En esta entrada vamos a realizar el análisis literario y estudio o comentario crítico de la obra de Joan Manuel Gisbert "El último enigma", que pertenece al género literario narrativo y al subgénero de aventuras y misterio.
TEMAS QUE VAMOS A DESARROLLAR |
1. Contextualización. 2. Tipo de narrador y punto de vista. 3. Estructura externa de la obra. 4. Estructura interna de la obra. 5. Secuencias temporales. 6. Espacio. 7. Análisis de los personajes. |
1. CONTEXTUALIZACIÓN.
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Gisbert, Joan Manuel. (2000). El último enigma. Zaragoza: Edelvives, 2009, 2ª ed., 19ª impr. |
Aunque el contexto histórico es real, la trama es ficticia y se centra en la intriga y el misterio más que en la recreación histórica precisa. De este modo, la novela reflejará la tensión entre el saber, la superstición y el poder de la Iglesia, así como la persecución de sociedades secretas y la represión del pensamiento libre, pero de un modo literaturizado.
[Quizá puedan interesarle otras novelas-ensayos que hablan sobre el misterio de Salomón, concretamente sobre la "Mesa del rey Salomón", que tantas leyendas ha ocasionado en España. Por ejemplo: "La mesa del rey Salomón. Los buscadores. 1.", de Luis Montero Manglano (puede escuchar una entrevista sobre este libro al autor en: https://www.youtube.com/watch?v=gKk_H-PEhTg); "Leyendas del rey Salomón", de Pilar Romeu (Ed. Tirocino, 1999); "El enigma de la mesa de Salomón", de Juan Eslava Galán (Barcelona: Martínez Roca, 1988).
El canal de Podium Podcast realizó en "La escóbula de brújula" un programa dedicado a "La mesa de Salomón"].
2. TIPO DE NARRADOR Y PUNTO DE VISTA.
[Para profundizar en los tipos de narrador, vea nuestra entrada de este blog titulada "Desde qué punto de vista se narra el relato. Focalización de la narración. Tipos de narradores"] .
La historia está expuesta por un narrador que no forma parte de la historia (heterodiegético), y que es omnisciente, en tercera persona, pues conoce los pensamientos y sentimientos de todos los personajes (por ejemplo: "cuando regresaba a la posada, Ismael tuvo una sensación de lo más extraña", "al posadero le extrañaron mucho aquellos deseos, pero no quiso hacer preguntas para no implicarse más. Sospechaba algo turbio en todo aquel asunto"...), lo que permite al lector acceder a diferentes perspectivas y, a la vez, mantener el misterio.
Esta se centra en la Hermandad del Enigma de Salomón, una sociedad secreta cuyos miembros comienzan a perder la cordura tras recibir un enigmático manuscrito conocido como el Enigma de Salomón. Este enigma, lejos de ser un simple desafío intelectual, es, en realidad, una trampa mortal diseñada para desmantelar a la Hermandad desde dentro.
De este modo, el relato se despliega en dos hilos argumentales que van trenzándose alternativamente (no siempre de manera regular), recibiendo la información el lector de manera fragmentaria, incrementando el suspense. Esta estructura de dos relatos o tramas paralelas que se desarrollan simultáneamente en el tiempo, pero con protagonistas, entornos y situaciones diferentes, que finalmente se conectan entre sí en el clímax o resolución de la obra, implica interrumpir el desarrollo de la acción de manera constante y bruscamente, trenzando o alternando capítulos o escenas, llamándose de vasos comunicantes (recordemos el capítulo de la feria en “Madame Bovary”, o las novelas “La sombra de los vientos” de Carlos Ruiz Zafón y “Pan negro”, de Emili Texeidor), y que nos es muy conocida también a través del cine, denominándose montaje paralelo o entrecortado (“cross-cutting"). Suele emplearse para generar tensión y suspense, sobre todo por conllevar, a su vez, una ralentización de las acciones hasta el clímax final, además de una aceleración temporal, al elegir fragmentos temporales concretos. De este modo, el narrador controla el ritmo narrativo para hacer coincidir acontecimientos cruciales de distintas tramas, manteniendo la tensión y el interés del lector hasta el desenlace conjunto. Es importante diferenciar esta técnica de la de obras con relatos independientes o de simples analepsis o flashbacks, ya que el núcleo es la simultaneidad y la convergencia final. La ventaja de esta estructura es que la narración se enriquece al ofrecer múltiples perspectivas sobre un mismo periodo temporal y, al converger los relatos, se provoca un mayor impacto dramático y una resolución más compleja e interesante. Además, la narración no lineal de esta novela genera ambigüedad: el lector duda sobre el orden de los sucesos y las verdaderas intenciones de algunos personajes hasta que la trama converge en su desenlace. El relato gana de este modo en profundidad, ya que distintos hilos temporales y espaciales terminarán revelando conexiones inesperadas:
3. ESTRUCTURA EXTERNA DE LA OBRA① Por un lado, tenemos al abogado Bartolomé Loos, quien, desesperado, busca la ayuda del doctor Jacob Palmaert en Brujas (este es un estudioso de enfermedades mentales, que inicialmente parece ayudar, pero que se revelará como uno de los artífices del falso enigma y la locura de la Hermandad). Loos está preocupado por la salud mental de sus compañeros de la Hermandad, quienes han sucumbido a la locura al intentar resolver el enigma. Además, teme por su propia vida, ya que sospecha que hay un traidor entre ellos.
