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19 de septiembre de 2022

MINILECTURA. "EL LENGUAJE. CARACTERIZACIÓN DE SUS FORMAS FUNDAMENTALES", de María del Carmen Ugalde.

Ugalde, María del Carmen. "El lenguaje. Caracterización de sus formas fundamentales", in Letras, I, 20-21 (1987), pp. 15-34.

El lenguaje es un sistema de signos que utiliza el ser humano, básicamente, para comunicarse con los demás o para reflexionar consigo mismo. Este sistema de signos puede ser expresado por medio del sonido (signos articulados) o por medios gráficos (escritura). Estas dos posibilidades de los signos lingüísticos corresponden a los dos usos del lenguaje que llamaremos código oral y código escrito.

El código oral antecede, históricamente, al escrito. El código escrito debe su origen a la evolución social y política; el oral, a condiciones naturales y de él se establece posteriormente, el código escrito. Este orden cronológico de aparición de estas formas se repite en la adquisición del lenguaje. El niño primero aprende la forma oral del lenguaje y sólo más tarde (si tiene la posibilidad) aprende el código escrito.

Con la adquisición del lenguaje el niño se sociabiliza, lo adquiere en el contacto con los demás y, a la vez, se pone en contacto con los otros por medio del lenguaje.

A medida que adquiere el lenguaje, adquiere también la visión de mundo, la escala de valores de los otros miembros de su grupo social.

Como mecanismo socializador, el lenguaje contribuye a que el hombre sea en sociedad y no sólo individualmente, Por lo tanto, este proceso de socialización se inicia no sólo con el convivir, sino especialmente con el aprendizaje y uso del lenguaje del grupo, que actúa, muchísimas veces, como vehículo de cohesión e identidad grupal.

Hymes señala que

«el niño normal adquiere un conocimiento de las oraciones no sólo como gramaticales, sino también como adecuadas. El o ella adquiere la competencia de cuándo hablar, cuándo no, y de qué hablar con quién, cuándo, dónde, de qué forma. En pocas palabras, el niño llega a ser capaz de llevar a cabo un repertorio de actos de habla, de tomar parte en eventos de habla, y de evaluar la actuación de los demás. Además, esta competencia es integral con las actitudes, valores y motivaciones referentes al lenguaje, a sus características y usos, e integral con la competencia de, y las actitudes hacia la interrelación del lenguaje con el otro código de la conducta comunicativa».
[Hudson, R. A. La Sociolingüística. Barcelona: Anagrama, 1981, pág. 231].
El código oral se adquiere en el seno familiar. Es una forma muy flexible, espontánea y altamente significativa que se aprende en poco tiempo (al año el niño dice dos o cuatro palabras y normalmente a los 3 años ya no tiene ningún problema para comunicarse, sin que medie, necesariamente, un esfuerzo consciente y organizado de parte del niño, ni del grupo familiar. Sobre este punto se ha discutido en varias oportunidades. Chomsky, por ejemplo, considera que los niños aprenden a hablar a una edad muy temprana a pesar de que los adultos le hablan de manera incompleta, es decir, emitiendo oraciones a medias. Podríamos estar de acuerdo con Chomsky si nos apoyamos en los argumentos expuestos por Vygotsky en cuanto a las características del diálogo. Él considera que, en el diálogo, el lenguaje es siempre abreviado, y no es necesario emitir proposiciones completas por cuanto ambos interlocutores saben de qué están hablando. Ahora bien, siendo el diálogo la forma que más se usa en el hogar, es también la forma que más oye el niño y a través de la cual va adquiriendo el lenguaje. Pero el niño no se afecta por haber aprendido por medio de formas incompletas. Pareciera que en el contacto con el grupo familiar, también él participa de esa conexión mental que le permite adivinar y entender las partes de oraciones que en una conversación no se dicen, de manera que logra siempre formar la totalidad y expresar, posteriormente, proposiciones completas o incompletas según el grado de intimidad con su interlocutor.

Por otra parte algunos investigadores consideran que se da una cierta planificación en la enseñanza del lenguaje, especialmente por parte de la madre cuando se propone, voluntariamente, enseñarle a hablar a su hijo. Algunos señalan que las madres, y las personas más cercanas al niño, le hablan de una manera más fácil y poco a poco, van aumentando la complejidad.
[Delval, Juan. "La evolución de los estudios sobre la adquisición del lenguaje" in La adquisición del lenguaje. Madrid: Pablo del Río, 1981, pp. 5-6].

