16 de septiembre de 2018

PROPIEDADES DEL TEXTO. (I).



TEMAS QUE VAMOS A DESARROLLAR
1. Adecuación.
2. Coherencia.
3. Cohesión.
4. Corrección.

Denominamos TEXTO a la unidad básica de comunicación que tiene sentido completo. Éste puede ser una palabra o una multitud de oraciones que tienen propósito comunicativo.

Cuatro son las propiedades que debe cumplir un texto para que podamos considerarlo como bien construido: adecuación, coherencia, cohesión y corrección.

Tomado de: https://drive.google.com/file/d/0B8Nt_nRCFPmyTldRRHZjWE1HbnM/view?usp=sharing 

1. ADECUACIÓN.


Un texto es adecuado si consigue el propósito o intención comunicativa(que veremos más adelante) que se marcó el emisor, esto es, si se ha adaptado a la situación en la que se produce la comunicación. Por ello habrá de tener en cuenta:

a) la situación comunicativa (cotidiana o formal),
b) el receptor

al que va dirigido el mensaje, contemplando el mayor o menor grado de confianza, estatus y jerarquía (fórmulas de respeto y distancia o trato familiar y amistoso: usted-- tú),
c) el nivel de formalidad (registro coloquial, estándar, culto) con arreglo a las características del receptor (más o menos culto),
d) el tema que se trata (en función del receptor), con mayor (tecnicismos) o menor léxico especializado (vulgarismos, lenguaje de argot),
e) el canal utilizado (oral o escrito).
f) la oportunidad del tipo de texto empleado. Que en esquema quedaría así:

Por ello, para comprobar si un texto es adecuado o no, debemos plantearnos las siguientes preguntas:
a) ¿Quién produce el texto?
b) ¿Con qué intención (informar, convencer, regular-guiar-instruir, producir belleza, anticipar)?
c) ¿En qué situación se encuentran ambos y ámbito de uso empleado (formal, informal...?
d) ¿A quién se dirige (emisor real, ideal o implícito, concreto o explícito, único o plural, sexo, clase social, grado de instrucción...)?
e) ¿Qué tipo de relación mantienen el emisor y el receptor y cómo se dirige a él (cómo lo cita, lo interpela, hay complicidad con él, le pregunta, le increpa, distancia, proximidad…).?
f) ¿Es adecuado el nivel de lenguaje empleado (vulgar, informal, culto) y el registro o variedad lingüística (idiolecto, geolecto, sociolecto, fasolecto)?
g) ¿Qué tema se trata? (serio, jocoso, académico...).
h) ¿Qué canal se utiliza (oral o escrito, audiovisual, podcast...)?

h1) Si oral: ¿El tono, volumen, gesticulación, velocidad, etc... son correctos?
h2) Si escrito: hay que fijarse en la tipografía (comillas, negritas, mayúsculas, versalitas, cursivas...), ortografía, disposición (márgenes, columnas, espaciados...)) imágenes y signos especiales (exclamaciones e interrogaciones, siglas, extranjerismos, numeración, símbolos, emoticones, etc.). Distinguir el tipo de canal escrito: libro, periódico, whassap, correo electrónico, chat, etc.

i) ¿Es apropiado el tipo de texto empleado (lenguaje literario, periodístico, publicitario, técnico-científico, jurídico-administrativo, humanístico-académico; texto expositivo, argumentativo, narrativo, descriptivo, instructivo, predictivo, retórico, conversacional)?

El esquema de todo esto quedaría del siguiente modo:

2. COHERENCIA.

La coherencia es una propiedad del texto que se relaciona con la organización de la información y con el conocimiento que comparten el emisor y el receptor sobre el contexto. Para que haya coherencia debe haber una relación lógica entre los significados del texto.

Un texto será coherente cuando toda la información que contiene está relacionada con el tema, esto es, todas las ideas están relacionadas entre sí y referidas a un mismo tema. Si alguna idea no lo está, entrando en contradicción, entonces se produce incoherencia.

Así, a cada párrafo le corresponderá una idea.

En un texto coherente se da una progresión temática consecutiva, una progresión de la información (de ahí que hablemos de idea principal y secundarias), siguiendo un orden lógico y estructurado (según el tipo de secuencia textual que se de en en cada caso: secuencia narrativa, secuencia descriptiva, secuencia argumentativa, secuencia expositiva, secuencia dialogal, instructivo-prescriptiva, predictiva y retórica o poética).

Estas secuencias generarán una estructura homogénea (cuando todas las secuencias son iguales) o hetereogénea (cuando hay mezcla de tipos de secuencias).

Todo texto consta de tres apartados: introducción, desarrollo y conclusión.


3. COHESIÓN.

La cohesión es una propiedad de todo texto bien construido en el que cada enunciado se relaciona con los demás mediante procedimientos léxico-semánticos, gramaticales y lógico-sintácticos.

Un texto está cohesionado, tiene cohesión, cuando el léxico que contiene está formado por palabras relacionadas entre sí (generalmente por reiteración semántica: bien por sinonimia, antonimia, hiperonimia o hiponimia; o por procedimientos de sustitución, a través de los pronombres), y por párrafos y enunciados conectados lógicamente mediante nexos adecuados (los llamados conectores: que son conjunciones o locuciones conjuntivas).
Para esta cuestión hay que fijarse en cuál es la palabra clave que sintetiza el tema del texto. Por regla general es el término que más se repite.
Además, hemos dicho que debemos prestar especial atención a las palabras o grupos de palabras que sirven para unir ideas expresando claramente el modo en que se relacionan entre sí, y que denominamos "conectores". Existen diversos tipos de conectores, según sea el texto oral o escrito. Aquí nos centramos, inicialmente en el texto escrito:

de adición, que son aquellos que permiten añadir información, seguir hablando sobre un tema o presentar elementos adicionales: además, asimismo, del mismo modo, de la misma manera, igualmente, no sólo... sino también..., también.

de causa, que expresan la causa o la razón de ser de algo: a causa de, como, dado que, debido a, gracias a, por culpa de, porque, pues, puesto que, visto que, ya que.

de condición, que presentan acciones o hechos cuya realización (o no realización) es necesaria para que se cumpla otra acción o hecho: a menos que, con la condición de que, con tal que, con tal de que, si, siempre que, suponiendo que.

de consecuencia, que introducen acciones o hechos que son consecuencia o resultado de otras acciones o hechos: a consecuencia de, así, así que, de ahí, en consecuencia, entonces, es por eso que, por consiguiente, por esa razón, por eso, por lo tanto.

de finalidad, que expresan la finalidad, el objetivo, el propósito, el fin, etc., de una acción: a fin de, a fin de que, con el fin de, con el fin de que, con el objetivo de, con el propósito de, con la intención de, con el objeto de, de manera que, de modo que, de tal manera que, de tal modo que, para, para que.

de ilustración o aclaratorios, que permiten desarrollar de modo más preciso una idea mediante aclaraciones, reformulaciones, precisiones, ejemplos, etc.: a saber, así, en efecto, en otras palabras, es decir, o sea, esto es, por ejemplo.

de oposición o adversativos, que introducen ideas opuestas, contradictorias o incompatibles. Sirven para formular una oposición, una restricción o una objeción: a pesar de, al contrario, aunque, comparado con, de lo contrario, en cambio, en comparación con, mientras que, no obstante, pero, si no, sin embargo.

de orden, jerarquía o cronológicos, que se usan para introducir un tema o para situarse en él haciendo referencia a acciones o hechos que ya se han mencionado o que son conocidos por los intrelocutores: ante todo, antes de nada, antes que nada, después, después de lo cual, después de lo dicho, en primer (segundo, tercero) lugar, en principio, en último lugar, finalmente, luego, para copncluir, para empezar, para concluir, por otra parte, por otro lado, por último, por una parte... por otra..., por un lado... por otro..., primero (segundo, tercero, cuarto...)=, sobre todo, y así sucesivamente, y además.

de referencia, que pueden utilizarse para exponer de modo ordenado una serie de ideas o argumentos, ya sea simplemente estableciendo una secuencia o bien jerarquizando las ideas de acuerdo con su importancia: a propósito de, al respecto, con respecto a, con respecto de, como he(mos) dicho, como se mencionó anteriormente (más arriba, en el anterior párrafo, en el anterior capítulo...), con relación a, con respecto a, con respecto de, de esta manera, en cuanto a, en este caso, en lo que respecta a, en lo relativo a, según.

de resumen, que se utilizan para cerrar o acabar un razonamiento, ya sea resumiendo los puntos principales o presentando una conclusión que se desprenda de lo dicho: como he(mos) mostrado, en conclusión, en definitiva, en pocas palabras, en resumen, en síntesis, en suma, para resumir.

de temporalidad, que permiten situar acciones o hechos en el tiempo, bien respecto a otras acciones o hechos, bien respecto al momento en el que el locutor habla: a partir de ahí (de aquí), actualmente, ahora, ahora que, al final, al principio, antes, apenas, cuando, desde, desde entonces, después, durante, en nuestra época (nuestro tiempo, nuestros días), en otra época (tiempo, días), enseguida, entonces, hasta, hoy en día, luego, más tarde, mientras, mientras que, mientras tanto, una vez que.

RECORDEMOS:

SINONIMIA: cuya etimología griega es σύν (syn, "con -el mismo-"), y el sustantivo ὄνομα (ónoma, "nombre").
Son palabras que tienen un significado muy parecido (nunca suele ser exacto).
En ocasiones, los sinónimos son contextuales, esto es, sólo se dan en un texto y contexto determinado, pero no en el resto.
Ejemplo: ajuar, atavío, atuendo, equipo, indumentaria, muda, prendas, ropa, trajes, vestidos.
Los sinónimos (e hiperónimos) se utilizan para no repetir una misma palabra en un texto.

ANTONIMIA: cuya etimología griega es ἀντι- (anti-, "contrario, opuesto") y el sustantivo ὄνομα (ónoma, "nombre").
Palabra cuyo significado es opuesto, esto es, significa lo contrario de otra.
Esta oposición, según su significado, puede ser:

gradual, cuando podemos graduar la oposición, pudiendo decir que es más o menos *. Así, entre frío y caliente, tenemos situaciones intermedias, como tibio, templado, helado, pudiendo decir que es más o menos frío o caliente; entre hermoso y feo tenemos situaciones intermedias como bonito, lindo..., pudiendo decir que es más o menos hermoso o feo; entre blanco y negro tenemos situaciones intermedias como gris..., pudiendo decir que es más o menos blanco o negro;
recíproca: porque la oposición en realidad es implicativa (no puede exitir el uno sin el otro), como vemos en la oposición antonímica suegro-yerno, que implica que si uno es el suegro el otro necesariamente es el yerno, y al revés; o en la oposición médico-paciente, que implica que si uno es el paciente el otro es el médico; o en comprar-vender, que implica que para vender algo alguien tiene que comprar; o en enseñar-aprender, recibir-tomar, etc.
► y excluyente: donde se excluyen, anulan, necesariamente los dos términos, sin posibilidad de gradación, como vemos en las antonimias muerto-vivo, soltero-casado, inocente-culpable, sano-enfermo, etc., en los que si se da uno no se puede dar el otro.
Si nos fijamos en su forma, podrán ser:
morfológicos o gramaticales o de negación, porque están creados con prefijos, generalmente de negación, (como a-, anti-, contra-, des-, i-, in-, im-, sin-...), como en el grupo de antónimos normal - anormal, colocar - descolocar, cansar - descansar, paciente - impaciente, completo - incompleto, tratable - intratable, vidente-invidente,

léxicos, cuando se construyen con formas léxicas diferentes como en vidente - ciego, divertir - aburrir, hola - adiós, paz - guerra, vivir - morir, dulce - salado, cielo - infierno, etc.

HIPERONIMIA: cuya etimología griega es ὑπέρ (hypér, "sobre") y el sustantivo ὄνομα (ónoma, "nombre").
Es una palabra con una significación tan amplia que incluye los significados de otras más precisas o específicas (a las que llamamos hipónimas), de modo que podría sustituirse por cualquiera de ellas.
Así, "mes" sería hiperónimo de cualquier mes más específico, como es enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre.
Ejemplo:
► el hiperónimo vestuario engloba a palabras (hipónimos) como pantalón, camisa, suéter, falda, vestido...;
► el hiperónimo cereal engloba a palabras como arroz, avena, cebada, centeno, escanda, espelta, fonio, maíz, mijo, quinua, sorgo, trigo, triticale...;
► el hiperónimo planetas engloba a palabras como Júpiter, Marte, Mercurio, Neptuno, Saturno, Tierra, Urano y Venus.

HIPONIMIA: cuya etimología griega es ὑπό (hipó, "bajo, debajo") y el sustantivo ὄνομα (ónoma, "nombre").
Es una palabra cuyo significado es más específico que el de otra en la que está englobada. Las palabras hipónimas poseen todos los rasgos semánticos de su hiperónimo correspondiente.
Así, "minuto", "segundo" y "hora", "día", "mes", "año", "lustro", "siglo" y "década" son hipónimos de la palabra "tiempo".
En ocasiones, una palabra hipónima, a su vez, puede ser hiperónima de otros hipónimos. Por ejemplo, en la imagen que hemos puesto más arriba, el hiperónimo alimento tiene como hipónimos palabras como carne, pescado, fruta . A su vez, "fruta" es hiperónimo de los hipónimos "naranja, manzana, fresa". E, igualmente, naranja es hiperónimo de los hipónimos "valencia, navelina y salustiana".

4. CORRECCIÓN.


Un texto tendrá corrección cuando respete las normas académicas que rigen el uso correcto de la lengua. sin errores ortográficos, morfosintácticos, uso adecuado del léxico, etc.





3 comentarios: