I.- Definición y aproximación. II. El tópico en la época grecolatina y Edad Media. III. El tópico en los siglos XVI y XVII. IV. El tópico en los siglos XVIII a XXI.a) Variaciones renacenistas, manieristas y del barroco. |
§ Variaciones renacentistas, manieristas y del barroco..
En lo siglos XVI y XVII el tópico logrará un gran desarrollo. En efecto, podremos hallar las variaciones renacentistas (petrarquistas), manieristas y del barroco.
Si en la Edad Media el tópico pervivió bajo la mentalidad del "lamento" por la brevedad de la vida, y con el marcado carácter de invitación sexual de los Cancioneros, en el Renacimiento (1.500-1.570?) éste, partiendo de la descripción de la belleza física de la amada ("descriptio puellae"), bajo el canon de mujer ideal petrarquista, se hará más vital e invitará a gozar de los placeres de la juventud, edad ideal para el amor, y de esa belleza que no es sino reflejo de la armonía de la creación (decía Quevedo: "Cuando con atención miro y contemplo/ la soberana traza, y compostura/ de esa divina y celestial figura,/ que de su Hacedor es vivo ejemplo"...).
Además, esa belleza será elemento de contemplación gozosa y vía de conexión con Dios, antes de que el tiempo la destruya (visible en las composiciones, desde Garcilaso a Medrano), frente a la expresión de que "toda carne es hierba y toda su gloria como la flor del campo", de Isaías (XX, 12), tan medieval primero y luego tan barroco. Es decir, en un tono claramente epicureísta, heredero de la literatura italiana.
[Cfr.: Bartolomé Martínez, Berbabé et Gregorio.- "Valor permanente de los tópicos clásicos y su interpretación en el humanismo renacentista español", in Revista Complutense de Educación, V, 1 (1.994), pp. 73-78.]
Resume muy bien lo expuesto hasta aquí aquel soneto de Quevedo que dice:
Esta color de rosa y de açucena,
y este mirar sabroso,dulce, honesto,
y este hermoso cuello, blanco, inhiesto,
y boca de rubís, y perlas llena.
La mano alabastrina, que encadena
al que más contra amor está dispuesto;
y el más libre, y tirano presupuesto
destierra de las almas, y enagena.
Esta rica, y hermosa primavera,
cuyas flores de gracias, y hermosura
ofendellas no puede el tiempo ayrado,
son ocasión que viva yo, y que muera,
y son de mi descanso, y mi ventura
principio, y fin, y alivio del cuidado.