Luis de Góngora y Argote (1561-1627).
Nació Luis de Góngora y Argote en Córdoba, el 11 de julio de 1561. Hijo de Francisco de Argote, licenciado en Salamanca y juez de bienes confiscados por la Santa Inquisición de Córdoba, casado con Leonor de Góngora, dama noble de la misma ciudad, cuya familia se asentó aquí a finales del siglo XV, por medio de los Manrique. Es así como Francisco de Argote y Falces, tío del poeta, estuvo siempre protegido por el secretario y notario de Carlos V, primero, y de Felipe II, después, Francisco de Eraso (1507-1570), pues tenían en común (tía de Francisco de Eraso, abuela de Francisco de Argote) unos mismos parientes procedentes de Uclés (Cuenca), doña Ana de Falces, de manera que alcanzará puestos distinguidos en Madrid, Jaén y Andújar, además de los citados de Córdoba. De su ascendencia importante, por parte de padre, da cuenta asimismo el hecho de que siempre estuvieran éstos vinculados como regidores locales (el abuelo paterno, Alonso Fernández de Argote, fue Veinticuatro de Córdoba, como luego lo será su padre y sucesivamente su hermano y sus dos cuñados, dos de sus sobrinos...). Procedente, pues, de una familia acomodada de juristas y clérigos ilustrados (su padre fue poseedor de una magnífica biblioteca, a la que Pedro Díaz de Ribas, amigo y exégeta de Góngora, calificó como la "gran librería"), estará desde siempre muy relacionado con la élite intelectual de su entorno (por ejemplo, con Ambrosio de Morales, Cronista del rey afincado en Córdoba). No obstante, siempre hubo entorno a todos ellos un "tufillo judeo-converso", que le fue reprochado a Góngora en numerosas ocasiones y que ha quedado probado tras el estudio de E. Soria.
[Soria Mesa, Enrique, "Góngora judeoconverso. El fin de una vieja polémica", in Capllonch, B. et al. (coord.). La edad del Genio: España e Italia en tiempos de Góngora. Florencia, ETS, 2013, pp. 415-433.
_______________ , El origen judío de Góngora. Hannover, 2015]
Veamos uno de esos mordaces sonetos compuestos contra él achacándole su "oscuro" origen converso:
Yo te untaré mis obras con tocino,
porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino.
Apenas hombre, sacerdote indino,
que aprendiste sin christus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y, en la Corte, bufón a lo divino.
¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?
No escribas versos más, por vida mía;
aunque aquesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía.