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28 de diciembre de 2020

MINILECTURA. DON RAMIRO II EL MONJE Y LA CAMPANA DE HUESCA.


Todo en la vida y muerte del que fue Ramiro II de Aragón es digno de ser narrado. Después de profesar como monje en un monasterio y vivir sinceramente su piadosa vocación, hubo de dejar los hábitos para hacerse cargo de la corona que había dejado vacante la muerte de su hermano Alfonso I el Batallador.

Su elección fue discutida, y no solo conoció el rechazo de muchos de los notables que debían acatarlo sino sus burlas por no conocer el oficio guerrero y ser torpe jinete y pésimo luchador. Todos le llamaban Rey Cogulla, y algunos de los nobles díscolos intentaron raptarlo y quitarle la corona. Hasta un heredero del mítico Roldán le plantó cara.

La obligación que tenía de dejar descendencia le hizo infringir los votos de castidad al menos dos veces, pues, aunque de la primera cópula con la esposa que le habían destinado nació un hijo varón, éste murió enseguida y debió copular otra vez, engendrando en esta ocasión una hembra, que sería esposa del conde barcelonés Ramón Berenguer.

Incluso su muerte fue digna de admiración, toda vez que se produjo en una cacería, atravesado su cuerpo por la flecha destinada a un osezno al que el rey oyó hablar pidiendo clemencia, como había visto suceder en sueños la noche anterior.

Sin embargo, acaso el hecho más memorable en la vida de Ramiro II fue el escarmiento que hizo de los nobles de Huesca. Se sabe que quince nobles rebeldes perturbaban gravemente la gobernación del reino y el rey no sabía qué resolución tomar. Al fin decidió mandar un mensajero al abad del monasterio en que él había profesado como monje para que le enviase por escrito su consejo. El abad no escribió nada: invitó al emisario a pasear con él por la huerta y, con una podadera, fue cortando uno a uno los tallos superiores de las plantas que sobresalían de las demás. Cuando terminó, le dijo al mensajero que regresase al palacio del rey y le contase con todo detalle lo que acababa de ver.

Una vez recibido el mensaje, el rey reflexionó, y luego convocó a todos los notables para celebrar cortes, asegurando que para tal ocasión se había fundido una campana cuya sonoridad alcanzaría las más lejanas fronteras del reino.

27 de diciembre de 2020

MINILECTURA. "LA EMPERATRIZ LEIZU Y LOS GUSANOS DE SEDA".




La historia de la emperatriz Leizu está tan envuelta en leyenda que es difícil distinguir lo real del mito. Aun así, sin importar qué parte de su historia es verdadera en el estricto sentido de la palabra, es una figura importante en la historia de China.

Además, «envuelta» es una gran metáfora.

Sigue leyendo, vas a entender por qué en un minuto.

Leizu, también conocida como Xi Lingshi o Lei Tsu, fue la esposa adolescente de Huangdi, el emperador Amarillo, que tuvo un currículum impresionante, el cual incluyó la fundación de la religión taoísta, la creación de la caligrafía china, así como la invención de la brújula y el torno. El emperador Huangdi gobernó China entre 2697 y 2597 a. C., cuando la fabricación de telas era todavía un proceso nuevo y confuso, y aún no se había descubierto la seda, que puso a China en los mapas del comercio internacional.

Hasta que llegó la emperatriz Leizu.

La historia cuenta que la emperatriz estaba sentada en su jardín, tomando una taza de té, cuando el capullo de un insecto cayó en su taza desde las ramas del árbol de morera que la cubría. A diferencia del estereotipo femenino, la emperatriz no se espantó por el insecto; más bien, lo sacó de su bebida y lo examinó. El calor del té había comenzado a separar el filamento del capullo y Leizu empezó a desenvolverlo.

De ese pequeño capullo salieron metros y metros de un filamento brillante y resistente que envolvía a uno de los gusanos diminutos que se habían estado dando un festín entre las hojas de los árboles de morera del jardín imperial.

Entonces, tuvo una idea.

Leizu se acercó al emperador, su esposo, y le pidió que consintiera una locura que se le había ocurrido: en lugar de deshacerse de los gusanos que habían estado arrasando sus moreras, quería plantar más árboles para que esos gusanos se los devoraran; después quería desenrollar sus pequeños capullos para hacer tela con esas fibras tan finas. Como él mismo era un innovador, el emperador estuvo de acuerdo.

