29 de septiembre de 2024

LOS 10 ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN


TEMAS QUE VAMOS A DESARROLLAR
El emisor.
El mensaje.
El receptor.
El canal.
El código.
El referente.
El contexto o situación.
El ruido.
La redundancia.
La retroalimentación o feed-back

La comunicación puede definirse como transmisión de información de manera intencionada entre un emisor y un receptor que utilizan un código común. En la comunicación humana, es a través de este proceso como el hombre se interrelaciona con sus semejantes y es posible el proceso de socialización.

Hay que tener en cuenta que informar supone comunicar conocimientos nuevos, de tal modo que un mensaje que no aporte conocimientos nuevos tiene un contenido informativo muy bajo: cuanto más previsible sea un mensaje menor será su contenido informativo.

En todo acto de comunicación pueden surgir perturbaciones que pueden dificultar la perfecta transmisión del lenguaje, provocando la pérdida de contenido informativo. Tales perturbaciones se conocen con el nombre de ruido (distracciones, erratas, etc.) Para contrarrestar los efectos del ruido, el emisor repite contenidos, es decir, introduce cierto grado de redundancia que asegure la comunicación.

En todo acto comunicativo intervienen necesariamente una serie de elementos, llamados factores de la comunicación:

7 de agosto de 2024

MESTER DE JUGLARÍA. 10 CARACTERÍSTICAS INEQUÍVOCAS DE LOS CANTARES DE GESTA CASTELLANOS.


TEMAS QUE VAMOS A DESARROLLAR
1. Definición y tipo de narración.
2. Carácter distintivo de los cantares de gesta castellanos.
3. Tipo de versificación.
4. Transmisión de los textos.
5. Hetereogeneidad y variedad de un mismo texto.
6. Autoría.
7. Fecha de composición.
8. Lenguaje.
9. Finalidad y propósito de estas obras.
10. Influencia de los cantares de gesta en otros géneros o escuelas literarias.

Manuscrito del "Cantar de mío Cid"

1. Definición y tipo de narración. Los cantares de gesta son poemas épicos medievales (por tanto no son textos históricos, sino literarios) que narran hechos magnificados, proezas, hazañas heroicas y extraordinarias, conquistas o derrotas (preservando de este modo la memoria histórica de algún suceso), de un héroe, generalmente de existencia real, que habiendo sufrido alguna injusticia o traición o cualquier otro conflicto los supera gracias a sus excelentes valores éticos, sus cualidades individuales y su comportamiento ejemplar (que servirá de prototipo y modelo de los valores feudales que se desean arraigar en la sociedad, además de conformar una identidad nacional y cultural) de honor y honra, lealtad y fidelidad al rey, valentía, justicia, generosidad, astucia, nobleza y religiosidad cristiana.

Florinda (La Cava),
de Franz Xaver Winterhalter (1853)
 
2. Carácter distintivo de los cantares de gesta castellanos. Aunque suelen contener elementos fantásticos, legendarios y folklóricos, la característica esencial de los cantares de gesta castellanos es que son verosímiles y realistas (a diferencia de los franceses que suelen ser más fantasiosos, con inclusión de seres sobrenaturales y hechos imposibles), relatando sucesos realizados por algún personaje histórico (que es idealizado, ensalzado y recreado literariamente) cuyas hazañas o desgracias tienen base histórica (incluso con personajes secundarios también documentables, referencias toponímicas precisas y reconocibles y contexto histórico fundamentado que sirve de marco al relato), como ocurre, entre otros, con:

🡲 El rey godo don Rodrigo -"Cantar del rey Rodrigo y la pérdida de España"-,
🡲 Fernán González, el primer conde castellano -"Cantar de Fernán González"-,
🡲 Los siete hijos de Gonzalo Gustioz y Mudarra -"Cantar de los siete infantes de Lara"-,
🡲 Roldán, caballero de Carlomagno -"Cantar de Roldán"-,
🡲 Bernardo del Carpio -"Cantar de Bernardo del Carpio"-,
🡲 El infante García, último conde castellano -"Cantar del infante García"-,
🡲 Sancho II y Urraca -"Cantar de Sancho II y el cerco de Zamora"-,
🡲 Rodrigo Díaz de Vivar -"Cantar de mío Cid"-...
Su temática principal, pues, está centrada a la época de la conquista de España por los árabes (entorno al rey Rodrigo), el freno de su expansión en Roncesvalles (con el cantar de Roncesvalles, de Roldán y el de Bernardo del Carpio) y la posterior reconquista cristiana, destacando la creación del condado de Castilla y su evolución a reino (Fernán González, la familia Lara, el infant García), concluyendo con el ensalzamiento de un personaje castellano frente a la aristocracia leonesa: el Cid (con Sancho II y el cerco de Zamora, y el Cid y su conquista de Valencia). Añádense los motivos relacionados con un período de expansión territorial, de guerras y luchas, donde las intrigas, discordias y venganzas eran comunes (la condesa traidora, la campana de Huesca...).

25 de marzo de 2024

Descripción del ambiente de un corral de comedias en el siglo XVII, por Arturo Pérez Reverte (Cap. X de "El capitán Alatriste").



10
"(...) Desde el monarca hasta el último villano, la España del Cuarto Felipe amó con locura el teatro. Las comedias tenían tres jornadas o actos, y eran todas en verso, con diferentes metros y rimas. Sus autores consagrados, como hemos visto al referirme a Lope, eran queridos y respetados por la gente; y la popularidad de actores y actrices era inmensa. Cada estreno o reposición de una obra famosa congregaba al pueblo y la corte, teniéndolos en suspenso, admirados, las casi tres horas que duraba cada representación; que en aquel tiempo solía desarrollarse a la luz del día, por la tarde después de comer, en locales al aire libre conocidos como corrales. Dos había en Madrid: el del Príncipe, también llamado de La Pacheca, y el de la Cruz. Lope gustaba de estrenar en este último, que era también el favorito del Rey nuestro señor, amante del teatro como su esposa, la reina doña Isabel de Borbón. Por más que el amor teatral de nuestro monarca, aficionado a lances juveniles, se extendiese también, clandestinamente, a las más bellas actrices del momento, como fue el caso de María Calderón, la Calderona, que llegó a darle un hijo, el segundo Don Juan de Austria.

