5 de diciembre de 2021

MINILECTURA. "EL PECHO DESNUDO" de ITALO CALVINO (1923-1985)


Capítulo perteneciente a "Palomar" (1983).

Puede escucharlo aquí:

El señor Palomar camina por una playa solitaria. Encuentra unos pocos bañistas. Una joven tendida en la arena toma el sol con el pecho descubierto. Palomar, hombre discreto, vuelve la mirada hacia el horizonte marino. Sabe que en circunstancias análogas, al acercarse un desconocido, las mujeres se apresuran a cubrirse, y eso no le parece bien: porque es molesto para la bañista que tomaba el sol tranquila; porque el hombre que pasa se siente inoportuno; porque el tabú de la desnudez queda implícitamente confirmado; porque las convenciones respetadas a medias propagan la inseguridad e incoherencia en el comportamiento, en vez de libertad y franqueza.

Por eso, apenas ve perfilarse desde lejos la nube rosa-bronceado de un torso desnudo de mujer, se apresura a orientar la cabeza de modo que la trayectoria de la mirada quede suspendida en el vacío y garantice su cortés respeto por la frontera invisible que circunda las personas. Pero -piensa mientras sigue andando y, apenas el horizonte se despeja, recuperando el libre movimiento del globo ocular- yo, al proceder así, manifiesto una negativa a ver, es decir, termino también por reforzar la convención que considera ilícita la vista de los senos, o sea, instituyo una especie de corpiño mental suspendido entre mis ojos y ese pecho que, por el vislumbre que de él me ha llegado desde los límites de mi campo visual, me parece fresco y agradable de ver. En una palabra, mi no mirar presupone que estoy pensando en esa desnudez que me preocupa; esta sigue siendo en el fondo una actitud indiscreta y retrógrada.

De regreso, Palomar vuelve a pasar delante de la bañista, y esta vez mantiene la mirada fija adelante, de modo de rozar con ecuánime uniformidad la espuma de las olas que se retraen, los cascos de las barcas varadas, la toalla extendida en la arena, la henchida luna de piel más clara con el halo moreno del pezón, el perfil de la costa en la calina, gris contra el cielo. Sí -reflexiona, satisfecho de sí mismo, prosiguiendo el camino-, he conseguido que los senos quedaran absorbidos completamente por el paisaje, y que mi mirada no pesara más que la mirada de una gaviota o de una merluza.

¿Pero será justo proceder así? -sigue reflexionando-. ¿No es aplastar la persona humana al nivel de las cosas, considerarla un objeto, y lo que es peor, considerar objeto aquello que en la persona es específico del sexo femenino? ¿No estoy, quizá, perpetuando la vieja costumbre de la supremacía masculina, encallecida con los años en insolencia rutinaria?

Gira y vuelve sobre sus pasos. Ahora, al deslizar su mirada por la playa con objetividad imparcial, hace de modo que, apenas el pecho de la mujer entra en su campo visual, se note una discontinuidad, una desviación, casi un brinco. La mirada avanza hasta rozar la piel tensa, se retrae, como apreciando con un leve sobresalto la diversa consistencia de la visión y el valor especial que adquiere, y por un momento se mantiene en mitad del aire, describiendo una curva que acompaña el relieve de los senos desde cierta distancia, elusiva, pero también protectora, para reanudar después su curso como si no hubiera pasado nada. Creo que así mi posición resulta bastante clara -piensa Palomar-, sin malentendidos posibles. ¿Pero este sobrevolar de la mirada no podría al fin de cuentas entenderse como una actitud de superioridad, una depreciación de lo que los senos son y significan, un ponerlos en cierto modo aparte, al margen o entre paréntesis? Resulta que ahora vuelvo a relegar los senos a la penumbra donde los han mantenido siglos de pudibundez sexomaníaca y de concupiscencia como pecado…

Tal interpretación va contra las mejores intenciones de Palomar que, pese a pertenecer a la generación madura para la cual la desnudez del pecho femenino iba asociada a la idea de intimidad amorosa, acoge sin embargo favorablemente este cambio en las costumbres, sea por lo que ello significa como reflejo de una mentalidad más abierta de la sociedad, sea porque esa visión en particular le resulta agradable. Este estímulo desinteresado es lo que desearía llegar a expresar con su mirada. Da media vuelta. Con paso resuelto avanza una vez más hacia la mujer tendida al sol. Ahora su mirada, rozando volublemente el paisaje, se detendrá en los senos con cuidado especial, pero se apresurará a integrarlos en un impulso de benevolencia y de gratitud por todo, por el sol y el cielo, por los pinos encorvados y la duna y la arena y los escollos y las nubes y las algas, por el cosmos que gira en torno a esas cúspides nimbadas.

Esto tendría que bastar para tranquilizar definitivamente a la bañista solitaria y para despejar el terreno de inferencias desviantes. Pero apenas vuelve a acercarse, ella se incorpora de golpe, se cubre, resopla, se aleja encogiéndose de hombros con fastidio como si huyese de la insistencia molesta de un sátiro.

El peso muerto de una tradición de prejuicios impide apreciar en su justo mérito la intenciones más esclarecidas, concluye amargamente Palomar.




CUESTIONARIO.

1. Resuma en quince líneas el texto.

2. En este capítulo se nos describe el dilema moral-psicológico-social que tiene el protagonista al observar un pecho desnudo. Sus reflexiones le hacen volver una y otra vez a pasar delante de la bañista para captar nuevos puntos de vista ante lo que contempla. Enumere esos diferentes puntos de vista que va el personaje considerando, y que van haciéndole cambiar de criterio.

3. Considera que la evolución mental que va produciéndose en el protagonista es positiva o negativa? ¿Se ha creado un personaje redondo?

4. ¿Cuál es la diferencia entre ver, mirar y observar? ¿Cuál de esas cosas hace el protagonista en este texto?
[Quizá le sea útil leer previamente algunos de estos enlaces.
Entrada "Ver, mirar y observar", de E. J. Isava en "Español al día"
Entrada "Ver y mirar", de Alberto Bustos en el Blog de Lengua].

5. TRANSVERSALIDAD. Existe una gran relación entre la concepción que tiene una sociedad sobre el cuerpo humano y la que tiene del desnudo. Así, la educación machista considera la desnudez como cosa de lujuria (solo necesaria para hacer el amor) o provocación (muy empleado por la publicidad), de ahí que ciertos sectores sociales la consideren como "inmoral". ¿Lo cree Vd. así? Justifique su razonamiento.

6. TRANSVERSALIDAD. Actualmente sigue existiendo una discusión moral sobre la posibilidad de mostrar "los pechos" (y no solo esta parte del cuerpo) de la mujer, pero no así esta parte del cuerpo del hombre. Llega incluso a censurarse la posibilidad de mostrar pechos femeninos (también los procedentes de obras de arte) en redes sociales y otros espacios de difusión social, o se ve mal que una mujer amamante a su bebé en público.
Este doble rasero, que pone en tela de juicio determinados atributos físicos o conductuales de la mujer (y solo de ella), que sólo pueden ser exhibidos en lugares considerados "apropiados" (la intimidad), tiene un largo recorrido histórico.
La hipersexualización de los pechos femeninos ha sido una constante de los hombres durante la historia, provocando la necesidad del cubrimiento de estos y el pudor para mostrarlos, conduciendo, dentro de la moral machista, a la creencia de que no taparlos o el "ir ligera de ropa" es propio de mujeres "inmorales y provocadoras" (el uso de bikinis, top-less, mini faldas, colaless, shorts, crop tops...).
[Lea al respecto este artículo de Irene Hernández en el diario El Mundo, titulado "¿Vestidas para ser violadas?"]
Recientemente hemos visto casos en los que los propios jueces han adoptado esta actitud machista, concluyendo que el ir vestida/desvestida de cierta manera "incita y provoca".
[Lea el artículo "Absuelven a un hombre acusado de violación «porque la víctima llevaba bragas rojas con encaje»" aparecido en ABC el 5/11/2020]..
Le recuerdo que todavía en el siglo XVIII, Rousseau indicaba que los hombres son sujetos racionales, políticos, mientras que las mujeres son seres sentimentales y reproductivas, domésticas, por tanto, seres fundamentalmente "sexuales", conllevando la mirada de seres como objetos y no como sujetos. ¿Por qué cree que existe esta fijación sobre "los pechos de la mujer".
[Quizá pueda leer este interesante libro que trata el tema:
Kaufmann, Jean-Claude (1995). Cuerpos de mujeres, miradas de hombres. Sociología de los senos desnudos Santiago de Chile: LOM, 2011].

7. ¿Qué es un tabú? Cite cuatro tabúes sociales.

8. ¿Qué metáfora emplea el autor para decirnos que el señor Palomar quiere evitar ver el desnudo de la muchacha?

9. Los insistentes paseos del señor Palomar, mientras medita, provocan una situación que se conoce como "voyerismo", justo lo contrario de lo que pretendía. ¿Sabe qué es ser un "voyerista"?

10. ¿Cuántos paseos da en total?

11. Como ha podido comprobar, al desconocer las personas qué es lo que alguien está pensando mientras se le mira, provoca no pocas situaciones confusas, pues aunque el señor Palomar intenta con la mirada explicarle sus pensamientos, cada vez más intelectualizados y modernos, la muchacha al final optará por irse al sentirse incómoda. Esto ocurre, sobre todo, por los prejuicios sociales, como se pone encima de la mesa en este relato: se da por algo natural pensar que "una persona mayor que se pasea una y otra vez por delante de una mujer joven, desnuda, a la que no hace más que mirar, no debe querer nada bueno". ¿Le ha sucedido alguna vez algo parecido? Relátelo brevemente.

12. En este texto, pues, nos encontramos, ante todo, con un proceso de comunicación no verbal, susceptible de muchas interpretaciones. Entre el señor Palomar y la bañista no ha habido comunicación verbal, pero sí una constante comunicación no verbal kinésica: en el relato se nos hace entender que va variando el gesto de la faz y la intensidad y duración temporal de la mirada del señor Palomar (recuerde que se dice que la mirada es el lenguaje de los ojos), así como la velocidad y extensión de sus pasos. Señale cómo se van produciendo estos cambios.

13. A. Kendon estableció cuatro funciones de la mirada: cognoscitiva (los sujetros tienden a apartar la mirada cuando tienen dificultades de codificación), de control (el sujeto puede mirar al interactuante para indicar las conclusiones de unidades de pensamiento y para verificar la atención y las reacciones del mismo), reguladora (con la mirada se pueden solicitar o eliminar respuestas) y expresiva (el grado de implicación de la excitación puede señalarse a través de la mirada). ¿Se dan estas funciones en el relato? Explíquelo.
[Kendon, Adam. “Some Functions of Gaze-Direction in Social Interaction”, in Acta Psychologica, 26 (1967), pp. 22-63]

14. TRANSVERSALIDAD. ¿Qué opina sobre la reflexión de considerar a alguien como un objeto, especialmente a la mujer: "¿No es aplastar a la persona humana al nivel de las cosas, considerarla un objeto, y lo que es peor, considerar objeto aquello que en la persona es específicamente del sexo femenino?"? Arguméntelo en no menos de diez líneas.

15. El relato, de gran realismo social, muestra el choque de dos generaciones, dos mentalidades, una educada con planteamientos machistas y otra más progresista y abierta a la igualdad entre sexos. Pero el peso de la educación, la tradición y las convenciones sociales parece que puede más en el señor Palomar. ¿Cree que ocurre eso actualmente entre la generación de sus padres y la suya? ¿Y la de sus abuelos y la suya?



BIBLIOGRAFÍA.

Barrado, Mari Carmen. "Ver/mirar. Semiótica de la mirada en 'Il seno nudo' de Palomar de Italo Calvino", in Cuadernos de Filología Italiana, 10 (2003), pp. 171-185





No hay comentarios:

Publicar un comentario