8 de diciembre de 2020

EL MESTER DE CLERECÍA. SIGLOS XIII y XIV. EJERCICIOS. (1)


Antes de realizar el ejercicio que más abajo hemos preparado, sería conveniente que hubiera leído varias veces los apuntes teóricos.

Ahora puede ver este vídeo sobre el mester de clerecía, de 5 minutos de duración:



También este otro sobre Gonzalo de Berceo, de 9 minutos:



Y finalmente este vídeo, de 10 minutos, sobre el "Libro de Buen Amor":



Ahora puede comenzar a realizar este test con valor de 30 puntos:









4 de diciembre de 2020

LA PROSA CASTELLANA EN LOS SIGLOS XIII Y XIV. EJERCICIOS. (1)


Después de leer los apuntes, sería conveniente que visualizara este vídeo referido al rey Alfonso X:


Y este otro audio de don Juan Manuel, ofrecido por la UNED:


Ahora conteste a este cuestionario con valor de 22 puntos.







1 de diciembre de 2020

MÁS DE 150 VASQUISMOS EN EL CASTELLANO, según el Diccionario de la Lengua Española (DLE)

A pesar de que se suele indicar que la influencia del vasco, como lengua prerromana y en contacto con la zona de origen de Castilla, influyó decisivamente en la formación del castellano, lo cierto es que no encontramos en el Diccionario de la Lengua Castellana (edición del tricentenario, de 2014) más allá de 150 palabras a las que se le dé un origen vasco.

Entre ellas se hallan:

A


abarca.(De or. prerromano). f. 1. Calzado de cuero o de caucho que cubre solo la planta de los pies y se asegura con cuerdas o correas sobre el empeine y el tobillo.

aberzale. (Del vasco abertzale 'patriota'). adj. Nacionalista radical vasco. Apl. a pers., u. t. c. s.

achaparrado, da. (Del part. de achaparrarse). adj. 1. Dicho de una cosa: Baja y extendida.
2. Dicho de una persona: Gruesa y de poca estatura. Vid. CHAPARRO

achaparrarse. prnl. 1. Dicho de un árbol: Tomar la forma de chaparro.
2. Dicho de una persona, de un animal o de una planta: Adquirir una configuración baja y gruesa en su desarrollo.
3. Méx. agacharse (encogerse).
Vid. CHAPARRO

LA ÉPICA. CANTAR DE MÍO CID. EJERCICIOS. (1)

Lea primero los apuntes, antes de resolver el siguiente ejercicio sobre la épica castellana y el "Cantar de Mío Cid".

También puede servirle escuchar este breve resumen de 10 minutossobre el "Cantar de Mío Cid":



Adelante. Programa 01. Cantar de Mío Cid (Mediateca de EducaMadrid)


Ahora realice los ejercicios, que tienen un valor de 20 puntos.








28 de noviembre de 2020

LIRICA TRADICIONAL PENINSULAR. EJERCICIOS. (I).

Antes de comenzar a realizar este ejercicio, debe de haber repasado los apuntes facilitados.

En este blog dispone de diversas entradas sobre la lírica primitiva tradicional. Vea en el índice general el tema 7:

https://lenguayliteraturap.blogspot.com/2015/06/indice-del-tema-07-la-lirica-en-la-edad.html 

  Asimismo es conveniente que escuche con atención este breve vídeo de 3 minutos, que le servirá de resumen para poder contestar a las preguntas que se formulan más abajo.

Fíjese ahora en estos resúmenes, donde se aportan los datos esenciales de cada una de las tres líricas, y que le ayudarán para los ejercicios:









Realice ahora los ejercicios, con valor de 20 puntos:


19 de noviembre de 2020

MINILECTURA. LA COMUNICACIÓN NO VERBAL: "LA DANZA DE LAS MANOS" de FLORA DAVIS.




Es una antigua broma decir que "Fulano quedaría mudo si se le ataran las manos". Sin embargo es cierto que todos estaríamos bastante incómodos si nos forzaran a no realizar los pequeños movimientos con que acompañamos e ilustramos nuestras palabras.

La mayoría de las personas son conscientes del movimiento de las manos de los demás, pero en general lo ignoran, dando por sentado que no se trata más que de gestos sin sentido. Sin embargo los gestos comunican. A veces contribuyen a esclarecer, especialmente cuando el mensaje verbal no es claro. En otros momentos, pueden revelar emociones de manera involuntaria. Las manos fuertemente apretadas o las que juguetean constituyen claves sobre la tensión que otras personas pueden notar en nosotros. Un gesto puede ser tan evidentemente funcional, que su sentido exacto es inconfundible. En una película, experimental, una mujer se cubría los ojos cada vez que hablaba de algo que la avergonzaba. Cuando discuơ a su relación con el terapeuta, se acomodaba la pollera.

Algunos de los gestos más comunes están íntimamente relacionados con el lenguaje, como formas de ilustrar o enfatizar lo que se dice. Hay gestos que señalan ciertas cosas y otros que sugieren distancias. "Se acercó un tanto así..." o direcciones: "Debemos movernos más allá". Algunos representan un movimiento corporal (blandir el puño o hacer juegos malabares) y otros delinean una forma o tamaño en el aire. Otros gestos subrayan las etapas durante el desarrollo de una narración: "Entonces se sentó y entonces dijo...".

Cada individuo posee su propio estilo de gesticular y en cierto modo el estilo de una persona revela su cultura. En Estados Unidos, los gestos frecuentemente revelan el origen étnico de un individuo ya que cada cultura posee sus propios movimientos corporales, distintivos, y el estilo es más persistente que un "acento" extranjero o un dialecto. Los expertos creen que en los Estados Unidos los gestos étnicos se transmiten a menudo hasta la tercera generación; por ejemplo, los miembros de una familia del Sur de Italia que han vivido en los Estados Unidos durante tres generaciones, todavía se mueven con la expansividad y ampulosidad que es común a los italianos. Teóricamente, el estilo del movimiento podría persistir para siempre si en cada generación los niños se educaran dentro del entorno étnico. Un niño criado en los suburbios y enviado a otro lugar para concurrir al colegio a una temprana edad, adquiere una forma diferente de moverse [...].

1 de noviembre de 2020

MINILECTURA. "EL CUERVO", de EDGAR ALLAN POE (EE.UU., 1809-1849).

Puede escuchar el poema narrativo "El cuervo" recitado por Pepe Mediavilla aquí:



siguiendo la traducción que realizó Julio Cortázar:

I. Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es -dije musitando- un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”

II. ¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.

III. Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”

IV. Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor -dije- o señora, en verdad vuestro perdón imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.”
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.

V. Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.

VI. Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente -me dije-, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!

VII. De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.

VIII. Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha -le dije-.
no serás un cobarde.
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

IX. Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”

X. Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”

XI. Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda -pensé-, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de “Nunca, nunca más.”

Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir graznando: “Nunca más,”

XII. En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!

XIII. Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable -dije-, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

XIV. “¡Profeta! exclamé-, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

XV. “¡Profeta! exclamé-, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

XVI. “¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! -le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: Nunca más.”

XVII. Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!

Y casi siguiendo literalmente la anterior traducción puede escuchar esta parodia del poema, perteneciente al capítulo 3 de la temporada 2ª (1990) de "Los Simpson":



No obstante, nosotros preferimos la traducción de Efraim Otero, por intentar ser más fiel a la musicalidad y rimas internas que tiene el poema en inglés, y que es la siguiente:




EL CUERVO,

publicado el 29 de enero de 1845 en el diario New York Evening Mirror.

(versión de Efraim Otero Ruiz)
[https://www.escritoresyperiodistas.com/NUMERO27/efraim.htm].



I.- De una media noche al filo, yendo débil, intranquilo,
sobre infolios olvidados de leyenda popular,
de repente, adormilado, sentí así como un llamado,
como de alguien que, porfiado, repicase en mi portal.
Es, me dije, un visitante que a mi alcoba quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.
"

19 de octubre de 2020

EJERCICIOS. TEXTOS EXPOSITIVOS


Conocidas las caracetrísticas de los textos expositivos, realice el siguiente test.




BIBLIOGRAFÍA.