El caso es que aquella jornada se reponía en el Príncipe una celebrada comedia de Lope, El Arenal de Sevilla, y la expectación era enorme. Desde muy temprana hora caminaban hacia allí animados grupos de gente, y al mediodía se habían formado los primeros tumultos en la estrecha calle donde estaba la entrada del corral, frontera entonces al convento de Santa Ana. Cuando llegamos el capitán y yo, se nos habían unido ya por el camino Juan Vicuña y el Licenciado Calzas, también harto aficionados a Lope, y en la misma calle del Príncipe sumóse Don Francisco de Quevedo. De ese modo anduvimos a la puerta del corral de comedias, donde resultaba difícil moverse entre el gentío. Todos los estamentos de la Villa y Corte estaban representados: desde la gente de calidad en los aposentos laterales con ventanas abiertas al recinto, hasta el público llano que atestaba las gradas laterales y el patio con filas de bancos de madera, la cazuela o gradas para las mujeres -ambos sexos estaban separados tanto en los corrales de comedias como en las iglesias-, y el espacio libre tras el degolladero, reservado a quienes seguían en pie la representación: los famosos mosqueteros, que por allí andaban con su jefe espiritual, el zapatero Tabarca, quien al cruzarse con nuestro grupo saludó grave, solemne, muy poseído de la importancia de su papel. A las dos de la tarde, la calle del Príncipe y las entradas al corral eran un hervidero de comerciantes, artesanos, pajes, estudiantes, clérigos, escribanos, soldados, lacayos, escuderos y rufianes que para la ocasión se vestían con capa, espada y puñal, llamándose todos caballeros y dispuestos a reñir por un lugar desde el que asistir a la representación. A ese ambiente bullicioso y fascinante se sumaban las mujeres que con revuelo de faldas, mantos y abanicos entraban a la cazuela, y eran allí asaeteadas por los ojos de cuanto galán se retorcía los bigotes en los aposentos y en el patio del recinto. También ellas reñían por los asientos, y a veces hubo de intervenir la autoridad para poner paz en el espacio que les era reservado. En suma, las pendencias por conseguir sitio o entrar sin previo pago, las discusiones entre quien había alquilado un asiento y quien se lo disputaba eran tan frecuentes, que llegábase a meter mano a los aceros por un quítame allá esas pajas, y las representaciones tenían que contar con la presencia de un alcalde de Casa y Corte asistido por alguaciles. Ni siquiera los nobles eran ajenos a ello: los duques de Feria y Rioseco, enfrentados por los favores de una actriz, habíanse acuchillado una vez en mitad de una comedia, so pretexto de unos asientos. El licenciado Luis Quiñones de Benavente, un toledano tímido y buena gente que fue conocido del capitán Alatriste y mío, describió en una de sus jácaras ese ambiente espeso donde menudeaban las estocadas:

En el corral de comedias
lloviendo a la puerta están
mojadas y más mojadas
por colarse sin pagar
.

Singular carácter, el nuestro. Como alguien escribiría más tarde, afrontar peligros, batirse, desafiar a la autoridad, exponer la vida o la libertad, son cosas que se hicieron siempre en cualquier rincón del mundo por hambre, ambición, odio, lujuria, honor o patriotismo. Pero meter mano a la blanca y darse de cuchilladas por asistir a una representación teatral era algo reservado a aquella España de los Austrias que para lo bueno, que fue algo, y lo malo, que fue más, viví en mi juventud: la de las hazañas quijotescas y estériles, que cifró siempre su razón y su derecho en la orgullosa punta de una espada.

29 de agosto de 2023

MINILECTURA. LOS CUENTOS DE CANTERBURY: "EL CUENTO DE LA COMADRE DE BATH".


En los viejos tiempos del rey Arturo, cuya fama todavía pervive entre los naturales de Gran Bretaña, todo el reino andaba lleno de grupos de hadas. La reina de los Elfos y su alegre cortejo danzaba frecuentemente por los prados verdes. Según he leído, ésta es la vieja creencia; hablo de hace muchos centenares de años; pero ahora ya no se ven hadas, pues actualmente las oraciones y la rebosante caridad cristiana de los buenos frailes llenan todos los rincones y recovecos del país como las motas de polvo centellean en un rayo de sol, bendiciendo salones, aposentos, cocinas y dormitorios; ciudades, burgos, castillos, torres y pueblos; graneros, alquerías y establos; esto ha ocasionado la desaparición de las hadas. En los lugares que frecuentaban los elfos, ahora andan los frailes mañana y tarde, musitando sus maitines y santos oficios mientras rondan por el distrito. Por lo que, actualmente, las mujeres pueden pasear tranquilamente junto a arbustos y árboles; un fraile es al único sátiro que encuentran, y todo lo que éste hace es quitarles la honra.
Pues bien, sucedió que en la corte del rey Arturo había un caballero joven y alegre. Un día que, montado en su caballo, se dirigía a su casa después de haber estado dedicándose a la cetrería junto al río, se topó casualmente con una doncella que iba sin compañía y, a pesar de que ella se defendió como pudo, le arrebató la doncellez a viva fuerza.
Esta violación causó un gran revuelo. Hubo muchas peticiones de justicia al rey Arturo, hasta que, por el curso de la ley, el caballero en cuestión fue condenado a muerte. Y hubiese sido decapitado (tal era, al parecer, la ley en aquellos tiempos) si la reina y muchas otras damas no hubieran estado importunando al rey solicitando su gracia, hasta que al fin él le perdonó la vida y lo puso a merced de la reina para que fuese ella a su libre albedrío la que decidiese si debía ser ejecutado o perdonado.
La reina expresó al rey su profundo agradecimiento y, al cabo de uno o dos días, encontró la oportunidad de hablar con el caballero, al que dijo:
-Os encontráis todavía en una situación muy difícil, pues vuestra vida no está aún a salvo; pero os concederé la vida si me decís qué es lo que las mujeres desean con mayor vehemencia. Pero, ¡ojo! Tened mucho cuidado. Procurad salvar vuestra cerviz del acero del hacha. No obstante, si no podéis dar la respuesta inmediatamente, os concederé el permiso de ausentaros durante un año y un día para encontrar una solución satisfactoria a este problema. Antes de que os pongáis en marcha, debo tener la certeza de que os presentaréis voluntariamente a este tribunal.

