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28 de diciembre de 2016

USO DE LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN. III. EL PUNTO Y COMA. CON MÁS DE 100 EJEMPLOS.


TEMAS QUE VAMOS A DESARROLLAR
1. ¿Qué es el punto y coma?.
2. Falta de concreción de la RAE sobre el uso del punto y coma.
3. Usos recomendados del punto y coma.
1. Para separar los elementos de una enumeración, en construcciones copulativas y disyuntivas.
2. Para separar oraciones yuxtapuestas.
3. Delante de conectores de sentido adversativo.
4. Delante de conectores de sentido concesivo.
5. Delante de conectores de sentido consecutivo.
6. Al separar períodos sintácticos completos en relación explicativa.
7. Cuando se trata de ejemplificar en un período largo.
8. Tras afirmación o negación simple que requiere una explicación.
9. Entre los miembros de un período largo cuando éstos constan de más de una oración.

10. Al omitir el sujeto (o verbo o complemento) en períodos largos, para no repetirlo.
11. En una enumeración que emplee conectores ordenadores.
12. Cuando usamos deícticos espaciales del tipo "aquí...; allí...".
13. Cuando empleamos fórmulas distributivas del tipo "el uno...; el otro...".
14. Cuando empleamos conectores temporales alternativos.

¿QUÉ ES EL PUNTO Y COMA?

El punto y coma es un signo ortográfico que pertenece al conjunto de los signos de puntuación, junto al punto /./, la coma /,/, los dos puntos /:/, los paréntesis /( )/, los corchetes /[ ]/, la raya //, las comillas / « » /, los signos de interrogación / ¿ ? / y exclamación /¡ ! /, y los puntos suspensivos / ... /.

Los signos ortográficos pertenecientes al grupo de los signos de puntuación, en la "Ortografía de la Lengua" son definidos como aquellos:

«cuya función principal es delimitar las unidades del discurso, para facilitar la correcta interpretación de los textos y ofrecer ciertas informaciones adicionales sobre el carácter de esas unidades».
[RAE. Ortografía de la Lengua Española. Madrid: Espasa-Calpe, 2010, pág. 278 (nos referiremos en adelante a ella como ORAE10)].

Tanto el "Diccionario panhispánico de dudas" [RAE. Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: RAE/Santillana, 2005 (nos referiremos a él en adelante como DPH05)] como la "Ortografía de la lengua española" [RAE. Ortografía de la lengua española. Madrid: RAE/Espasa-Calpe, 2010 (nos referiremos a él en adelante como ORAE10)] lo definen como:

24 de noviembre de 2016

CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO. CONFERENCIA DEL PROFESOR MIGUEL AYERBE: LA MUJER EN LA LITERATURA DE LA EDAD MEDIA.


Conferencia: "La mujer en la literatura de la Edad Media", dentro de las X Jornadas Europeas de Raíces de Europa: "La mujer en Europa", del 5 al 27 noviembre 2014, promovidas por la Asociación Cultural Raíces de Europa, pronunciada por el Dr. MIGUEL AYERBE, profesor de Filología Germánica en la UPV, el 6 de noviembre, de claro carácter de puesta en común de cómo en la literatura medieval europea la defensa de la mujer, sometida a los parámetros de cortesía y de las leyes de la caballería de innumerables obras, fue constante.

Puede escucharla pinchando AQUÍ: https://www.youtube.com/watch?list=UU6vNEXTlBRP_7JHcujrDpEQ&time_continue=1384&v=AFRSZa6mlZs.

También puede serle interesante una entrevista inicial (PINCHAR AQUÍ) realizada dentro del canal de youtube de la asociación mencionada, denominado RAICESDEEUROPA.







4 de octubre de 2016

DÉCIMA MUSA, CUARTA GRACIA Y SEGUNDA VENUS (Tópico).


Este tópico compara a las mujeres (poetisas, puella docta, mecenas, etc.) con las Musas, las Gracias o con la diosa Venus, ensalzando así su capacidad creadora y artística, su virtud y belleza. Originado en la época griega, tendrá un notable auge en el período humanístico del siglo XVI, no sólo en España, sino en toda Europa, como veremos.


TEMAS QUE VAMOS A DESARROLLAR
1. Quiénes eran las musas y cuántas eran.
2. Quiénes eran las Gracias y cuántas eran.
3. Origen del tópico "décima Musa, cuarta Gracia y segunda Venus", o en latín: "Decima Musa (Pieris), quarta Charis (Gratia), et altera Cypris (Venus)".
4. Evolución del tópico "décima Musa, cuarta Gracia y segunda Venus", o en latín: "Decima Musa (Pieris), quarta Charis (Gratia), et altera Cypris (Venus)"por España y Europa

§ 1. ¿QUIÉNES ERAN LAS MUSAS, Y CUÁNTAS ERAN?.

Según Pausanias (Descripción de Grecia. Lib. IX, 2-3), inicialmente fueron tres las musas (en griego Μοῦσαι Mousai): «Los hijos de Alceo creyeron que las musas eran tres y las llamaron Mélete (Ejercicio), Mneme (Memoria) y Aede (Canto). Más tarde, dicen, Piero de Macedonia, del cual tomó su nombre el monte Pierio, vino a Tespias y estableció las nueve musas y les puso los nombres que ahora tienen», siendo hijas de de Urano y Gea.