En este punto tenemos que reconocer que, efectivamente, existe una forma especial para hablar a los niños, pero, curiosamente, esta forma no corresponde a la usada propiamente por el niño, de manera que la planificación que se pueda dar no surte ningún efecto puesto que el niño no hablará como le hablan a él, sino como hablan los adultos entre sí. Puede suceder que en un principio el niño se sienta confundido por estas dos formas de lenguaje y puede que imite la que usan con él, pero pronto se da cuenta de esta "discriminación afectiva" y usa la forma corriente. Ellos diferencian muy bien estas dos formas, esto lo podemos notar cuando la niña juega de mamá y le habla a sus muñecas. En este momento ella imita el comportamiento lingüístico de su madre, o el de la maestra, cuando juega de "escuelita".

Fuera de estas situaciones el lenguaje del niño es bastante distinto, inicia su producción lingüística poniendo en juego toda su creatividad. A partir de unas cuantas reglas que ya tiene interiorizadas produce oraciones y crea nuevas palabras respetando las reglas de base y el carácter regular a que tiende el lenguaje [...]

El código oral que adquiere el niño, como lo aprehende del grupo, lo adquiere también con todas las características que este grupo le ha dado. De manera que puede diferir en el plano fonológico, léxico y gramatical de otras formas orales de otros grupos.

Ahora bien, el código oral tiene características muy precisas. Es mucho más libre y permite correcciones y cambios sobre la marcha. No hay tanta preocupación por la corrección en términos normativos, importa más la expresividad, la persuasión o la simple transmisión de información. La pronunciación, por ejemplo y posiblemente a causa de la rapidez, es bastante descuidada y de todos modos no se ha podido estandarizar. El niño que oye 'lión' en vez de 'león', 'mercao' en vez de 'mercado' repetirá estas formas y difícilmente las abandonará aunque sepa que está pronunciándolas mal.

En el código oral, los errores de concordancia no son tan notorios porque siempre existe la posibilidad de hacer concordar los elementos del sintagma en algún momento de la cadena discursiva.

Además el código oral requiere siempre de un receptor que actúa como interlocutor en la medida en que oye y habla según el giro de la conversación, según sus habilidades y según las oportunidades y espacios que le brinde el emisor.

Normalmente los que participan en una conversación, tal como explicamos anteriormente, conocen el tema y la situación, lo que les permite eliminar aquellas proposiciones o partes de la proposición (normalmente el sujeto) que ambos conocen o pueden adivinar fácilmente. De manera que si transcribimos una conversación nos damos cuenta que casi no hay oraciones completas. Que el discurso se compone normalmente, de predicados. Que ésta es la parte que se materializa por medio de las palabras articuladas, porque las partes que faltan quedan en la mente de cada hablante.

Este carácter "incompleto" del discurso (al que Bernstein califica como código restringido) podría provocar malas interpretaciones o confusiones, pero el hablante recurre a una serie de apoyos extralingüísticos y supralingüísticos que le permiten aclarar su discurso y limitar las interpretaciones, especialmente las que tienen que ver con la información connotada. Los apoyos extralingüísticos o extraverbales son conocidos, aceptados y reproducidos por la comunidad lingüística del hablante (algunos son incluso universales). Podríamos decir que estos gestos y expresiones son formas codificadas que se usan paralelamente con el lenguaje articulado. Los apoyos supralingüísticos, el tono de la voz y la entonación, cumplen su función, específicamente, en el plano de la semántica. Su función consiste en determinar un único significado para cada discurso, que debe ser el que capte el receptor.

Es decir, los apoyos extralingüísticos y, especialmente, los supralingüísticos cumplen un papel de controladores de la significación (la amplían y la definen a la vez) y especialmente de la significación connotada. Una expresión determinada puede tener un significado en el campo denotativo y otro totalmente distinto, y hasta opuesto, en el campo connotativo (que es el que en verdad importa) por la acción del tono y la entonación.