Plano de la ciudad de Brujas, de 1575 ② Por otro lado, en Amberes, encontramos a Ismael, un joven huérfano de doce años que trabaja en la posada "La Encrucijada", enviado por su tío para que le advierta de la llegada de un miembro de la Hermandad. Ismael lo hace complacido, pues está obsesionado con la idea de convertirse en aprendiz de los Maestros de los Enigmas.
Tras cruzarse con un misterioso hombre que dice ser Juan de Utrecht (un colaborador de la Inquisición, ambicioso y manipulador, que será el responsable directo de la conspiración contra la Hermandad, y que terminará siendo asesinado, víctima de su propia maldad), decide seguirlo y se ve arrastrado a la peligrosa red de la Hermandad. Este personaje juvenil evolucionará de ser un niño ingenuo a ser testigo de la traición y la locura, logrando finalmente su objetivo de ser discípulo, pero perdiendo parte de su inocencia. Así, se convertirá Adrián Gheel, Maestro de Enigmas, natural de Breda, que se hace pasar por otra persona, Juan de Utrecht, para protegerse, en su modelo a seguir y su mentor final, por mucho que Sebastián Leiden, su tío y tutor, canónigo que representa la autoridad y la tradición, lo fuera para este al inicio de la novela.
Plano de la localidad de Amberes A medida que la trama avance se irán revelando las verdaderas intenciones del colaborador de la Inquisición, Lucas Lauchen, y del propio doctor Palmaert, quienes han tramado un plan en torno al falso enigma para acabar con la Hermandad, acusada de herejía. El enigma resulta ser un engaño, y la locura de los Maestros es el resultado de la manipulación y el miedo, no de un misterio genuino. El desenlace desvelará la traición y la lucha por la supervivencia de los pocos miembros que aún conservan la cordura, mientras Ismael finalmente logra ser aceptado como aprendiz, aunque a un alto costo personal y moral.
Externamente, la obra se estructura en 23 capítulos, cada uno de los cuales está delimitado y suele centrarse en un personaje o situación concreta, alternando entre las dos tramas principales, con un desarrollo lineal de planteamiento, nudo y desenlace claro, y cuyo detalle pormenorizado puede leerlo en la entrada de este blog: « RESUMEN DE "EL ÚLTIMO ENIGMA", de Joan Manuel Gisbert ».
Internamente, la obra hemos dicho que se desarrolla alternando dos historias paralelas (narración enrecruzada y enzarzada temporalmente), la historia de la Hermandad y la de Ismael, convergiendo ambas hacia el clímax final en el capítulo XXII. Esta alternancia permite mantener el suspense y la tensión narrativa. El punto culminante se da cuando se desvela la verdad sobre el enigma y la traición de Lucas Lauchen y Palmaert, lo que desencadena la resolución de la trama. El desenlace es sorpresivo y deja una reflexión sobre la ambición, la traición y el poder destructivo del miedo y la manipulación.
El epílogo explicativo del capítulo XXIII, rápido y somero, permite al lector conocer el destino de cada uno de los personajes, proporcionando un cierre total a toda la historia.
5. SECUENCIAS TEMPORALES.
En cuanto al tiempo interno de la obra, la acción transcurre en pocos días, quizá una semana, aunque la alternancia de capítulos y la narración paralela pueden dar sensación de mayor amplitud temporal. Todo comienza en el 15 de abril de 1564, pero no se nos da la fecha final.
