8 de junio de 2015

Prioridad de la emoción sobre la acción. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA LÍRICA.


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K. Spang (Géneros literarios. Madrid: Síntesis, 2000) nos estableció las siguientes características esenciales de la lírica:

1) ORALIDAD. La lírica nació para ser cantada, para ser percibida en todos sus matices por el oído: es esencialmente fonética, de ahí que se componga de ritmo y musicalidad.

No obstante, la lírica ha desarrollado facetas también visuales (poesía visual), icónicas, con métodos como los caligramas, collage, quebrantahuesos, orografías, acrósticos, etc…

2) SUBJETIVIDAD E INTIMIDAD. La lírica cumple, ante todo, una función expresiva ya que es un medio de expresión de la intimidad y de las experiencias más personales o subjetivas del poeta, que transmite sus sentimientos, emociones, estados de ánimo o ideas.

Este yo poético no debe identificarse directamente con el autor (aunque no cabe duda de que, en buena parte de los casos, guarda similitudes con este), pues son frecuentes los textos en los que el poeta, para transmitirnos su mensaje, se “enmascara” tras otro “yo” que no es necesariamente imagen de sí mismo.

3) INTERIORIZACIÓN. En la lírica, la descripción de los elementos reales o la narración de hechos sirven siempre para evocar el estado emocional del poeta. Por ello, uno de los rasgos esenciales es la “interiorización”: lo externo se aprehende como interno.

4) CONCENTRACIÓN Y BREVEDAD. La forma de los textos líricos presenta, además, otra característica fundamental: la concentración y la brevedad, ya que son producto de la interiorización de experiencias que se despojan de elementos que se consideran accesorios o anecdóticos.

5) UNICIDAD DE FORMA Y CONTENIDO. Por eso, para la correcta interpretación de un texto lírico es importante tener en cuenta que la forma del mensaje y su contenido son dos aspectos inseparables.

6) PREDILECCIÓN POR LA INSTANTÁNEA. La brevedad lleva consigo la predilección por la “instantánea” y la profundización en un aspecto.

7) PREDOMINIO DE LA FUNCIÓN POÉTICA DEL LENGUAJE. Además, esa brevedad genera la acumulación de recursos expresivos, importando más la evocación que la designación del referente de la realidad extraverbal, de ahí que, de las funciones del lenguaje, la que predomine sea la poética.

Para interpretar eficazmente un texto poético es necesario desentrañar el sentido figurado o connotativo del lenguaje, es decir, la palabra poética no se agota en un solo significado; no es, como en el lenguaje común, simple sustituto del objeto al que se refiere, sino que su significado se ve acompañado de distintas sugerencias y sentidos que sólo pueden apreciarse en su contexto.

8) CARENCIA DE HISTORIA. La consecuencia inmediata de todo esto es la renuncia a la trama argumental. La lírica no tiene ‘historia’.

9) VERSIFICACIÓN. La finalidad estética y la voluntad de forma, común a todos los textos literarios, se manifiesta en la lírica, frecuentemente, a través del verso, elemento esencial para crear el ritmo y la musicalidad. Para ello se sirve de la regularidad silábica, de la rima, de las repeticiones, etc.

10) RITMICIDAD. No obstante, la rima y el verso podrán aparecer o no en el texto lírico (en ocasiones el autor decide, conscientemente escribir poemas sin rima y poemas en verso libre o incluso en prosa) pero los textos líricos siempre tienen ritmo.

11) MUSICALIDAD. La musicalidad no se identifica necesariamente con el ritmo, pues abarca un ámbito más amplio que la repetición periódica de determinados grupos de tónicas y átonas, de entonación y pausas, como puede ser el ‘color de las vocales, la dureza o suavidad de las consonantes, las coincidencias onomatopéyicas de las combinaciones fónicas, etc.