El emisor, en su actuación, maneja una serie de recursos para poder "dominar" las palabras y obligarlas a que digan lo que él está pensando. Por otro lado el receptor, en este juego comunicativo, atiende el discurso, es decir, extrae información del nivel sintagmático. Esta información crece y se transforma en la medida en que interprete los gestos, la expresión facial y corporal y la añada a la anterior. Finalmente agregará la información extraída del tono y la entonación que podría reafirmar la información de base, o cambiarla sustancialmente. Sólo en este momento tenemos la totalidad de la expresión significativa del discurso oral.

La forma en que el hablante construye su conversacion y los elementos que selecciona, contribuyen a denunciarlo en cuanto a su condición social, su grado de escolaridad, su edad, su sexo, su visión de mundo, su escala de valores, etc. Por medio de los apoyos extralingüísticos y supralingüísticos podemos penetrar todavía más al interior del emisor. Conocer sus sentimientos y, sobre todo, su posición emotiva ante el receptor, ante el contenido de su discurso y, especialmente, ante los referentes del mismo.

Este carácter denunciante del lenguaje, lo define muy bien Bally en su libro El lenguaje y la vida:
«Así, al hablar con alguien, o al hablar de él, no podemos menos de representarme las relaciones particulares (familiares, corteses, obligatorias, oficiales) que existen entre esta persona y yo; involuntariamente pienso, no solamente en la acción que puedo ejercer sobre él, sino también en la que él puede ejercer sobre mí, y me represento su edad, su sexo, su posición, el medio social a que pertenece. Todas estas consideraciones pueden modificar la elección de mis expresiones y hacerme evitar todo lo que podría desentonar, herir, molestar. Si es necesario, el lenguaje se hace reservado, prudente, practica la atenuación y el eufemismo, se desliza en vez de apoyar».
[Bally, Charles. El lenguaje y la vida. Buenos Aires: Losada, 1977, pág. 33].
En cuanto a la libertad que caracteriza el código oral, conviene aclarar que no significa, de ninguna manera, anarquía. El hablante respeta las reglas básicas del sistema lingüístico. No produce, por ejemplo, oraciones agramaticales, ni confunde el género de los sustantivos, ni conjuga los verbos según su imaginación, y aún cuando asigna una nueva acepción a un término, siempre se mantiene alguna relación con el significado de base [...]

Habiendo analizado las características más importantes del código oral, conviene ahora revisar las que corresponden al código escrito [...].

Normalmente en una determinada región (llámase nación) coexisten distintos dialectos de una misma lengua (a veces coexisten distintas lenguas. El primer paso consiste en seleccionar una de las lenguas (en caso de que hayan varias), y de ella se elige uno de los dialectos (hemos hablado de elección, pero no siempre se da). A veces lo que sucede es que un grupo social, no necesariamente mayoritario, impone su dialecto. (Pensemos en lo que sucedió en España, con el castellano). Por lo tanto, los criterios que se siguen para su selección pueden ser muy variados y depende, muchas veces de intereses político-económicos. En algunas oportunidades se selecciona el dialecto que tenga mayor cantidad de hablantes, otras, el que goza de más prestigio (el prestigio se establece a partir de sus usuarios. Si éstos ocupan la parte alta de la jerarquía social gozarán de mayor prestigio y su forma de hablar también, y tenderá a ser imitada por los demás).

Una vez que se le ha seleccionado una de las formas dialectales, se procede a realizar el análisis lingüístico para poder descubrir y elaborar el paradigma de la lengua. Se hacen los estudios: fonológico, morfosintáctico y semántico que corresponden a los tres componentes de toda lengua. El estudio fonológico permitirá conocer el sistema de fonemas (alófonos y archifonemas) que configuran el sistema. Este estudio es importante también para decidir la "ortografía" que se establecerá para su impresión gráfica. Aquí importa no sólo la selección de un alfabeto, sino la determinación de un grafema para cada fonema y la resolución de los problemas que esto acarrea.
[Cfr. Saussure, Ferdinand de. Curso de Lingüística general. Buenos Aires: Losada, 1959, pp. 74 y sig.].