Acosta Cabello, Antonio. Cómo analizar los tipos de discurso: estudio teórico y aplicación práctica. Sevilla: Fundación Ecoem, 2007.
Bassols, M. y Torrent, A. M. Modelos textuales. Teoría y práctica. Barcelona: Octaedro, 2012.
Marcos Marín, Francisco. El comentario libgüístico. Metodología y práctica. Madrid: Cátedra, 1988.
Vera Luján, A., el al. El comentario de texto. Teoría y práctica. Madrid: Centro de Estudios Ramón Areces S.A., 2014.







5 de octubre de 2020

EJERCICIOS. TIPOS DE DESCRIPCIÓN. (2).


Después de haber estudiado los tipos de descripción y sus nomenclaturas, realice los siguientes ejercicios.

Recuerde que puede servirle la parte teórica, para realizar este ejercicio, que figura en la entrada "27 y alguna más... formas de describir. Tipos de descripción. El texto descriptivo. (III)." .

Realice los siguientes ejercicios, señalando el tipo de descripción.






Si quiere puede hacer los ejercicios de la entrada: "Ejercicios. La descripción" .


También puede realizar los de esta otra: "Ejercicios. Tipos de descripción" .







1 de octubre de 2020

EJERCICIO. TIPOS DE SIGNOS


Realice el siguiente ejercicio, determinando qué tipos de signos son cada uno de los que se muestran.




BIBLIOGRAFÍA.-

Vitale, Alejandra. El estudio de los signos. Peirce y Saussure. Buenos Aires: Eudeba-Universidad de Buenos Aires, 2004, pp. 33 a 44.







MINILECTURA. "¿Por qué se escribe?", de MARÍA ZAMBRANO ALARCÓN (1904-1991).


"POR QUÉ SE ESCRIBE"

in Revista de Occidente, tomo XLIV, núm 132 (junio 1934)


«Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que, precisamente, por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas.

Pero es una soledad que necesita ser defendida, que es lo mismo que necesitar de una justificación. El escritor defiende su soledad, mostrando lo que en ella y únicamente en ella, encuentra.

Habiendo un hablar, ¿por qué el escribir? Pero lo inmediato, lo que brota de nuestra espontaneidad, es algo de lo que íntegramente no nos hacemos responsables, porque no brota de la totalidad íntegra de nuestra persona; es una reacción siempre urgente, apremiante. Hablamos porque algo nos apremia y el apremio llega de fuera, de una trampa en que las circunstancias pretenden cazarnos, y la palabra nos libra de ella. Por la palabra nos hacemos libres, libres del momento, de la circunstancia apremiante e instantánea. Pero la palabra no nos recoge, ni por tanto, nos crea y, por el contrario, el mucho uso de ella produce siempre una disgregación; vencemos por la palabra al momento y luego somos vencidos por él, por la sucesión de ellos que van llevándose nuestro ataque sin dejarnos responder. Es una continua victoria que al fin se transmuta en derrota.

Y de esta derrota, derrota íntima, humana, no de un hombre particular, sino del ser humano, nace la exigencia de escribir. Se escribe para reconquistar la derrota sufrida siempre que hemos hablado largamente.

Y la victoria sólo puede darse allí donde ha sido sufrida la derrota, en las mismas palabras. Estas mismas palabras tendrán ahora en el escribir distinta función; no estarán al servicio del momento opresor; ya no servirán para justificarnos ante el ataque de lo momentáneo, sino que, partiendo del centro de nuestro ser en recogimiento, irán a defendernos ante la totalidad de los momentos, ante la totalidad de las circunstancias, ante la vida íntegra.

Hay en el escribir siempre un retener las palabras, como en el hablar hay un soltarlas, un desprenderse de ellas, que puede ser un ir desprendiéndose ellas de nosotros. Al escribir se retienen las palabras, se hacen propias, sujetas a ritmo, selladas por el dominio humano de quien así las maneja. Y esto, independientemente de que el escritor se preocupe de las palabras y con plena conciencia las elija y coloque en un orden racional, esto es, sabido. Lejos de ello, basta con ser escritor, con escribir por esta íntima necesidad de librarse de las palabras, de vencer en su totalidad la derrota sufrida, para que esta retención de las palabras se verifique. Esta voluntad de retención se encuentra ya al principio, en la raíz del acto mismo de escribir y permanentemente le acompaña. Las palabras van así cayendo, precisas, en un proceso de reconciliación del hombre que las suelta reteniéndolas, de quien las dice en comedida generosidad.

Toda victoria humana ha de ser reconciliación, reencuentro de una perdida amistad, reafirmación después de un desastre en que el hombre ha sido la víctima; victoria en que no podría existir humillación del contrario, porque ya no sería victoria, esto es, gloria para el hombre.

26 de septiembre de 2020

TEXTO EXPOSITIVO. LA INSTANCIA


Una solicitud o instancia es un texto expositivo que sirve para hacer una petición a una Administración Pública -sea estatal, comunitaria o local- (o en el ámito privado para solicitar alguna cuestión a un superior jerárquico).

Mediante este tipo de texto, podemos solicitar, por ejemplo, la concesión de becas o ayudas, certificados, licencias de obras, la participación en una convocatoria pública de empleo...

El modelo más común es el siguiente:



24 de septiembre de 2020

PALABRAS AGUDAS

Todas las palabras se pueden dividir en sílabas. Una sílaba es un sonido (solo puede ser una vocal: a, e, i, o, u) o conjunto de sonidos articulados (vocal + vocal, consonante + vocal -o al revés-, grupo consonántico + vocal -o al revés-) que se producen entre dos breves y casi imperceptibles interrupciones de la salida de aire de los pulmones en la emisión de voz.
[Cfr. nuestra entrada "¿Qué es una sílaba? Diptongos y triptongos"]

DRAE: Las palabras agudas son aquellas cuya última sílaba es tónica.

Entenderemos por "última sílaba" a la que concluye una palabra, de tal manera que en el lenguaje escrito nos fijaremos en la sílaba que esté más a la derecha de la palabra, como podemos observar en el siguiente ejemplo:

 

monosílabas:
vi











bisílabas:
co ral










trisílabas:
or ques ta









tetrasílabas:
a ma po la








pentasílabas:
ba chi lle ra to







hexasílabas:
ex tra or di na rio






heptasílabas:
a con di cio na mien to





octosílabas:
vi de o a fi cio na do




nonasílabas:
an ti cons ti tu cio na li dad



decasílabas:
o to rri no la rin go lo a


endecasílabas:
tri me til cio clo ke xa no la xa to

dodecasílabas:
e lec tro en ce fa lo grá fi ca men te
tridecasílabas
hi po po to mons tro ses qui pe da lio fo bia

15 de septiembre de 2020

MINILECTURA. SITUACIONES DE COMUNICACIÓN. (I).


« Por la mañana, cuando el señor A. llega a su oficina, lee su correspondencia. Al clasificarla encuentra cierto número de folletos destinados a describir los méritos de varias máquinas industriales. Por la ventana abierta se oye el tenue sonido de una radio y la voz de un locutor que, con frases claras, exalta la calidad de una marca de pasta dentífrica.

Al entrar su secretaria en la habitación lo saluda con un alegre «buenos días», que él contesta haciendo un gesto amistoso con la cabeza, mientras prosigue con su conversación telefónica con un socio. Más tarde dicta a su secretaria un número de cartas; luego asiste a una reunión de directorio durante la cual recoge la opinión de sus socios. En el transcurso de esta reunión se discuten cierto número de nuevas disposiciones gubernamentales y su efecto sobre el plan de acción de la firma [...].

19 de agosto de 2020

ANGLICISMOS. EJERCICIOS.


Los anglicismos son palabras, expresiones o giros procedentes de la lengua inglesa. Muchas veces éstas tienen un correlato en español, por lo que son consideradas innecesarias, intrusas al idioma, un extranjerismo innecesario; otras, deben ser adaptadas, por ser creadas sobre nuevos inventos, tecnología, ciencia, etc., constituyéndose en un préstamo lingüístico, un neologismo, adaptándose entonces a nuestra pronunciación (es el caso de "by-pass" → baipás; "boycott" → boicot; "gangster" → gánster; "meeting" → mitin; "scooter" → escúter...).

Por ello, en esta entrada vamos a centrarnos en los anglicismos intrusos e innecesarios, pues tienen su correspondiente palabra castellana por la que no deberían ser empleadas, y que por moda y sometimiento mercantil, se ven sustituidas por la palabra inglesa.

En este enlace podrá encontrar algunas de estas palabras que deberíamos evitar: https://web.archive.org/web/20090906091817/http://www.anglodir.com/

Y en https://twitter.com/hashtag/extranjerismosinnecesarios, que la propia FUNDÉU promociona en twitter con la «etiqueta» («hastag») #extranjerismosinnecesarios, podrá estar al día de numerosos anglicismos.

