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27 de julio de 2020

MINILECTURA. "BIOGRAFÍA DE FRAY LUIS DE LEÓN", de FERMÍN HERNÁNDEZ IGLESIAS (España, 1833-1909).



FRAY LUIS DE LEÓN.

por FERMÍN HERNÁNDEZ IGLESIAS.
Salamanca, 10 de abril de 1856.
"La Ilustración. Periódico Universal", número 374, Tomo VIII, de fecha 28-04-1856, pp. 2-4 (162-164 del Tomo).


[Pág. 2: 162 del Tomo].
El siglo XVI fue todo español, y aún con la antítesis que forman el genio expansivo y emprendedor de Carlos de Austria y el carácter tétrico e intolerante de Felipe II, brillante ropaje viste nuestra nación, bastante a encubrir por entonces el cáncer que empieza a devorarla. Instrumento de la Providencia, Carlos I, como lo son todos los grandes trastornadores del mundo, favorece sin saberlo, la vida de relación entre los pueblos; y duro Felipe II y enérgico contra la reforma, no puede salvar nuestra nacionalidad eminentemente católica, sin que la empañen la sangre de los tormentos y el humo de las hogueras. Uno y otro hemisferio admiran el valor de nuestros soldados, y los discípulos de Lutero, como los sectarios del Corán, resisten con dificultad su arrojo; los artistas españoles aprenden en Italia y acaban por crearse una vigorosa originalidad; nuestra lengua es europea, y el gusto, las modas y costumbres de los españoles, imperan en la literatura y en los trajes, teatros y salones diplomáticos de todos los países cultos.

[Pág. 3: 163 del Tomo].
Con razón Felipe II, llamaba a la capital del vecino imperio «mi bella ciudad de París». En medio de tanta grandeza, tres hechos culminantes caracterizan aquel siglo, y tres fases diversas nos ofrece la vida del agustino de Salamanca. El Santo Oficio usurpa las facultades de la magistratura, invade las atribuciones de las Cortes, y receloso y suspicaz, oprime la inteligencia y suspende en su progreso las ciencias políticas sociales. Fr. Luis de León, independiente como todo genio elevado, iniciador como toda imaginación brillante, cinco años estuvo preso en las cárceles secretas de la inquisición de Valladolid. A la reforma religiosa sucede la «reacción»; un fraile agustino rompe en Alemania la unidad de la Iglesia, y un militar español se levanta a defenderla y crea en la compañía de Jesús el defensor más decidido de la autoridad pontificia; y cuando el panadero de Hardem y el sastre de Leyden predicaban sus extravagantes aberraciones, España abundó en escritores ascéticos y místicos, como Fr. Luis, restaurador erudito a la par de los libros sagrados, y recordó sus triunfos militares, y estableció el alcázar de sus reyes, en un monasterio, símbolo grandioso de lo que fueron nuestras artes. El siglo de oro de la literatura española da a nuestro idioma todo su vigor, riqueza y armonía; la poesía, con especialidad, toma formas muy varias, y el vate de Belmonte, con una naturalidad que encanta, con esa elevación de pensamientos, que como al descuido expone, fue acaso el que creó la oda española.

Hijo, nuestro célebre poeta, del licenciado D. Lope de León, oidor de la chancillería de Granada, y de doña Inés de Varela, nació por los años de 1527 en la villa de Belmonte (Cuenca)1, donde pasó los primeros años de su vida. Como D. Lope era abogado de la corte, hubo de seguirla a Madrid y Valladolid, y Luis le acompañaba: contaba ya catorce años de edad cuando su padre le envió a Salamanca para que estudiara cánones; pero como desconociera las caricias maternas, como se veía postergado, quizás en el cariño paterno, a sus hermanos mayores, se desarrolló en él inclinación lan decidida por el retiro, que tomó el hábito de San Agustín en el monasterio que hubo en esta ciudad, y en 29 de enero de 1544 pronunció el solemne voto que le arrancaba del mundo.
NOTA 1 del autor:
Así lo declara él mismo en la primera audiencia que le concedió el inquisidor, doctor Guijarro de Mercado, en Valladolid, a 15 de abril de 1572. Le han creído natural de Granada el licenciado D. Francisco Bermúdez de Pedraza, "Antigüedades y excelencias de Granada", 1608; el licenciado Luis Muñoz, "Vida del M(aes)tro Fr. Luis de Granada", 1639; Fr. Tomás de Herrera, "Historia del convento de San Agustín de Salamanca", Madrid, 1652, y los SS.Redactores del 'Parnaso español", Madrid, 1771, siguiendo después esta misma opinión Mr. Sismondi de Sismondi, Mr. Viardot, Capmany, D. José Amador de los Ríos y la mayor parte de los que han escrito acerca de Fr. Luis de León. Fr. Manuel Vidal, "Agustinos de Salamanca", Salamanca, 1731, dice que fue natural de Madrid, según se presume... o acaso de Belmonte.
[añadido mío → y de aquí partirá la confusión también de nombrarlo como de Belmonte de Tajo (Madrid)].