1 de junio de 2023

8 de enero de 2023

MINILECTURA: "HERMES Y APOLO", de ROGER LANCELYN GREEN


2. HERMES Y APOLO,
in "Relatos de los héroes griegos", de 1958.

Allí, junto a los rocíos a mi vera,
contempla el paso gallardo de un joven,
con tocado de plumas en la frente,
que empuña un báculo dorado.
  
Con labios donde baila la risa
pero que ni una vez responden,
y pies que vuelan alados,
y vara de serpientes rodeada.
         A. E. HOUSMAN, El guía risueño.
  

Ya antes de la gran guerra contra los Titanes vagaban los hombres por la faz de la tierra, y esa época fue la Edad de Oro, cuando el trigo crecía sin necesidad de siembra o de arado, y todos los animales vivían de la fruta o del pasto. La Edad de Oro vino y se fue, pues hombres y mujeres no hacían sino comer y beber, holgando por el maravilloso jardín del mundo y muriendo sin que nacieran niños.

Luego vinieron los hombres de la Edad de Plata, y con ellos el mal y la perfidia por culpa de Crono y los Titanes. Estos hombres también fueron barridos de la superficie del mundo y aprisionados en el Tártaro con sus malvados hacedores.

Cuando por fin Zeus estableció su trono en el Olimpo, con lo que concluyó la gran guerra entre dioses y Titanes, hizo venir a su presencia a Prometeo, el Titán bueno.

—Ve —le ordenó— y con arcilla moldea al hombre. Dale la figura misma y la apariencia de los Inmortales, que yo le insuflaré la vida. Luego le enseñarás todas las cosas que necesite conocer, para que pueda rendir pleitesía a los Inmortales y erigir templos en su honor. Mas tendrá una vida breve, tras la cual descenderá al reino de Hades, mi hermano, para someterse a él.

Prometeo cumplió lo que se le había encomendado. Fue hasta un lugar de Grecia llamado Panopeo, no muy lejos de Delfos, al nordeste, y con arcilla roja dio forma al hombre. A continuación Zeus insufló su hálito vital en estos hombres de arcilla, y dejó que Prometeo les enseñara cuanto precisaran para su existencia.

—Les proporcionarás todo cuanto te parezca procedente —le advirtió Zeus—, mas no debes entregarles el fuego, pues la llama sagrada está reservada para los Inmortales. ¡Si me desobedeces, tu destino será más terrible que el de los demás Titanes del Tártaro!

23 de diciembre de 2022

INTRODUCCIÓN AL TEATRO MEDIEVAL EN LENGUA CASTELLANA.


TEMAS QUE VAMOS A DESARROLLAR
1.1. Al abordar el estudio del teatro medieval hay que emplear un concepto amplio de teatralidad.
1.2. Elementos mínimos para que un texto tenga carácter teatral, según D. A. Deyermond.
1.3. Características del teatro medieval, según Miguel Ángel Pérez Priego.
1.4. Distinción entre texto literario y texto espectacular, de María del Carmen Bobes.
1.5. El espectáculo teatral gira en torno a dos extremos, polo cinético y polo narrativo,según Javier Fábregas.
1.6. Distinción entre teatro, rito y ceremonia, según Fº. Fernández Ferreiro.
1.7. El teatro medieval aparece ligado a las prácticas litúrgicas de la Iglesia.
1.8. Dos teorías sobre el origen del teatro medieval.
1.9. La multiplicidad de elementos que influyen en el origen del teatro medieval: tesis de Ferrer Vals y García Santosjuanes.
1.10. Son pocos los textos medievales existentes en Castilla que avalen el origen litúrgico.
1.11. Razonamientos de Donovan de por qué no hallamos textos en Castilla.
1.12. La historia del teatro en lengua española durante la Edad Media es la historia de una ausencia.
1.13. Relación de obras medievales consideradas como teatrales, según la crítica.
1.14. El teatro litúrgico.
1.15. Fuentes documentales que prueban la existencia de un teatro medieval en Castilla.

§ 1.1. AL ABORDAR EL ESTUDIO DEL TEATRO MEDIEVAL HAY QUE EMPLEAR UN CONCEPTO AMPLIO DE TEATRALIDAD.

Hablar de teatralidad en la Edad Media es complicado si no ampliamos el concepto, pues como

indica Ana Mª Álvarez Pellitero[1] el término “teatro” aplicado a la Edad Media para la crítica no es unívoco:

«cada vez se abre más paso, sin embargo, la tendencia a distinguir entre lo que Allegri[2] llama concepto fuerte y restrictivo de teatro y un concepto amplio que lo acerca al área muy variada del espectáculo, lo que Kernodle[3] denomina de manera sugerente los “teatros medievales”: dramatizaciones paralitúrgicas, momos, justas y torneos, fiestas palaciegas y entradas regias, etc.».