Visualice (4 m 33 s) en primer lugar este comentario realizado en la Cadena 100, que nos servirá de introducción a este tema:

En este vídeo de (6 m 20 s), además, podemos comprobar cómo en los paises americanos de habla castellana se filtran con más comodidad las palabras inglesas:

11 de agosto de 2020

8 de agosto de 2020

TEMA 14. EL SINTAGMA NOMINAL Y EL SINTAGMA ADJETIVAL.


0. Concepto de sintagma

1. Tipos de sintagmas.

2. El Sintagma Nominal (SN).

2.1. Estructura del SN.

2.2.El núcleo del SN.

2.2.1. El sustantivo o nombre.

2.2.1.1. Definición morfológica.

2.2.1.1.1. El género

2.2.1.1.1.1.Terminaciones generales de género.

2.2.1.1.1.1.1.Terminaciones cultas.

2.2.1.1.1.1.2. Terminaciones en -a de sustantivos masculinos.

2.2.1.1.1.2. Sustantivos de género inherente.

2.2.1.1.1.3. Sustantivos comunes de género.

2.2.1.1.1.4. Sustantivos ambiguos en género.

2.2.1.1.1.5. Sustantivos epicenos.

2.2.1.1.1.6. Sustantivos heterónimos.

2.2.1.1.1.7. CASOS ESPECIALES.

2.2.1.1.1.7.1. Sustantivos comunes cuya terminación masculina designa persona y la femenina instrumento.

EJERCICIOS:
Género de los sustantivos
Género de los sustantivos, autorresueltos
Formación del femenino de los sustantivos, autorresueltos
Sustantivos de género ambiguo
Procedimiento morfológico de formación del género de los sustantivos

2.2.1.1.2. El número.

2.2.1.1.2.1. Regla general para la formación del número.

2.2.1.1.2.2. Pluralia tantum.

2.2.1.1.2.3. Singularia tantum.

2.2.1.1.2.4. El plural en las palabras compuestas.

2.2.1.1.2.5. El plural en los latinismos.

2.2.1.1.2.6. El plural en los extranjerismos.

2.2.1.1.2.7. CASOS ESPECIALES en la formación del plural.

EJERCICIOS:
Formación del plural de los sustantivos.
Formación del plural de los sustantivos, autorresueltos.
Formación del plural de las palabras compuestas
Formación del plural de los sustantivos compuestos, autorresueltos.

2.2.1.2. Definición sintáctica.

2.2.1.3. Definición y clasificación semántica.

2.2.1.3.1. Sustantivos abstractos.

2.2.1.3.1.1. Sustantivos abstractos de fenómeno.

2.2.1.3.1.2. Sustantivos abstractos de cualidad.

2.2.1.3.1.3. Sustantivos abstractos de de cantidad.

2.2.1.3.1. Sustantivos concretos.

2.2.1.3.1.1 Sustantivos propios.

2.2.1.3.1.1.1 Sustantivos propios biónimos.

2.2.1.3.1.1.1.1 Antropónimos.

2.2.1.3.1.1.1.2. Zoónimos.

2.2.1.3.1.1.1.3. Fitónimos.

2.2.1.3.1.1.1.4. Gentilicios.

2.2.1.3.1.1.1.5. Antropónimos y zoónimos falsos.

2.2.1.3.1.1.2 Sustantivos propios abiónimos.

2.2.1.3.1.1.2.1. De objetos.

2.2.1.3.1.1.2.2. Cosmónimos.

2.2.1.3.1.1.2.3. Topónimos.

2.2.1.3.1.1.2.4. Cronónimos.

2.2.1.3.1.1.2.5. De obras y creaciones artísticas.

2.2.1.3.1.2 Sustantivos comunes.

2.2.1.3.1.2.1. Incontables

2.2.1.3.1.2.1.1. De materia.

2.2.1.3.1.2.2. Contables

2.2.1.3.1.2.2.1. Genéricos.

2.2.1.3.1.2.2.1.1. Individuales

2.2.1.3.1.2.2.1.2. Colectivos.

EJERCICIOS:
Sustantivos colectivos
Sustantivos colectivos autorresueltos

2.2.2. El pronombre.

2.2.3. El infinitivo.

2.3.Los determinantes (DET) o actualizadores.

2.3.1. El determinante artículo indeterminado.

2.3.1.1. Definición morfológica.

2.3.1.2. Definición sintáctica.

2.3.1.3. Definición semántica.

2.3.2. El determinante artículo determinado

2.3.2.1. Definición morfológica.

2.3.2.2. Definición sintáctica.

2.3.2.3. Definición semántica.

2.3.3. El determinante adjetivo demostrativo

2.3.3.1. Definición morfológica.

2.3.3.2. Definición sintáctica.

2.3.3.3. Definición semántica.

2.3.4. El determinante posesivo.

2.3.4.1. Definición morfológica.

2.3.4.2. Definición sintáctica.

2.3.4.3. Definición semántica.

2.3.5. Los determinantes numerales o cuantificadores (Q)

2.3.5.1. Definición morfológica.

2.3.5.2. Definición sintáctica.

2.3.5.3. Definición semántica.

2.3.5.3.1. Cardinales

2.3.5.3.2. Ordinales

2.3.5.3.3. Partivos o fraccionarios

2.3.5.3.4. Multiplicativos.

2.3.5.3.5. Indefinidos.

2.3.5.3.6. Distributivos.

2.3.5.3.7. Ambos/as.

2.3.6. Los determinantes relativos cuyo/a/s.

2.3.7. Los determinantes exclamativos.

2.3.8. Los determinantes interrogativos.

2.4.Los complementos del nombre (COMPL).

2.4.1. El Sintagma Adjetivo (SAdj) como Adyacente (Ady) del nombre.

2.4.1.1. Estructura del SAdj.

2.4.1.2. El núcleo del SAdj.

2.4.1.2.1. Definición morfológica.

2.4.1.2.1.1. Género del adjetivo.

2.4.1.2.1.1.1. Adjetivos de dos terminaciones.

2.4.1.2.1.1.1. Adjetivos de dos terminaciones.

2.4.1.2.1.2. Número del adjetivo.

2.4.1.2.1.3. La concordancia.

2.4.1.2.1.4. Grado del adjetivo.

2.4.1.2.1.4.1 Grado positivo.

2.4.1.2.1.4.2 Grado comparativo.

2.4.1.2.1.4.3 Grado superlativo.

2.4.1.3. Los cuantificadores (Q) del SAdj.

2.4.1.4. Los complementos (COMP) del SAdj.

2.4.1.4.1. El Sintagma Preposicional (SPrep) como complemento del adjetivo (CAdj).

2.4.1.4.2. La oración subordinada como complemento del adjetivo (CAdj).

2.4.1.2.2. Definición sintáctica.

2.4.1.2.3. Definición y clasificación semántica.

2.4.1.2.3.1. Calificativos.

2.4.1.2.3.1.1. Especificativos.

2.4.1.2.3.1.1. Explicativos o epítetos.

2.4.1.2.3.2. Relacionales.

2.4.1.2.3.3. Gentilicios.

2.4.2. El Sintagma Preposicional (SPrep) como complemeneto del nombre (CN).

2.4.3. El SN como aposición (APOS) de otro nombre.

2.4.4. La oración subordinada sustantiva (Or. Sub. Sust) como CN.

2.4.5. La oración subordinada adjetiva (Or. Sub. de Rel.) como CN.

2.4.6. Ocasionalmente un Sintagma Adverbial (SAdv) como CN.

2.5.La sustantivación o recategorización de adjetivos, verbos y verbos + pronombre en sustantivos.







27 de julio de 2020

MINILECTURA. "BIOGRAFÍA DE FRAY LUIS DE LEÓN", de FERMÍN HERNÁNDEZ IGLESIAS (España, 1833-1909).



FRAY LUIS DE LEÓN.

por FERMÍN HERNÁNDEZ IGLESIAS.
Salamanca, 10 de abril de 1856.
"La Ilustración. Periódico Universal", número 374, Tomo VIII, de fecha 28-04-1856, pp. 2-4 (162-164 del Tomo).


[Pág. 2: 162 del Tomo].
El siglo XVI fue todo español, y aún con la antítesis que forman el genio expansivo y emprendedor de Carlos de Austria y el carácter tétrico e intolerante de Felipe II, brillante ropaje viste nuestra nación, bastante a encubrir por entonces el cáncer que empieza a devorarla. Instrumento de la Providencia, Carlos I, como lo son todos los grandes trastornadores del mundo, favorece sin saberlo, la vida de relación entre los pueblos; y duro Felipe II y enérgico contra la reforma, no puede salvar nuestra nacionalidad eminentemente católica, sin que la empañen la sangre de los tormentos y el humo de las hogueras. Uno y otro hemisferio admiran el valor de nuestros soldados, y los discípulos de Lutero, como los sectarios del Corán, resisten con dificultad su arrojo; los artistas españoles aprenden en Italia y acaban por crearse una vigorosa originalidad; nuestra lengua es europea, y el gusto, las modas y costumbres de los españoles, imperan en la literatura y en los trajes, teatros y salones diplomáticos de todos los países cultos.

[Pág. 3: 163 del Tomo].
Con razón Felipe II, llamaba a la capital del vecino imperio «mi bella ciudad de París». En medio de tanta grandeza, tres hechos culminantes caracterizan aquel siglo, y tres fases diversas nos ofrece la vida del agustino de Salamanca. El Santo Oficio usurpa las facultades de la magistratura, invade las atribuciones de las Cortes, y receloso y suspicaz, oprime la inteligencia y suspende en su progreso las ciencias políticas sociales. Fr. Luis de León, independiente como todo genio elevado, iniciador como toda imaginación brillante, cinco años estuvo preso en las cárceles secretas de la inquisición de Valladolid. A la reforma religiosa sucede la «reacción»; un fraile agustino rompe en Alemania la unidad de la Iglesia, y un militar español se levanta a defenderla y crea en la compañía de Jesús el defensor más decidido de la autoridad pontificia; y cuando el panadero de Hardem y el sastre de Leyden predicaban sus extravagantes aberraciones, España abundó en escritores ascéticos y místicos, como Fr. Luis, restaurador erudito a la par de los libros sagrados, y recordó sus triunfos militares, y estableció el alcázar de sus reyes, en un monasterio, símbolo grandioso de lo que fueron nuestras artes. El siglo de oro de la literatura española da a nuestro idioma todo su vigor, riqueza y armonía; la poesía, con especialidad, toma formas muy varias, y el vate de Belmonte, con una naturalidad que encanta, con esa elevación de pensamientos, que como al descuido expone, fue acaso el que creó la oda española.

Hijo, nuestro célebre poeta, del licenciado D. Lope de León, oidor de la chancillería de Granada, y de doña Inés de Varela, nació por los años de 1527 en la villa de Belmonte (Cuenca)1, donde pasó los primeros años de su vida. Como D. Lope era abogado de la corte, hubo de seguirla a Madrid y Valladolid, y Luis le acompañaba: contaba ya catorce años de edad cuando su padre le envió a Salamanca para que estudiara cánones; pero como desconociera las caricias maternas, como se veía postergado, quizás en el cariño paterno, a sus hermanos mayores, se desarrolló en él inclinación lan decidida por el retiro, que tomó el hábito de San Agustín en el monasterio que hubo en esta ciudad, y en 29 de enero de 1544 pronunció el solemne voto que le arrancaba del mundo.
NOTA 1 del autor:
Así lo declara él mismo en la primera audiencia que le concedió el inquisidor, doctor Guijarro de Mercado, en Valladolid, a 15 de abril de 1572. Le han creído natural de Granada el licenciado D. Francisco Bermúdez de Pedraza, "Antigüedades y excelencias de Granada", 1608; el licenciado Luis Muñoz, "Vida del M(aes)tro Fr. Luis de Granada", 1639; Fr. Tomás de Herrera, "Historia del convento de San Agustín de Salamanca", Madrid, 1652, y los SS.Redactores del 'Parnaso español", Madrid, 1771, siguiendo después esta misma opinión Mr. Sismondi de Sismondi, Mr. Viardot, Capmany, D. José Amador de los Ríos y la mayor parte de los que han escrito acerca de Fr. Luis de León. Fr. Manuel Vidal, "Agustinos de Salamanca", Salamanca, 1731, dice que fue natural de Madrid, según se presume... o acaso de Belmonte.
[añadido mío → y de aquí partirá la confusión también de nombrarlo como de Belmonte de Tajo (Madrid)].