El estudio morfosintáctico se hará mediante un corpus de oraciones para descubrir las reglas de rclación y funcionamiento de las palabras en la cadena sintagmática. Se estudiará, también, léxico y sus implicaciones en el plano de la semántica. Este estudio lingüístico llevará a la configuración de una gramática y de un diccionario. Los usos que se establezcan aquí serán considerados como la norma, la forma "correcta" o forma "culta" (tal como lo explica Bloomfield). Esta forma se asociará, fuertemente, el sistema educativo y se considerará, su dominio y uso excelente, una exigencia para cualquier profesional o persona que se considere "culta". Se considerarán formas "incultas", e "incultos" sus usuarios, todas las formas que se alejen de la norma.

Finalmente, una lengua puede considerarse estandarizada si una vez codificada es aceptada y usada por una comunidad o grupo social y, especialmente, si se usa en documentos oficiales, actos religiosos, como código de la comunicación educativa y, sobre todo, si se crea, a partir de ella, una literatura.

El lenguaje, como ya habían señalado Bally y Sapir, al ser usado por el hombre, evoluciona y muda con alguna frecuencia y su transformación podría ser todavía más rápida y notable si la sociedad no lo protegiera. Para ello se han establecido una serie de mecanismos que conservan la lengua. Estas restricciones son más evidentes en el código escrito que está íntimamente asociado a la lengua estandarizada. Sobre el código oral también se ejerce algún control, pero no es tan estricto. De manera que en este sentido difiere bastante del código escrito y encontramos una gran variedad lingüística en este campo, pues este código cambia con más frecuencia y se aceptan estos cambios.

Esta forma estandarizada, preservada especialmente por el código escrito, recibe la protección y vigilancia de profesores, escritores y gramáticos, por un lado. Por otro, está fijada en las gramáticas, los diccionarios y las ortografías. Además la sostienen y vitalizan las distintas instituciones que la usan: el gobierno, el sistema educativo, los medios de comunicación, las instituciones religiosas y todo el sistema cultural. Finalmente, se convierte en un símbolo nacional que identifica al país que la usa y contribuye a la unión de su pueblo.
[Cfr. Fishman, Joshua. Sociología del lenguaje. Madrid: Cátedra, 1982, pág. 6].

[...]El código escrito, a diferencia del oral, no permite correcciones sobre la marcha. Cada oración debe construirse mentalmente antes de ponerla en el papel. Por eso la planeación, la graduación y el establecimiento de una secuencia son fundamentales en el discurso escrito. Cabe señalar, además, que no podemos usar los apoyos extraverbales porque de nada nos sirven. El receptor no está frente a nosotros y, aunque al escribir se tiene en mente un posible lector, en realidad no se puede saber con exactitud quién será. Estos apoyos extralingüísticos son sustituidos, en parte, por algunos signos de puntuación (signos de admiración, de pregunta, puntos suspensivos, etc.), pero no alcanzan a sustituir del todo el valor significativo de los apoyos extraverbales. La estructuración de la significación es asumida, casi completamente, por los recursos verbales exclusivamente. Si en el discurso oral el tono y la entonación sirven como controladores semánticos que determinan la interpretación porque actúan directamente sobre el receptor "obligándolo" a seleccionar la significación que al emisor le interesa, en el discurso escrito se dispone únicamente (pero como mecanismos son autosuficientes) del valor polisémico de la palabra en conjunción con otras y de la creación artificial de mundos contrapuestos al mundo real, para que el lector perciba la intención del emisor.

Por esta separación que existe entre emisor y receptor, y porque no se puede conocer de antemano los conocimientos previos del receptor con respecto al tema que se desarrolla, en el código escrito se usarán más palabras que en el oral para trasmitir la misma información. Ya nos habíamos referido a la economía de la forma oral por cuanto ambos -emisor y receptor- conocen de qué se está hablando yeso permite eliminar aquellas partes del discurso que se sobreentienden (normalmente los sujetos, como señaló Vygotsky). Esto no sucede en la forma escrita, o más bien sucede de un modo muy distinto. Las oraciones se deben escribir completas, pero el escritor puede eliminar todas aquellas proposiciones que contengan una información fácilmente predecible o conocida casi por cualquier persona. Claro que la ausencia de estas proposiciones no debe alterar el significado. Pues sucede también que al carecer de contacto personal entre escritor y lector, no se puede evaluar sobre la marcha la aceptación o interpretación que el lector le va dando al texto, por eso se requiere de un mayor esfuerzo por lograr la claridad del mensaje y evitar las confusiones. En el código escrito este esfuerzo se traduce en explicar, varias veces incluso, cada idea que se expone [...].