El tiempo externo es el de la segunda mitad del siglo XVI, en el territorio español en Flandes ("Aquel Flandes del siglo XVI concentraba a menudo, en pocos días, episodios de asombro, peligro y misterio..."), pero no se ve recreado el ambiente salvo por las menciones a la Inquisición, ni siquiera en descripciones de lugares, vestuario, detalles de época, etc.
Si bien la novela comienza "in medias res", hay manipulaciones temporales de analepsis o retrospecciones o flashback en algunos episodios, como hemos indicado en el resumen ("Ismael no sospechó que su compañero de cuarto era el misterioso muchacho que había entrado y salido por una ventana de La Encrucijada") y de prolepsis ("no sabía aún que ese joven, en secreto, acompañaba también al hombre llamado Juan de Utrecht en su viaje a Brujas" o "más tarde, Ismael recordaría cómo aquel encuentro marcó el inicio de toda la cadena de sucesos que cambió su vida para siempre”). Baste como modelo amplio de prolepsis el resumen final del epílogo sobre los hechos futuros : “Todavía hay quien, muchos años después de aquellos hechos, sigue buscando desesperadamente el verdadero Enigma de Salomón…”.
En todo caso, el manejo temporal de la obra es lineal, pero incluye comentarios del narrador que anticipan o recuerdan, rompiendo sutilmente la cronología para enriquecer la tensión y la profundidad narrativa, y, sobre todo, generar anisocronías de desaceleración a través de pausas digresivas y ralentí
6. ESPACIO.
El espacio se concreta en dos focos: la ciudad de Brujas y la de Amberes.
7. ANÁLISIS DE LOS PERSONAJES.
[Para profundizar en los tipos de personajes, vea nuestra entrada en este blog: "A quién le sucede la historia de la narración: clasificación de los personajes"].
Ismael es uno de los protagonistas, pero no el único. Aunque no se nos describen sus rasgos físicos, se caracteriza por ser un muchacho joven, de apenas doce años, valiente y curioso. Quiere ser criado o discípulo de cualquiera de los Maestros de la Hermandad ("Chico de apenas doce años que quería formar parte de la Hermandad Secreta a toda costa aunque fuera por delante su vida. Su ilusión era ser discípulo del que creía que era Juan de Utrecht"). Tiene determinación para conseguirlo, no deteniéndole ningún peligro o temor. Trabajará en la posada "La Encrucijada", a las afueras de Amberes, por deseo de su tío Sebastián Leiden, para que le informe si llega un desconocido caballero que forma parte de la Hermandad. Encarna el arquetipo del aprendiz valiente y curioso, cuya historia de maduración se sitúa en el eje central de la novela. La narración resalta en todo momento tanto su inocencia inicial como el progresivo crecimiento personal a lo largo de la trama, siendo testigo de asesinatos, y, consecuentemente, perdiendo la inocencia inicial. Acabará siendo discípulo de Adrián Gheel y luego, a los 35 años, será Maestro de Enigmas, sucediendo a Sofía tras su fallecimiento.
Bartolomé Loos otro de los protagonistas de la obra, es un letrado de gran prestigio en la localidad de Brujas, miembro de la Hermandad del Enigma de Salomón (“su carrera de abogado era de gran prestigio, siendo reconocido como uno de los mejores letrados de su época. Le caracteriza su sentido de la honradez y también su curiosidad, ya que intentó coger el Enigma de Salomón que se encontraba en el despacho del doctor Palmaert"), que acoge en su casa a sus compañeros enfermos. Es quien solicita ayuda al doctor Jacob Palmaert para salvarlos de la locura. Desempeña un papel protagonista en la investigación y desenmascaramiento de los que quieren eliminar a la Hermandad y para tejer el desenlace final, informando a Mateo Sluys, procurador del Consejo de Flandes, para que en nombre de la Justicia acuda a su casa. Está caracterizado como una persona honrada, íntegra y muy curiosa en la búsqueda de la verdad. No se verá afectado por la "locura" de los restantes membros de la Hermandad.
Adrián Gheel/Juan de Utrecht, natural de Breda, es un hombre de edad mediana, tenso y siempre alerta, cuyos ojos "miraban con intensidad, distantes, escrutadores", con un aire misterioso y reflexivo. Maestro de Enigmas de la Hermandad, se convertirá en el mentor de Ismael. Asumirá la identidad de Juan de Utrecht, traidor a la Hermandad por dinero, una vez que se suicide, acompañándole su discípulo Tobías, para ganar tiempo y maniobrar en las sombras, y evitar que los enemigos (especialmente la Inquisición y Lucas Lauchen, que buscan destruir la Hermandad) descubran que uno de sus miembros más influyentes se ha suicidado tras traicionar al grupo.
Tobías, es un personaje secundario, discípulo inicial de Juan de Utrecht, que tras haberse suicidado colaborará con Adrián Gheel para encontrar a los que han sido los causantes de que adoptara esta decisión. Acabará asesinado por error, por los dos sicarios de Lucas Lauchen, en el desfile de los frailes franciscanos a las puertas de Amberes. Se nos describe como un chico de aspecto similar a Ismael.
Los miembros de la Hermandad son 12. De ellos conocemos los nombres de algunos: Adrián Gheel de Breda, Bartolomé Loos de Brujas, Nicolás de Gante (que aparentó haber muerto por haber caído, bien de motu proprio bien accidentalmente, a un barranco cerca de la casa de Loos), Theo y Lucius de Aachen, Juan de Utrecht (traidor que se vende para pagar sus deudas, y que acabará suicidándose. Es a este al que Adrián Gheel usurpará el nombre mientras viaja), el decano Julián de Ostende (que fallece por enfermedad anterior a la conjura), Sofía (la única mujer que forma parte de la Hermandad, aparentemente sufre las consecuencias de la trama, siendo la que más muestras de locura presenta. Pero todo era fingido y puro teatro).
Mateo Sluys, procurador del Consejo de Flandes, que asistirá en el desenlace de la trama, en misión oficial, para detener a los implicados.
Jacob Palmaert, doctor especializado en enfermedades mentales ("hombre huraño y sombrío, era una reconocida eminencia en las enfermedades y desórdenes de la mente. Su prestigio había atravesado las fronteras. Consultado a menudo por príncipes, nobles y obispos, pasaba por ser el mejor conocedor de las oscuridades y extravíos del pensamiento"), es descrito como una persona de mediana estatura, con cabello canoso, cejas y barba muy pobladas. Inicialmente es requerido por Bartolomé Loos para diagnosticar y tratar a los miembros de la Hermandad del Enigma de Salomón afectados por una extraña locura tras la recepción del falso enigma. Debido a su reputación y conocimientos, Palmaert se presenta como la figura capaz de ofrecer una explicación científica y sanitaria al grave estado mental de los enfermos. Sin embargo, su función real es la de cómplice y agente doble: lejos de ser un simple médico neutral, está implicado en la conspiración para destruir la Hermandad. Junto con Lucas Lauchen, Palmaert participa activa o indirectamente en la manipulación y el ataque psicológico contra los miembros, utilizando sus saberes de psiquiatría para comprender y a la vez agravar la situación de los afectados. De este modo, su papel dentro de la trama es tanto el de "falso salvador" (el supuesto curador que en realidad enmascara el daño) como el de antagonista encubierto, ya que utiliza su posición de confianza y su autoridad médica para ocultar la verdad y contribuir a la ruina de la Hermandad. Huirá a Lovaina, tras el desenlace de la trama, señalado en Brujas como un mal doctor.
Lucas Lauchen es el principal antagonista, autor y responsable de la conspiración contra la Hermandad. Es un ser perverso, calculador, que actúa desde la sombra, de gran maldad, determinación fría, insensible ante el dolor de los miembros de la Hermandad, mostrándose indiferente, apoyándose en dos sicarios para cometer los asesinatos de Juan de Utrecht y de Tobías (creyendo que era Ismael), que considera son necesarios para salvaguardar la conspiración. Corrompe a Sebastián Leiden prometiéndole que le hará obispo y a Juan de Utrecht a cambio de dinero, y manipula al doctor Jacob Palmaert, que se convierte en su aliado y cómplice. Es un ser fanático e intolerante, con total desprecio a todo rasgo de humanidad. Tras huir a Francia, morirá asesinado en Estrasburgo.
Dos sicarios asesinos, personajes instrumentales sin nombre, violentos, fríos, despersonalizados, que actúan bajo las órdenes directas de Lucas Lauchen, y responsables de los asesinatos de Juan de Utrecht y de Tobías.
Sebastián Leiden, es un personaje secundario, tío lejano de Ismael, canónigo de la catedral de Amberes, que colabora en la trama a cambio de poder ascender a obispo. Representa a la figura protectora y ser el guía espiritual inicial de Ismael. "Caminaba con dificultad y todos los movimientos parecían costarle un gran esfuerzo". Acabará sus días en una sede lejana (de la cual no se da nombre).