Aunque contemporáneo, pero mayor que Ovidio, el ¿valenciano? Higinio mencionó la fábula que vamos a exponer antes que este ("Qui se ipsi interfecerunt/…..Pyramus in Babylonia ob amorem Thisbes ipse se occidit", Fabulas, 242-243: "los que se mataron a sí mismos, la babilonia Tisbe se mató a sí misma porque Píramos se había matado a sí mismo"). Pero debemos a Ovidio la primera versión completa de esta historia de origen oriental, tal y como acentúa su localización, Babilonia.
[Higihio. Fábulas. Biblioteca Clásica Gredos, 380. Madrid: Gredos: 2009, pp. 299-302]
La historia de "Píramo y Tisbe" nos es relatada dentro de la obra las "Metamorfosis" de Publio Ovidio Nasón alrededor del año 7 d.n.e., constando de 15 libros en hexámetros latinos, donde da cabida a más de 250 narraciones mitológicas. Éstas abarcan desde la creación del mundo hasta llegar a la apoteosis de Julio César, teniendo como hilo común todas ellas, que provocan una metamorfosis de algún tipo en algo o alguien.
La fábula de "Píramo y Tisbe", como si de una caja china se tratara, se encuadra dentro del conjunto de tres relatos que exponen las Mineidas o Miníades (aquellas a las que el dios Baco convirtió en murciélagos), mientras estaba siendo honrado en Tebas la poderosa deidad. En este caso, la narración está puesto en boca de Alcítoe.
La primera traducción que se hizo en castellano la tenemos recogida en la "General Estoria" del rey Alfonso X el Sabio (y que puede leer en este mismo blog, en la entrada: "XXXX").
Los sucesos que se narran son muy semajantes a los ocurridos a los turolenses Isabel de Segura y Juan Diego Martínez de Marcilla a principios del s. XIII, cuyos enamorados son conocidos como los "amates de Teruel".
La traducción que nosotros realizamos es la siguiente.
(Πύραμος καὶ Θίσβη
"Pýramos kaì Thísbê")
de Publio Ovidio Nasón.
Metamorfosis, Libro IV,vv. 55-166.
altera, quas Oriens habuit, praelata puellis,
contiguas tenuere domos, ubi dicitur altam
coctilibus muris cinxisse Semiramis urbem.
la otra, de las que el Oriente tuvo, preferida entre las muchachas,
contiguas tuvieron sus casas, donde se dice que
con cerámicos muros ciñó Semíramis su elevada ciudad (Babilonia).
tempore crevit amor; taedae quoque iure coissent, 60
con el tiempo creció el amor; y sus teas también, según derecho, se hubieran unido,
ex aequo captis ardebant mentibus ambo.
conscius omnis abest; nutu signisque loquuntur,
quoque magis tegitur, tectus magis aestuat ignis.
por igual ardían, cautivas sus mentes, ambos.
Confidence alguno no hay; por gesto y señales se hablan,
y cuanto más se tapa, tapado más se enardece el fuego.