Para una mayor profundización entre las diferencias entre el lenguaje oral y escrito, véase nuestra entrada "Diferencias entre la lengua oral y escrita" de este mismo blog.

CUESTIONARIO.

1. "Todos los seres vivos se comunican de un modo u otro con su entorno: las plantas reciben información de su entorno y la procesan (luz, calor, humedad), y emiten señales a modo de olores, formas y colores que son recibidas y procesadas por los insectos y otros animales; las bacterias y otros microorganismos intercambian información con su entorno, produciendo reacciones bioquímicas que los modifican a ambos; etc. Todos estos procesos de interacción con el entorno y de modificación del comportamiento pueden entenderse como procesos comunicativos, pues hay una información que puede ser procesada de alguna manera".

En virtud de ello, ¿cree que el lenguaje que usa el ser humano es necesariamente comunicativo? ¿Qué implica ello?
[Puede servirse del siguiente artículo, fundamentalmente de las pp. 48 a 49 y 73: Salguero Lamillar, Francisco J. "Rasgos definitorios del lenguaje natural humano frente a otros sistemas de comunicación animal", in A. Nepomuceno, F. J. Salguero y F. Soler (eds.) Bases biológicas, lingüísticas, lógicas y computacionales para la conceptualización de la mente. Sevilla: Mergablum, 2004, Cap. 3, pp. 47 a 75].

2. La capacidad lingüística de los seres humanos es innata (Chomsky), algo con la que todos nacemos. Por eso, quizá Aristóteles dijo que el hombre es un "animal político" y un "ser social por naturaleza". ¿Cree realmente que el hombre lleva parejo "vivir en sociedad"? Si contesta afirmativamente, ¿qué importancia tiene en ello el lenguaje?

3. La autora indica que la familia es uno de los principales agentes para la adquisición del lenguaje. ¿Qué otros agentes podría indicar?

4. En un apartado del artículo se afirma que los apoyos extralingüísticos y, especialmente, los supralingüísticos se constituyen en "controladores de la significación". ¿Qué cree que quiere decir con ello la autora?

5. ¿Cómo se logra que un dialecto determinado de un país o región alcance a ser el dominante? ¿Cree realmente que eso ha ocurrido en España?

6. En el mundo hay más de 7000 lenguas. Todas y cada una de ellas forman parte de la identidad de sus hablantes: reflejan su cultura y su forma de ver el mundo, pues es a través del lenguaje como pensamos y filtramos la realidad.
¿Qué opina de la situación lingüística de España y la cooficialidad de lenguas en algunas regiones (Galicia, País Vasco, Navarra, Cataluña, Mallorca, Comunidad Valenciana)?
¿Cree que debe respetarse y garantizarse el derecho a hablar en la lengua materna?
¿Puede afirmarse que España es un país plurilingüe o solo bilingüe territorializado?
¿Se da una situación de diglosia, de bilingüismo o de lenguas en contacto?
[Puede ayudarse del siguiente enlace: "Bilingüismo y diglosia"].

7. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebra el 21 de febrero el Día internacional de la lengua materna para promover la diversidad lingüística, la educación plurilingüe y el respeto intercultural. ¿Considera que en nuestro país hay realmente "respeto intercultural"? Razone su respuesta.

8. El Consejo de la Unión Europea hizo una "Recomendación", el 22 de mayo de 2019, "relativa a un enfoque global de la enseñanza y el aprendizaje de idiomas", señalando que la competencia multilingüe es una competencia clave esencial. ¿Por qué solo le damos importancia al aprendizaje del "inglés" o cualquier otra lengua extranjera (queremos ser "bilingües", políglotas individuales) y no queremos aprender ninguna de las existentes en nuestro país (políglotas sociales), siendo que el propio consejo afirma que "más de la mitad de los Estados miembros reconocen oficialmente, dentro de sus fronteras y a efectos administrativos o jurídicos, las lenguas regionales o minoritarias, incluidas las lenguas de signos nacionales"? Justifique su afirmación.

9. ¿Qué es y cómo se constituye la "norma" lingüística?







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