Súmase a este planteamiento el profesor Miguel Ángel Pérez Priego, quien explica que

«al abordar, pues, el estudio del teatro medieval, habrá que partir de un concepto amplio de teatralidad, concepto que abarque tanto los puros textos dramáticos como los distintos espectáculos y ceremonias que son portadores de un cierto índice de teatralidad y de los cuales tenemos noticia a través de documentación diversa».[4]

20 de noviembre de 2022

MINILECTURA: "EL ENCAJE ROTO", DE EMILIA PARDO BAZÁN


El encaje roto
de Emilia Pardo Bazán
«El Liberal», 19 septiembre 1897


Puede escucharlo en la voz de Manuel López Castilleja aquí:

Convidada a la boda de Micaelita Aránguiz con Bernardo de Meneses, y no habiendo podido asistir, grande fue mi sorpresa cuando supe al día siguiente -la ceremonia debía verificarse a las diez de la noche en casa de la novia- que ésta, al pie mismo del altar, al preguntarle el obispo de San Juan de Acre si recibía a Bernardo por esposo, soltó un «no» claro y enérgico; y como reiterada con extrañeza la pregunta, se repitiese la negativa, el novio, después de arrostrar un cuarto de hora la situación más ridícula del mundo, tuvo que retirarse, deshaciéndose la reunión y el enlace a la vez.

17 de noviembre de 2022

GUÍA DE MÉTRICA. EL RITMO DE CANTIDAD.


SONETO

Rosa divina que en gentil cultura
eres con tu fragante sutileza
magisterio purpúreo en la belleza,
enseñanza nevada en la hermosura;

amago de la humana arquitectura,
ejemplo de la vana gentileza
en cuyo ser unió naturaleza
la cuna alegre y triste sepultura:

¡cuán altiva en tu pompa, presumida,
soberbia, el riesgo de morir desdeñas;
y luego, desmayada y encogida,

de tu caduco ser das mustias señas!
¡Con qué, con docta muerte y necia vida,
viviendo engañas y muriendo enseñas!


1. RITMO DE CANTIDAD.

La repetición periódica de versos con el mismo número de sílabas produce el ritmo de cantidad.
Para determinarlo vamos a seguir los siguienets pasos.

❶ En primer lugar silabeamos (separamos en sílabas cada palabra) todos los versos; es decir, separamos todas las sílabas fonológicas o gramaticales de las palabras que componen los versos.

Recuerde que según el DRAE una sílaba es un "sonido o sonidos articulados que constituyen un solo núcleo fónico entre dos depresiones sucesivas de la emisión de voz". Por tanto, la sílaba es "una "unidad fonética de la lengua compuesta por uno o más sonidos articulados que se agrupan en torno al de mayor sonoridad, que es siempre una vocal". De esta manera podemos decir que el núcleo de este grupo siempre será una vocal (V), y alrededor de ella se generarán diversas estructuras silábicas, añadiendo otras vocales (V) o consonantes (C):
V ( a, e, i, o, u),
CV ( baraja, casa, dado, farola, gato, jarrón, rate, ladrón, mañana, nariz, ñaque , panera, queso, ratón, sacerdote, tabique, vaso, kiwi, xenófobo, yate, zapato),
VC ( abdomen, acceso, adverso, afgano, agnóstico, almacén, amnesia, ángel, apnea, armario, asqueroso, atleta, ay azcona),
CVV ( fui, ciudad, alubia, cielo, calcio, duelo, arduo),
CCV ( blasón, cráneo, flato, glacial, llama, plano),
VCC ( abstención),
CVC ( conquista),
CVVC ( abierto, cierta, diente, fuerte, guante, juerga, lienzo, miasma, Emanuel, pienso, riente, siesta, tueste, viernes, flexión),
CVCC ( construir),
CCVC ( cataclismo, dron, mezclas, plástico, siglas),
CCVCC ( transporte),
CVVVC ( viviáis)...

Si quiere profundizar más sobre esta cuestión, acceda a nuestra entrada de este blog titulada "¿Qué es una sílaba? Diptongos y triptongos".

11 de noviembre de 2022

EL MAL EMPLEO DE ANGLICISMO EN EL LENGUAJE COTIDIANO: "MODERNOS Y ELEGANTES", de JULIO LLAMAZARES


MODERNOS Y ELEGANTES
de Julio Llamazares.
Publicado en el diario EL PAÍS (13 de mayo de 1993).


Desde que las insignias se llaman pins; los homosexuales, gays; las comidas frías, lunchs, y los repartos de cine, castings, este país no es el mismo. Ahora es mucho más moderno. Durante muchos años, los españoles estuvimos hablando en prosa sin enterarnos. Y, lo que es todavía peor, sin darnos cuenta siquiera de lo atrasados que estábamos. Los niños leían tebeos en vez de comics, los jóvenes hacían fiestas en vez de parties, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business, las secretarias usaban medias en vez de panties, y los obreros, tan ordinarios, sacaban la fiambrera al mediodía en vez del catering. Yo mismo, en el colegio, hice aerobic muchas veces, pero como no lo sabía -ni usaba, por supuesto, las mallas adecuadas-, no me sirvió de nada. En mi ignorancia, creía que hacía gimnasia.

Afórtunadamente, todo esto ya ha cambiado. Hoy, España es un país rico a punto de entrar en Maastricht, y a los españoles se nos nota el cambio simplemente cuando hablamos, lo cual es muy importante. El lenguaje, ya se sabe, es como la prueba del algodón: no engaña. No es lo mismo decir bacon que tocino -aunque tenga igual de grasa-, ni vestíbulo que hall, ni inconveniente que handicap. Las cosas, en otro idioma, mejoran mucho y tienen mayor prestancia. Sobre todo en inglés, que es el idioma que manda.

Desde que Nueva York es la capital del mundo, nadie es realmente moderno mientras no diga en inglés un mínimo de cien palabras. Desde ese punto de vista, los españoles estamos ya completamente modernizados. Es más, creo que hoy en el mundo no hay nadie que nos iguale. Porque, mientras en otros países toman sólo del inglés las palabras que no tienen -bien porque sus idiomas son pobres, cosa que no es nuestro caso, o bien porque pertenecen a lenguajes de reciente creación, como el de la economía o el de la informática- nosotros más generosos, hemos ido más allá y hemos adoptado incluso las que no nos hacían falta. Lo cual demuestra nuestra apertura y nuestra capacidad para superarnos.

Así, ahora, por ejemplo, ya no decimos bizcocho, sino plum-cake, que queda mucho más fino, ni tenemos sentimientos, sino feelings, que es mucho más elegante. Y de la misma manera, sacamos tickets, compramos compacts, usamos kleenex, comemos sandwichs, vamos al pub, quedamos groggies, hacemos rappel y, los domingos, cuando salimos al campo -que algunos, los más modernos, lo llaman country-, en lugar de acampar como hasta ahora, vivaqueamos o hacemos camping. Y todo ello, ya digo, con la mayor naturalidad y sin damos apenas importancia.

Obviamente, esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y han cambiado nuestro aspecto, que ahora es mucho más moderno y elegante. Por ejemplo, los españoles ya no usamos calzoncillos, sino slips, lo que nos permite marcar paquete con más soltura que a nuestros padres; ya no nos ponemos ropa, sino marcas; ya no tomamos café, sino coffee, que es infinitamente mejor, sobre todo si va mojado, en lugar de tantas galletas, que es una vulgaridad, con cereales tostados. Y cuando nos afeitamos, nos ponemos after-shave, que aunque parezca lo mismo, deja más fresca la cara.

29 de octubre de 2022

MINILECTURA: "APRENDE", DE ESPIDO FREIRE


A mí nunca me compraron un perro.
Si tuviera uno, ahora me defendería.
Durante mucho tiempo fue lo único que les pedí. No quería regalos, ni la bici, que tenía que compartir con Tania, ni tampoco me interesaban los parques de atracciones, en los que me aburría. Regresábamos a casa con las mejillas quemadas por el sol y con dolor de cabeza, un globo desinflado, y algún peluche tonto de recuerdo. Tengo trece años. Hace mucho que dejaron de interesarme los peluches.
Ellos me contaban excusas cada vez más nuevas y sofisticadas. Primero intentaron convencerme de que un perro no sería feliz en nuestro piso. Necesitaban espacio, aire, luz. Entonces reduje el tamaño del perro hasta el límite, pequeño, muy pequeño. Un yorkshire, un bichón maltes. Luego me hablaron de la responsabilidad, de la esclavitud que suponían los paseos. Aguardé con paciencia hasta cumplir los diez años y a que me dieran la llave de casa, y me dejaran ir y regresar sola del colegio. Ya era responsable. Pero en ese momento, mamá se quedó callada, y dijo que Tania era alérgica a los animales. Siempre Tania.
Papá regresó de trabajar al día siguiente con una pecera en una bolsa y un pececito rojo en otra. Estaba muy contento, como iluminado por dentro, pero creo que en esta ocasión no había bebido. Cuando volcamos el pez y el agua en el globo de cristal, el pez era diminuto. No medía más que mi dedo meñique. Tania agitó el agua con una cuchara, y yo la pellizqué. Me miró, sorprendida, y yo me sentí un poco mejor cuando vi que se frotaba el brazo dolorido.
Me sentí mucho mejor.
El pez no nos duró demasiado tiempo. Apareció muerto, flotando de costado, sobre las vasijas romanas de plástico que adornaban el fondo de la pecera. No llegaron a saberlo, pero eché una pizca de azúcar al agua. No me gustaba aquel pez, con sus bobos ojos atónitos. Tania se echó a llorar, y estuvo triste toda la semana, hasta que mamá retiró la pecera vacía de la cocina, y decidió que, dado el disgusto que nos causaba, no habría más peces.
A mamá nunca le han gustado los animales.
Ah, las plantas sí. En casa hay plantas en todas las habitaciones, incluso en la nuestra; las sacamos durante la noche, porque nos roban el oxígeno. Tenemos geranios con flores rojas, plantas de interior con hojas gruesas y que parecen empapadas en aceite, tanto brillan, enredaderas y potos que se columpian sobre las estanterías. El orgullo de mamá es una palmera enana que custodia el salón. Comenzó siendo de la estatura de Tania, y ahora casi roza el techo. Ah, sí, de plantas háblale todo lo que quieras. Pero a mí me niega un perrito pequeño, casi invisible, que me haría tan feliz.
A veces, por la noche, aprieto los dientes y escucho la respiración de Tania. Siento tanta cólera hacia el mundo, me pongo tan furiosa por cualquier razón que, si nadie lo supiera, si no me sorprendieran, sería capaz de hacer cosas terribles. Me miro al espejo y no me gusta lo que veo. Soy demasiado alta, demasiado grande. Estoy gorda, no tengo cintura ni pecho. Si me cortara el pelo, parecería un chico. Me parezco a papá, no a mamá: espero no parecerme en todo a él.

19 de octubre de 2022

EJERCICIO. DISTINCIÓN ENTRE AGUDAS, LLANAS, ESDRÚJULAS Y SOBREESDRÚJULAS


Realice el siguiente ejercicio cuantas veces sea preciso para que obtenga la máxima puntuación.

Para ello, pulse primero sobre "LEER EN VOZ ALTA".

Una vez que escuche la palabra pinche sobre la caja que le corresponda.

Un emoticono le dirá si ha acertado o no.

Repita este proceso un total de 40 veces.