A partir de la referencia de Homero (Odisea. Canto XXIV, vv. 57 y ss.) señalando que eran nueve las Musas: «nueve Musas cantando por turno con voz melodiosa entonaron sus trenos», y de relatar Arístides que un poema de Píndaro refirió que, tras ganar Zeus a los Titanes, éste le pidió a los restantes dioses si faltaba alguna cosa más por hacer, señalando que eran necesarios unos seres que celebraran con sus cantos las hazañas del padre de los dioses, creando así a las Musas, engendrándose 9 en otras tantas noches consecutivas, entre Zeus y Mnemosine. De esta manera en Hesíodo (Teogonía) son citadas por primera vez por su nombre, permaneciendo inalterable la cifra y nomenclatura (en la Edad Media se quiso relacionar las Musas a las artes liberales, y se redujeron a siete):

«Comencemos nuestro canto por las Musas Heliconíadas, que habitan la montana grande y divina del Helicón. Con sus pies delicados danzan en torno a una fuente de violáceos reflejos y al altar del muy poderoso Cronión. Después de lavar su piel suave en las aguas del Permeso, en la Fuente del Caballo o en el divino Olmeo, forman bellos y deliciosos coros en la cumbre del Helicón y se cimbrean vivamente sobre sus pies. Partiendo de allí, envueltas en densa niebla marchan al abrigo de la noche, lanzando al viento su maravillosa voz, con himnos a Zeus portador de la égida, a la augusta Hera argiva calzada con doradas sandalias, a la hija de Zeus portador de la égida, Atenea de ojos glaucos, a Febo Apolo y a la asaeteadora Artemis, a Poseidón que abarca y sacude la tierra, a la venerable Temis, a Afrodita de ojos vivos, a Hebe de áurea corona, a la bella Dione, a Eos, al alto Helios y a la brillante Selene, a Leto, a Jápeto, a Cronos de retorcida mente, a Gea, al espacioso Océano, a la negra Noche y a la restante estirpe sagrada de sempiternos Inmortales. Ellas precisamente enseñaron una vez a Hesíodo un bello canto mientras apacentaba sus ovejas al pie del divino Helicón. Este mensaje a mi en primer lugar me dirigieron las diosas, las Musas Olímpicas, hijas de Zeus portador de la égida: ”¡Pastores del campo, triste oprobio, vientres tan solo! Sabemos decir muchas mentiras con apariencia de verdades; y sabemos, cuando queremos, proclamar la verdad". Así dijeron las hijas bienhabladas del poderoso Zeus. Y me dieron un cetro después de cortar una admirable rama de florido laurel. Me infundieron voz divina para celebrar el futuro y el pasado y me encargaron alabar con himnos la estirpe de los felices Sempiternos y cantarles siempre a ellas mismas al principio y al final. Mas, ¿a qué me detengo con esto en torno a la encina o la roca?

¡Ea, tú! comencemos por las Musas que a Zeus padre con himnos alegran su inmenso corazón dentro del Olimpo, narrando al unísono el presente, el pasado y el futuro. Infatigable brota de sus bocas la grata voz. Se torna resplandeciente la mansión del muy resonante Zeus padre al propagarse el delicado canto de las diosas y retumba la nevada cumbre del Olimpo y los palacios de los Inmortales. Ellas, lanzando al viento su voz inmortal, alaban con su canto primero, desde el origen, la augusta estirpe de los dioses a los que engendró Gea y el vasto Urano y los que de aquellos nacieron, los dioses dadores de bienes. Luego, a Zeus padre de dioses y hombres, al comienzo y al final de su canto, celebran las diosas, como sobresale con mucho entre los dioses y es el de más poder. Y cuando cantan la raza de los hombres y los violentos Gigantes, regocijan el corazón de Zeus dentro del Olimpo las Musas Olímpicas, hijas de Zeus portador de la égida. Las alumbróo en Pieria, amancebada con el padre crónida, Mnemóside, señora de las colinas de Eleuter, como olvido de males y remedio de preocupaciones. Nueve noches se unió con ella el prudente Zeus subiendo a su lecho sagrado, lejos de los Inmortales. Y cuando ya era el momento y dieron la vuelta las estaciones, con el paso de los meses, y se cumplieron muchos días, nueve jóvenes de iguales en pensamientos, interesadas solo por el canto y con un corazón exento de dolores en su pecho, dio a luz aquélla, cerca de la más alta cumbre del nevado Olimpo. Allí forman alegres coros y habitan suntuosos palacios. Junto a ellas viven, entre fiestas, las Gracias e Hímero. Y una deliciosa voz lanzando por su boca, cantan y celebran las normas y sabias costumbres de todos los Inmortales. Aquéllas iban entonces hacia el Olimpo, engalanadas con su bello canto, inmortal melodía. Retumbaban en torno la oscura tierra el son de sus cantos, y un delicioso ruido subía de debajo de sus pies al tiempo que marchaban al palacio de su padre. Reina aquél sobre el cielo y es dueño del trueno y del llameante rayo, desde que venció con su poder al padre Cronos. Perfectamente repartió por igual todas las cosas entre los Inmortales y fijó sus prerrogativas. Esto cantaban las Musas que habitan las mansiones olímpicas, las nueve hijas nacidas del poderoso Zeus: Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y Calíope. Esta es la más importante de todas, pues ella asiste a los venerables reyes.»

