Aquí tiene un test para aprender a señalar los procedimientos que existen para marcar el género de los sustantivos.
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El resto lo hacen sintácticamente, a través de los determinantes (en el caso de los sustantivos de género común: "el espía/la espía"; los ambiguos: "el mar/la mar") o de los complementos (como los epicenos: "el tiburón macho/el tiburón hembra") ─establecidos estos dos últimos con una clara oposición referencial─, o léxicamente (en el caso de la heteronimia: "el padre/ la madre").
Los sustantivos heterónimos son vocablos que “utilizan radicales diferentes para distinguir el género gramatical” (NGLE, 2009, pág. 87). Por tanto, se forman mediante dos signos léxicos distintos, bajo dos formas genéricas también distintas, e incluyen, como parte de su significado, los semas ‘macho’ y ‘hembra’ (en los animales) o sus variantes ‘varón’, ‘mujer’ (en los humanos) que concretan, además de una referencia animada, el sexo de la referencia; por tanto, no hace falta explicitarlos (como sí ocurre en los epicenos).
Y aunque generalmente estos términos en masculino plural no agrupan a los de uno y otro género ("frailes" no recoge a 'frailes y monjas'), podemos encontrarnos con algunos casos en que sí sucede esto, neutralizando el sema específico 'varon/macho', como "caballos" que recoge a 'caballos y yeguas' o "padrinos", que recoge a 'padrino y madrina'.
Estos sustantivos pueden clasificarse:
① por su oposición estríctamente léxica: varón-hembra.Veamos algunos ejemplos:
② por su oposición léxica y además desinencial: el padrino/ la madrina.