen inmediatamente a ese canalla…! ¡Que lo maten! ¡Que corten el cuello a ese criminal! ¡Que lo maten, que lo maten…! -gritaba una multitud de hombres y mujeres, que conducía, maniatado, a un hombre alto y erguido. Éste avanzaba con paso firme y con la cabeza alta. Su hermoso rostro viril expresaba desprecio e ira hacia la gente que lo rodeaba.

Era uno de los que, durante la guerra civil, luchaban del lado de las autoridades. Acababan de prenderlo y lo iban a ejecutar.

¡Qué le hemos de hacer! El poder no ha de estar siempre en nuestras manos. Ahora lo tienen ellos. Si ha llegado la hora de morir, moriremos. Por lo visto, tiene que ser así”, pensaba el hombre; y, encogiéndose de hombros, sonreía, fríamente, en respuesta a los gritos de la multitud.

-Es un guardia. Esta misma mañana ha disparado contra nosotros -exclamó alguien.

Pero la muchedumbre no se detenía. Al llegar a una calle en que estaban aún los cadáveres de los que el ejército había matado la víspera, la gente fue invadida por una furia salvaje.

-¿Qué esperamos? Hay que matar a ese infame aquí mismo. ¿Para qué llevarlo más lejos?

El cautivo se limitó a fruncir el ceño y a levantar aún más la cabeza. Parecía odiar a la muchedumbre más de lo que ésta lo odiaba a él.

-¡Hay que matarlos a todos! ¡A los espías, a los reyes, a los sacerdotes y a esos canallas! Hay que acabar con ellos, en seguida, en seguida… -gritaban las mujeres.

Pero los cabecillas decidieron llevar al reo a la plaza.

Ya estaban cerca, cuando de pronto, en un momento de calma, se oyó una vocecita infantil, entre las últimas filas de la multitud.

-¡Papá! ¡Papá! -gritaba un chiquillo de seis años, llorando a lágrima viva, mientras se abría paso, para llegar hasta el cautivo-. Papá ¿qué te hacen? ¡Espera, espera! Llévame contigo, llévame…

Los clamores de la multitud se apaciguaron por el lado en que venía el chiquillo. Todos se apartaron de él, como ante una fuerza, dejándolo acercarse a su padre.

-¡Qué simpático es! -comentó una mujer.

-¿A quién buscas? -preguntó otra, inclinándose hacia el chiquillo.

-¡Papá! ¡Déjenme que vaya con papá! -lloriqueó el pequeño.

-¿Cuántos años tienes, niño?

-¿Qué van a hacer con papá?

-Vuelve a tu casa, niño, vuelve con tu madre -dijo un hombre.

El reo oía ya la voz del niño, así como las respuestas de la gente. Su cara se tornó aún más taciturna.

-¡No tiene madre! -exclamó, al oír las palabras del hombre.

El niño se fue abriendo paso hasta que logró llegar junto a su padre; y se abrazó a él.

La gente seguía gritando lo mismo que antes: “¡Que lo maten! ¡Que lo ahorquen! ¡Que fusilen a ese canalla!”.

-¿Por qué has salido de casa? -preguntó el padre.

-¿Dónde te llevan?

-¿Sabes lo que vas a hacer?

-¿Qué?

-¿Sabes quién es Catalina?

-¿La vecina? ¡Claro!

-Bueno, pues…, ve a su casa y quédate ahí… hasta que yo… hasta que yo vuelva.

-¡No; no iré sin ti! -exclamó el niño, echándose a llorar.

-¿Por qué?

-Te van a matar.

-No. ¡Nada de eso! No me van a hacer nada malo.

Despidiéndose del niño, el reo se acercó al hombre que dirigía a la multitud.

-Escuche; máteme como quiera y donde le plazca; pero no lo haga delante de él -exclamó, indicando al niño-. Desáteme por un momento y cójame del brazo para que pueda decirle que estamos paseando, que es usted mi amigo. Así se marchará. Después…, después podrá matarme como se le antoje.

El cabecilla accedió. Entonces, el reo cogió al niño en brazos y le dijo:

-Sé bueno y ve a casa de Catalina.

