La anacreóntica es un poema hedonista, que muestra que el placer es fuente de felicidad, de estilo breve y grácil, que invita a gozar los placeres sensuales de la vida: música, vino, amor, en un ambiente bucólico, erótico y báquico, y con referencias constantes y desenfadadas a no preocuparse por el mañana o la muerte, los banquetes copiosos de vino, lo festivo, etc.
Según Salinas, que sigue a Ausfeld, las características de la poesía anacreóntica son:
«El dominio de la fantasía plástica es evidente. Los pensamientos abstractos se expresan por la narración de un suceso. Las poesías han de ser breves, sin extenderse en consideraciones copiosas y a veces expuestas con animación dramática. Amor, Vino y Amistad, son la trilogía favorita. En la concepción de la vida hay cierto desdén por las riquezas y honores, amonestaciones para no olvidarse del presente por pensar en el futuro, y el viejo aviso de que la fugacidad de la vida es un motivo más para aprovecharla alegremente... En los accesorios que sirven de marco y exorno, va guiado el poeta por el afán de elegir los más graciosos, amables y menudos, desdeñando lo fuerte y grandioso: fuentes, arroyuelos, bosquecillos, grutas, forman la parte principal de esta escenografía. Las flores y las guirnaldas se traen a cuento para comparación con la amada y triunfo de su belleza. En la fauna, dominan las aves, y de ellas, las más delicadas: paloma y ruiseñor (añadamos la tórtola, jilguero y golondrina). Es muy frecuente y familiar el empleo de la Mitología. Viene luego la alabanza del vino, remedio sin par contra aflicciones y desdenes y al propio tiempo compañero del goce amoroso. El vino invita también a las alegres reuniones de festiva compañía. Cuando estos personajes de la anacreóntica abandonan sus regaladas actitudes, es para sumergirse en el torbellino de la danza, uno de los temas favoritos; ella es el coronamiento de la fiesta, donde las bellas se realzan con rosas y mirtos. Los procedimientos de estilo concurren a lograr un efecto de vivacidad y ligereza por la repetición de ciertas fórmulas de comparación, abundancia de epítetos amables y constante tendencia a los diminutivos».
[Cfr.: Induráin, Domingo.- "Villegas: revisión de su poesía", in Berceo, 7 (1.950), pág. 703]
Debe su nombre al poeta griego Anacreonte de Teos (h. 572 a.d.n.e. - h.. 485 a.d.n.e.), pues por el fondo, la forma y los asuntos, se asemeja este tipo de lírica a las composiciones que de él nos quedan. No obstante hay que dejar constancia que casi todas las imitaciones se han establecido entorno al corpus de las "Anacreónticas" conservadas en la Antología de Constantino Cephalas (del s. XI), que son composiciones posteriores al poeta griego y, por tanto, no atribuibles a él.