12 de octubre de 2022

MINILECTURA: "LA RESUCITADA", de EMILIA PARDO BAZÁN


Ardían los cuatro blandones1 soltando gotazas de cera. Un murciélago, descolgándose de la bóveda, empezaba a describir torpes curvas en el aire. Una forma negruzca, breve, se deslizó al ras de las losas y trepó con sombría cautela por un pliegue del paño mortuorio. En el mismo instante abrió los ojos Dorotea de Guevara, yacente en el túmulo2.
1. Blandón: vela de cera cilíndrica, grande y gruesa de un solo pabilo.
2. Túmulo: armazón de madera, vestido de paños fúnebres, que se erige para la celebración de las honras de un difunto, y sobre el que se coloca el féretro o caja mortuoria o ataúd.

Bien sabía que no estaba muerta; pero un velo de plomo, un candado de bronce la impedían ver y hablar. Oía, eso sí, y percibía -como se percibe entre sueños- lo que con ella hicieron al lavarla y amortajarla3. Escuchó los gemidos de su esposo, y sintió lágrimas de sus hijos en sus mejillas blancas y yertas4. Y ahora, en la soledad de la iglesia cerrada, recobraba el sentido, y le sobrecogía mayor espanto. No era pesadilla, sino realidad. Allí el féretro, allí los cirios5..., y ella misma envuelta en el blanco sudario6, al pecho el escapulario7 de la Merced.
3. Amortajar: poner la mortaja a un difunto (vestidura, sábana u otra cosa con que se envuelve el cadáver para el sepulcro).
4. Yerta: cuando se dice de un ser vivo es que está tiesa o rígida, especialmente a causa del frío o de la muerte.
5. Cirio: vela de cera, larga y gruesa.
6. Sudario: lienzo o tela que se pone sobre el rostro de los difuntos o en que se envuelve el cadáver.
7. Escapulario: tira o pedazo de tela con una abertura por donde se mete la cabeza, que cuelga sobre el pecho y la espalda y sirve de distintivo a varias órdenes religiosas. Objeto devoto formado por dos pedazos pequeños de tela unidos con dos cintas largas para echarlo al cuello.

Incorporada8 ya, la alegría de existir se sobrepuso a todo. Vivía. ¡Qué bueno es vivir, revivir, no caer en el pozo oscuro! En vez de ser bajada al amanecer, en hombros de criados a la cripta9, volvería a su dulce hogar, y oiría el clamoreo10 regocijado11 de los que la amaban y ahora la lloraban sin consuelo. La idea deliciosa de la dicha12 que iba a llevar a la casa hizo latir su corazón, todavía debilitado por el síncope13. Sacó las piernas del ataúd, brincó al suelo, y con la rapidez suprema de los momentos críticos combinó su plan. Llamar, pedir auxilio a tales horas sería inútil. Y de esperar el amanecer en la iglesia solitaria, no era capaz; en la penumbra de la nave creía que asomaban caras fisgonas de espectros y sonaban dolientes quejumbres de ánimas en pena14... Tenía otro recurso: salir por la capilla del Cristo.
8. Incorporar: sentar o reclinar el cuerpo que estaba echado o tendido.
9. Cripta: lugar subterráneo en que se acostumbraba enterrar a los muertos.
10. Clamoreo: clamor (grito vehemente de una multitud) repetido o continuado.
11. Regocijado: que causa o incluye regocijo o alegría.
12. Dicha: felicidad.
13. Síncope: pérdida repentina del conocimiento y de la sensibilidad, debida a la suspensión súbita y momentánea de la acción del corazón.
14. Ánima en pena: alma que vaga errante, que no ha tenido su reposo definitivo y se ha quedado en este mundo, espíritu atormentado. Suele emplearse la expresión "deambular como ánima/alma en pena" para describir el comportamiento de una persona que está triste y sin consuelo.

8 de octubre de 2022

MINILECTURA: "EL MORADOR DE LAS TINIEBLAS", de H. P. LOVEGRAFT


      (Dedicado a Robert Bloch)


                 Yo he visto abrirse el tenebroso universo
                 Donde giran sin rumbo los negros planetas,
                 Donde giran en su horror ignorado
                 Sin orden, sin brillo y sin nombre.
                                 Némesis.
Imagen de H. P. Lovegraft , de autor anónimo.

Las personas prudentes dudarán antes de poner en tela de juicio la extendida opinión de que a Robert Blake lo mató un rayo, o un shock nervioso producido por una descarga eléctrica. Es cierto que la ventana ante la cual se encontraba permanecía intacta, pero la naturaleza se ha manifestado a menudo capaz de hazañas aún más caprichosas. Es muy posible que la expresión de su rostro haya sido ocasionada por contracciones musculares sin relación alguna con lo que tuviera ante sus ojos; en cuanto a las anotaciones de su diario, no cabe duda de que son producto de una imaginación fantástica, excitada por ciertas supersticiones locales y ciertos descubrimientos llevados a cabo por él. En lo que respecta a las extrañas circunstancias que concurrían en la abandonada iglesia de Federal Hill, el investigador sagaz no tardará en atribuirlas al charlatanismo consciente o inconsciente de Blake, quien estuvo relacionado secretamente con determinados círculos esotéricos.

Porque después de todo, la víctima era un escritor y pintor consagrado por entero al campo de la mitología, de los sueños, del terror y la superstición, ávido en buscar escenarios y efectos extraños y espectrales. Su primera estancia en Providence -con objeto de visitar a un viejo extravagante, tan profundamente entregado a las ciencias ocultas como él- había acabado en muerte y llamas. Sin duda fue algún instinto morboso lo que le indujo a abandonar nuevamente su casa de Milwaukee para venir a Providence, o tal vez conocía de antemano las viejas leyendas, a pesar de negarlo en su diario, en cuyo caso su muerte malogró probablemente una formidable superchería destinada a preparar un éxito literario.

