(Adaptación.
Sierra y Fabra, Iordi. El bosque de papel. Madrid: Ediciones SM, 1987)
El Bosque Frondoso estaba muy agitado porque sus habitantes se encontraban en época de elecciones. Los distintos candidatos hacían campaña de sol a sol. El grillo Fliggy no se presentaba a la reelección como alcalde. Nadie dudaba de que lo hubiese hecho bien,pero... ¡trabajaba tanto!
Para tomar el relevo en la alcaldía del Bosque Frondoso, se presentaban muchos candidatos; por esta razón el gusano Gus había decidido convocar a todos los habitantes del bosque a una reunión, junto a la charca mayor, dos días antes de la votación.
El honorable gusano Gus abrió el acto con unas palabras, en las que pidió serenidad, tranquilidad y respeto a cada candidato. El primer orador fue el topo Top.
- ¡La vida subterránea del Bosque Frondoso está muy deteriorada y todos lo sabéis! Las plantas meten sus raíces sin avisar, porque no hay un plan de ordenación eficaz. Yo propongo crear un sistema de ventilación que...
Las hormigas lo ovacionaron.Cuando el topo Top concluyó su alocución, subió al estrado el búho Riguroso. Era un candidato muy serio.
-¡En este bosque lo que falta es seriedad y disciplina! -dijo entonces el búho-. Es imposible salir de noche a pasear, porque las jóvenes cigarras y los mosquitos locos no paran de organizar jaleo. ¡Y sé muy bien lo que digo, porque me paso todas las noches despierto!
Prometió convertir el Bosque Frondoso en el más serio y disciplinado de la Gran Comunidad de Bosques Autónomos.
El tercer candidato llegó volando hasta el estrado. Se trataba de Rosa, la mariposa hermosa.
- Si hacéis caso al búho Riguroso -comenzó a decir Rosa-, este bosque pronto será más trste y gris que un día sin sol. Lo que necesitamos es más alegría, más animación.
Después de Rosa, el lagarto Colatiesa dijo que el Bosque Frondoso tenía demasiados espacios verdes, y necesitaba más lugares secos en donde se pudiera tomar el sol.
También se presentó uno de los peces de colores del lago. Tuvieron que llevarlo hasta el estrado en una especie de pecera; pero... nadie logró entenderlo. Solo se oía un sordo:
- Glu - glu... glu - glu - glu.
Los últimos en hablar fueron Tor, el castor; Ana, la rana, y Hydepark, la ardilla. La ardilla Hydepark atusó su larga cola y, con voz tranquila, comenzó diciendo:
- Yo no os prometo nada. Solo puedo aseguraros que trabajaré y que no lo haré sola. Los que vuelan velarán por el aire. Los que están en el agua cuidarán de su pureza. Los que viven bajo tierra la mantendrán limpia y jugosa, porque de ella dependemos todos. Y el Bosque Frondoso, nuestra casa, depende de cuanto hagamos por él, sin confiar en que otros los hagan por nosotros. No os pido un voto, sino vuestra confianza.
Las palabras de la ardilla calaron muy hondo en los habitantes del bosque. ¡No prometía nada! Solo pedía su confianza. El grillo Fliggy y el gusano Gus se miraron entre sí. Uno y otro fueron los primeros en aplaudir. Top, Rosa, Riguroso, Colatiesa y todos los demás pronto comprendieron su derrota; sabían reconocer a un líder en cuanto lo escuchaban.
El claro entero se convirtió en una fiesta, y la ovación aun antes del día de las elecciones y de la jornada de reflexión, demostró que el Bosque Frondoso ya tenía nuevo alcalde: Hydepark, la ardilla.
Por primera vez, hubo unanimidad. Y aunque se trataba de trabajar, nadie de echó atrás. Antes de terminar aquella legislatura, el Bosque Frondoso ya era el más destacado de la Comunidad de Bosques Autónomos.
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