A esta pregunta debemos contestarnos que efectivamente, durante el período medieval, poco a poco fueron perdiéndose las representaciones del teatro latino.
Así, a partir del siglo II a. C., se puede considerar prácticamente muerto el gran teatro latino, pues entonces dejaron de escribirse comedias. El interés en época imperial por la tragedia se redujo a los círculos eruditos, mientras que el pueblo se ve atraído por los mimos y pantontomimos, que priman el espectáculo sobre el texto, ya prácticamente inexistente.
Entre los siglos V y X, se fueron utilizando exclusivamente las obras de algunos dramaturgos para el aprendizaje escolar ―traigamos al recuerdo que san Jerónimo (347-420) enseñaba latín a los niños a través de las comedias de Terencio ― o como modelo estilístico a imitar en lengua latina (citemos nuevamente a Terencio, fundamentalmente, quien por su contenido moralizante, su mesura y buen gusto superó a Plauto o Séneca, por ejemplo), llegando tan solo a escribirse algunas imitaciones de las mismas.
[Cfr.:García Soriano, J..- El teatro universitario y humanístico en España. Estudios sobre el origen de nuestro arte dramático; con documentos, textos inéditos y un catálogo de antiguas comedias escolares. Toledo, Tipografía de R. Gómez Menor, 1945, pág.3.
López Fonseca, Antonio.- “San Jerónimo, lector de los cómicos latinos: cristianos y paganos”, in Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latinos, (1998), número 15, pp. 333-352.]
Surge así lo que denominaremos un “teatro literario”,que engloba obras en forma dialogada que surgieron a partir de géneros poéticos de la Antigüedad clásica. La intención de sus autores fue crear obras destinadas a la lectura, no a la representación. A este grupo pertenecen los conflictus o altercationes de época carolingia, los planctus, elegías, églogas dialogadas, los diálogos de Roswihta y las comedias latinas del siglo XII.
Por otro lado, entonces, tendremos el “teatro escénico”, es decir, el que está formado por piezas que, aunque puedan remontar a antiguas tradiciones literarias, sus autores, cuando las elaboraron, tuvieron presente el hecho de que iban a ser representadas. A este grupo pertenecen las ceremonias conectadas con el rito de los dramas litúrgicos o las piezas literarias de tradición escolar, los conocidos como ludi.
Respecto al teatro griego, aunque algunos consideran que existió un teatro religioso bizantino entre los siglos VIII y IX, que podría haber influido en el teatro medieval (a pesar de que hasta hoy sólo se cita un drama, “Christós Paschon” o “Christus Patiens”, del siglo IV? para unos, atribuyéndoselo a san Gregorio de Nazianzo, o de los siglos XI-XII, para otros, y que inspirará numerosas temas iconográficos sagrados sobre la pasión de Cristo), la mayoría de la crítica lo pone en duda, por lo que hoy podemos asegurar que el teatro clásico griego no se conoció en Europa durante la Edad Media. [Cfr.: Lázaro Carreter, Fernando.- Teatro medieval. Madrid, Castalia, 1970, pp. 10-11].
BIBLIOGRAFÍA.-
García Soriano, J..- El teatro universitario y humanístico en España. Estudios sobre el origen de nuestro arte dramático; con documentos, textos inéditos y un catálogo de antiguas comedias escolares. Toledo, Tipografía de R. Gómez Menor, 1945.
Lázaro Carreter, Fernando.- Teatro medieval. Madrid, Castalia, 1970.
López Fonseca, Antonio.- “San Jerónimo, lector de los cómicos latinos: cristianos y paganos”, in Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latinos, (1998), número 15, pp. 333-352.
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