No obstante, entre los que han examinado y contrastado todas las circunstancias del asunto, hay quienes se adhieren a teorías menos racionales y comunes. Estos se inclinan a dar crédito a lo constatado en el diario de Blake y señalan la importancia significativa de ciertos hechos, tales como la indudable autenticidad del documento hallado en la vieja iglesia, la existencia real de una secta heterodoxa llamada «Sabiduría de las Estrellas» antes de 1877, la desaparición en 1893 de cierto periodista demasiado curioso llamado Edwin M. Lillibridge, y -sobre todo- el temor monstruoso y transfigurador que reflejaba el rostro del joven escritor en el momento de morir. Fue uno de éstos el que, movido por un extremado fanatismo, arrojó a la bahía la piedra de ángulos extraños con su estuche metálico de singulares adornos, hallada en el chapitel de la iglesia, en el negro chapitel sin ventanas ni aberturas, y no en la torre, como afirma el diario. Aunque criticado oficial y públicamente, este individuo -hombre intachable, con cierta afición a las tradiciones raras- dijo que acababa de liberar a la tierra de algo demasiado peligroso para dejarlo al alcance de cualquiera.

El lector puede escoger por sí mismo entre estas dos opiniones diversas. Los periódicos han expuesto los detalles más palpables desde un punto de vista escéptico, dejando que otros reconstruyan la escena, tal como Robert Blake la vio, o creyó verla, o pretendió haberla visto. Ahora, después de estudiar su diario detenidamente, sin apasionamientos ni prisa alguna, nos hallamos en condiciones de resumir la concatenación de los hechos desde el punto de vista de su actor principal.

25 de septiembre de 2022

MINILECTURA: "RODRIGO O LA TORRE ENCANTADA" (1800), de Donatien Alphonse Francois de Sade (Marqués de Sade)


Relato integrado dentro de "Los crímenes del amor", recopilación de relatos publicada por el Marqués de Sade en 1800.


Rodrigo, rey de España, el más sabio entre los príncipes en el arte de encontrar nuevos placeres, el menos escrupuloso en la forma de procurárselos, considerando al trono como uno de los medios más seguros para obtener la impunidad, a todo se atrevió para lograrlo, y no necesitando hacer caer, para obtenerlo, más que la cabeza de un niño, dictó sin remordimientos su sentencia; mas Anagilda, madre del desdichado Sancho, que tal era su nombre, y del cual Rodrigo, tío y tutor, quería ser también verdugo, logró descubrir la conjura proyectada contra su hijo y tuvo la suficiente habilidad como para prevenirla; se va al África, ofrece a los Moros el trono legítimo de España, les cuenta el propósito criminal que la ha impulsado a actuar, implora su protección y, cuando estaba a punto de obtenerla, muere con el desgraciado niño.

Rodrigo, totalmente ajeno a lo que pueda turbar su felicidad, Rodrigo rey, sólo se preocupa por sus placeres; para multiplicar las causas que puedan aumentarlos discurre atraer a su corte a las hijas de todos sus vasallos. Pretexta necesitar rehenes para estar seguros de ellos, velando así sus funestos designios. ¿Se resisten? ¿Reclaman a sus hijas? Culpable pronto de crímenes de Estado, hace pagar con la vida tal rebelión, y bajo su cruel reinado no es dado encontrar un justo medio entre la cobardía y la perfidia.

Entre las jóvenes que embellecían, gracias a tal recurso, la corte corrompida del soberano, Florinda, de unos dieciséis años, se distinguía de sus compañeras como la rosa de las flores. Era hija del Conde Juliano, a quien Rodrigo acababa de enviar al África para oponerse a las negociaciones de Anagilda; pero como la suerte de Don Sancho y de su madre hacían ya inútiles las tratativas, el conde podría haber vuelto, y lo hubiera hecho, a no ser por la belleza de Florinda. En cuanto Rodrigo vio por primera vez a esta encantadora criatura, comprendió que el regreso del conde obstaculizaría sus deseos; le escribió ordenándole quedarse en África, y con prisa por gozar de un bien que esta ausencia parecía asegurarle, indiferente a los medios para procurárselo, hizo un día conducir a Florinda a las habitaciones de su palacio y allí, más presuroso en obtener favores que en merecerlos, sólo se preocupó por despojarla aún más.

Si bien ocurre que quien ultraja olvida prontamente sus injurias, aquel que las recibe goza al menos del derecho de recordarlas.

Florinda, desesperada, no sabiendo cómo advertir a su padre de lo que acaba de ocurrirle, se sirve de una ingeniosa alegoría transmitida a nosotros por los historiadores, y escribe a su padre: que el anillo cuyo cuidado tanto le encomendara, acababa de ser roto por el mismo rey; que habiéndose precipitado sobre ella armado de un puñal, el soberano había destrozado esa joya cuya pérdida llora y por venganza clama; pero muere de dolor antes de recibir respuesta.

19 de septiembre de 2022

MINILECTURA. "EL LENGUAJE. CARACTERIZACIÓN DE SUS FORMAS FUNDAMENTALES", de María del Carmen Ugalde.

Ugalde, María del Carmen. "El lenguaje. Caracterización de sus formas fundamentales", in Letras, I, 20-21 (1987), pp. 15-34.

El lenguaje es un sistema de signos que utiliza el ser humano, básicamente, para comunicarse con los demás o para reflexionar consigo mismo. Este sistema de signos puede ser expresado por medio del sonido (signos articulados) o por medios gráficos (escritura). Estas dos posibilidades de los signos lingüísticos corresponden a los dos usos del lenguaje que llamaremos código oral y código escrito.

El código oral antecede, históricamente, al escrito. El código escrito debe su origen a la evolución social y política; el oral, a condiciones naturales y de él se establece posteriormente, el código escrito. Este orden cronológico de aparición de estas formas se repite en la adquisición del lenguaje. El niño primero aprende la forma oral del lenguaje y sólo más tarde (si tiene la posibilidad) aprende el código escrito.

Con la adquisición del lenguaje el niño se sociabiliza, lo adquiere en el contacto con los demás y, a la vez, se pone en contacto con los otros por medio del lenguaje.