-¿Y qué vas a hacer tú?

-Ya ves, estoy paseando con este amigo; vamos a dar una vuelta; luego iré a casa. Anda, vete, sé bueno.

El chiquillo se quedó mirando fijamente a su padre, inclinó la cabeza a un lado, luego al otro, y reflexionó.

-Vete; ahora mismo iré yo también.

-¿De veras?

El pequeño obedeció. Una mujer lo sacó fuera de la multitud.

-Ahora estoy dispuesto; puede matarme -exclamó el reo, en cuanto el niño hubo desaparecido.

Pero, en aquel momento, sucedió algo incomprensible e inesperado. Un mismo sentimiento invadió a todos los que momentos antes se mostraron crueles, despiadados y llenos de odio.

-¿Saben lo que les digo? Deberían soltarlo -propuso una mujer.

-Es verdad. Es verdad -asintió alguien.

-¡Suéltenlo! ¡Suéltenlo! -rugió la multitud.

Entonces, el hombre orgulloso y despiadado que aborreciera a la muchedumbre hacía un instante, se echó a llorar; y, cubriéndose el rostro con las manos, pasó entre la gente, sin que nadie lo detuviera.

ACTIVIDADES.

1. Por la lectura del título, ¿de qué cree que trata este cuento? ¿Qué le ha sugerido esa reflexión?

2. ¿Qué sabe de Leon Tolstoi? ¿Conoce de qué país es y a qué época pertenece? ¿Podría decir algún título u obra de este escritor?

3. Ahora, vamos a conocer un poco sobre el autor. Vea este vídeo de 4 minutos y realice un breve resumen de no más de 5 líneas.

4. Lea el texto detenidamente. ¿Qué idea general ha sacado del mismo?

5. Vuelva a leerlo y anote aquellas palabras cuyo significado desconoce. Búsquelas en el diccionario. ¿Cuáles han sido?

6. Encuentre en el texto palabras de la familia semántica de "guerrear".

7. ¿Con qué adjetivos ha calificado la masa al reo?

8. ¿Cuál es el tema de este cuento? 9. Establezca la estructura interna del cuento (indice de qué línea a qué línea). Fíjese en cuándo se produce la situación de clímax.

10. ¿Qué técnica narrativa temporal para el desarrollo del cuento se ha empleado?

11. ¿Qué tipo de espacio es en el que suceden los hechos? ¿A dónde se dirige la multitud?

12. ¿Cómo es descrito el protagonista?

13 La gente que se agolpa alrededor del detenido muestra ira y rabia hacia él. ¿Por qué?

14. El guardia apresado parece que acepta estoicamente su destino. ¿Por qué? ¿Qué reflexión interna hace sobre esto?

15. La reacción de rabia hacia el preso se trueca por la de compasión. ¿Por qué cree que se ha dado este cambio en la multitud?

16. La "justicia de la masa" suele ser agresiva, inconsciente, instintiva y feroz. No es, pues, "justicia", pues para ejercerla se necesita moderación, equilibrio, y sobre todo, "desapasionamiento" subjetivo. ¿Considera que el símbolo de la balanza que se emplea para la "justicia" es adecuado? Explíquelo brevemente.

17. Diariamente vemos en la televisión situaciones en las que la multitud, amparada por la masa, que genera anonimato, actúa de manera irracional voceando, diciendo palabras malsonantes, e intentando, incluso, agredir. Ponga dos ejemplos.

18. Hemos visto que el detenido se muestra inicialmente orgulloso y altivo, pero luego cambia su actitud. ¿Por qué? Razónelo.

19. ¿Cree que ha actuado como buen padre el detenido, al querer crear una "mentira piadososa" para su hijo sobre lo que le está pasando?. Justifíquelo. ¿Ha dicho alguna vez una "mentirijilla" de este tipo? ¿En qué situación?

20. ¿Por qué cree que el niño ha conmovido a compasión a la masa?

21. Vea ahora este vídeo que le hará reflexionar sobre lo que ha tratado el cuento. Solo dura 13 minutos:

(debate en clase sobre lo comentado en el vídeo).







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