A medida que adquiere el lenguaje, adquiere también la visión de mundo, la escala de valores de los otros miembros de su grupo social.

Como mecanismo socializador, el lenguaje contribuye a que el hombre sea en sociedad y no sólo individualmente, Por lo tanto, este proceso de socialización se inicia no sólo con el convivir, sino especialmente con el aprendizaje y uso del lenguaje del grupo, que actúa, muchísimas veces, como vehículo de cohesión e identidad grupal.

Hymes señala que

«el niño normal adquiere un conocimiento de las oraciones no sólo como gramaticales, sino también como adecuadas. El o ella adquiere la competencia de cuándo hablar, cuándo no, y de qué hablar con quién, cuándo, dónde, de qué forma. En pocas palabras, el niño llega a ser capaz de llevar a cabo un repertorio de actos de habla, de tomar parte en eventos de habla, y de evaluar la actuación de los demás. Además, esta competencia es integral con las actitudes, valores y motivaciones referentes al lenguaje, a sus características y usos, e integral con la competencia de, y las actitudes hacia la interrelación del lenguaje con el otro código de la conducta comunicativa».
[Hudson, R. A. La Sociolingüística. Barcelona: Anagrama, 1981, pág. 231].
El código oral se adquiere en el seno familiar. Es una forma muy flexible, espontánea y altamente significativa que se aprende en poco tiempo (al año el niño dice dos o cuatro palabras y normalmente a los 3 años ya no tiene ningún problema para comunicarse, sin que medie, necesariamente, un esfuerzo consciente y organizado de parte del niño, ni del grupo familiar. Sobre este punto se ha discutido en varias oportunidades. Chomsky, por ejemplo, considera que los niños aprenden a hablar a una edad muy temprana a pesar de que los adultos le hablan de manera incompleta, es decir, emitiendo oraciones a medias. Podríamos estar de acuerdo con Chomsky si nos apoyamos en los argumentos expuestos por Vygotsky en cuanto a las características del diálogo. Él considera que, en el diálogo, el lenguaje es siempre abreviado, y no es necesario emitir proposiciones completas por cuanto ambos interlocutores saben de qué están hablando. Ahora bien, siendo el diálogo la forma que más se usa en el hogar, es también la forma que más oye el niño y a través de la cual va adquiriendo el lenguaje. Pero el niño no se afecta por haber aprendido por medio de formas incompletas. Pareciera que en el contacto con el grupo familiar, también él participa de esa conexión mental que le permite adivinar y entender las partes de oraciones que en una conversación no se dicen, de manera que logra siempre formar la totalidad y expresar, posteriormente, proposiciones completas o incompletas según el grado de intimidad con su interlocutor.

18 de septiembre de 2022

MINILECTURA: "EL LENGUAJE DE LOS GESTOS" , de Pere Greenham.


Greenham, Pere. "El lenguaje de los gestos. Los europeos ostentan diferencias bien marcadas que van más allá de la geopolítica, razas y lenguas, sus gestos expresivos",
in Babelia (13), suplemento cultural de El País, 11 de enero de 1992, pp. 4-7.


Estando en un café al aire libre en los parisinos Champs Elysées, este verano fui testigo de una escena que ilustra perfectamente la intención de este artículo. Un caballero inglés, tras probar con delectación la consumición que había ordenado, y ante su nulo conocimiento de francés, hace un gesto aprobatorio al camarero. Junta el índice y el pulgar, levantando los dedos en el signo okay. El local estaba abarrotado por una clientela internacional. Se hace silencio a su alrededor y lo miran con hostilidad. Cogió su diario y, tras pagar, le oía farfullar “What’s wrong, what’s wrong?” [¿Qué pasa, qué pasa?]. Lo que ignoraba es que en Francia ese gesto significa cero y sin valor, en Malta equivale a acusar a un hombre de homosexual, en Grecia y Cerdeña se utiliza para insultar a alguien deseándole ser sodomizado. Y es que la implantación del esperanto y el ecu como moneda igualatoria puede llegar a funcionar en el intercambio comercial, mas no en el proceso comunicativo de expresión cultural. Los gestos primarios, como la timidez, la vergüenza, el cortejo y el miedo son expresados de igual manera por todas las razas y culturas. Sin embargo, ante una mayor complejidad del mensaje, surgen los gestos regionales, que caracterizan a un grupo étnico que usa un medio común de expresión. Dichos gestos enfatizan lo que se está diciendo, aunque pueden prescindir totalmente de la palabra. Es curioso observar que el factor geotérmico (norte-frío, sur-calor) es decisivo en la riqueza del repertorio gestual.

España.

Según los estudiosos del medio ambiente y sus repercusiones en la ecología y el comportamiento humano, Madrid, Barcelona y Tokio son las ciudades más cargadas de decibelios de todo el continente eurasiático. Ruido de coches, de máquinas tragaperras, de estar siempre en obras con toda la maquinaria de construcción. Al español, por regla general, el silencio le resulta asfixiante, de allí que se estudie, cocine, trabaje o espere con la radio o la tele puestas. Esto influye en que se chille en vez de hablar (para ser escuchados) y que se eche mano de gesticulaciones que hagan más claros nuestros enunciados y se enriquezca, por tanto, la expresividad. Es muy característico que casi sincrónicamente los hombres mayores hundan el cuello entre los hombros y volteen las palmas de las manos hacia arriba en una discusión. Esto provoca el típico acarraspamiento de la voz, que enfatiza un sentimiento de que cualquier cosa que se esté diciendo está siempre llevando la razón. 


El mismo significado tiene el gesto de golpear la mesa con los nudillos, que probablemente deriva del tute o de la brisca, juegos de carta muy practicados por la gente de edad avanzada. Católicos por antonomasia, el signo de la cruz se usa constantemente y en gran número de circunstancias. “Te lo juro por ésta”, se dice mientras se besa la cruz hecha con los dedos, como subrayando una verdad sagrada.