Estas nueve Musas son reconocibles figurativamente por una serie de atributos:

Calíope (Καλλιόπη, ‘la de la bella voz’); musa de la elocuencia (por dar el ritmo a los versos y a las frases cadenciosas de la oratoria), belleza y poesía épica (canción narrativa), enseñó canto a Aquiles. Hesíodo decía que asistía a los reyes. Se le suele representar con una corona de laureles, un libro, una tablilla, un estilete y una trompeta.
Clío (Κλειώ, ‘la que ofrece gloria’); musa de la Historia (epopeya). Suele ser representada con una corona de laureles, un libro o un pergamino, una tablilla, un estilete y un cisne.
Erato (Ἐρατώ, ‘la amorosa’); musa de la poesía lírica-amorosa (canción amatoria, elegías). Se la representa con una lira, una viola, el tamboril y un cisne.
Euterpe (Ευτέρπη, ‘la muy placentera’); musa de la música, especialmente del arte de tocar la flauta, por lo que se la representa con una flauta (simple o doble).
Melpómene (Μελπομένη, ‘la melodiosa’); musa de la tragedia (habla del sufrimiento y de la muerte). Viene siendo representada con una corona, con una espada y un cetro a sus pies, o con una máscara trágica.
⑥ Polimnia (Πολυμνία, ‘la muchos himnos’); musa de los cantos sagrados y la poesía sacra (himnos). Su representación conlleva un órgano, y suele estar apoyada sobre un pedestal, con un dedo sobre la boca.
Talía (Θάλεια o Θαλία, ‘la festiva’), musa de la comedia y de la poesía bucólica, tiene como acompañamiento una viola, una máscara cómica y un pergamino.
Terpsícore (Τερψιχόρη, ‘la que deleita en la danza’); musa de la danza y poesía coral, se representa con una viola o una lira.
Urania (Ουρανία, ‘la celestial’); musa de la astronomía, poesía didáctica y las ciencias exactas. Se representa con un compás, con una corona de estrellas y con un globo celeste.

Cfr.: Ruiz de Elvira, Antonio. Mitología clásica. Madrid: Gredos, 2000, pp. 73-75.
Martin, René (dir.). Diccionario Espasa. Mitología griega y romana. Madrid: Espasa, 2005, pp. 301-303.

Por tanto, las hijas de Zeus (Júpiter) y Mnemósine (Memoria), que nacieron en Pieria ("las Piérides"), en nueve noches consecutivas, tal y como reitera el "Himno órfico a Mnemósine":
"Invoco a la soberana Mnemósine, que comparte el lecho de Zeus y engendró a las musas sagradas, piadosas y de sonora voz",
Cfr. Periago Lorente, Miguel (ed. y trad.). Porfirio. Vida de Pitágoras. Argonáuticas Órficas. Himnos Órficos. Madrid, Gredos, 2002, pág. 229,

son deidades que
"favorecen las actividades artísticas, especulativas y espirituales. Son, por otra parte, las dadoras de la belleza física y espiritual. Patrocinan la música, el teatro, la lírica, la épica, la ciencia, etc. Para Plutarco [cf. "Quaestiones conviviales". Liber IX, Quaest. 14: "Sobre cuanto no suele decirse acerca del número de las Musas", 746d-747a], las Musas se aplican a diferentes aptitudes y pasiones humanas, así: Calíope preside la razón del gobernante; Clío el amor a la gloria; Polymnia corresponde al afán de saber; Euterpe el estudio de la naturaleza; Talía hace que el deseo de comida y bebida se convierta, de salvaje e inhumano, en algo adecuado a la convivencia social; Erato elimina del deseo sexual los elementos incontrolados y abusivos y lo convierte en afecto y fidelidad; Melpómene embellece el placer acústico eliminando su atractivo irracional; y Terpsícore hace lo mismo con el placer visual".

Cfr.: González Rodríguez, Antonio Manuel. "Las Musas y la Inspiración del poeta: a propósito de 'EL Parnaso' de Nicolás Poussin del Museo del Prado", in Anales de Historia del Arte, 11 (2001), pág. 201.

Entre otros nombres, son llamadas como Piérides, Aganípides, Castálides, Aónides, Hipocrénidas, Pimpleas o Pímplides, Maonides, Tepsíades y Camenas.

Cfr.: Escobedo, J. C. Enciclopedia de la mitología. Barcelona: De Vecchi, 2003, pp. 206-208.
Sechi Mestica, Giuseppina. Diccionario Akal de mitología universal. Móstoles: Akal, 1998, pág. 186.


 § 2. ¿QUIÉNES ERAN LAS GRACIAS, Y CUÁNTAS ERAN?

Las llamadas 'Gracias' (en latín) o 'Cárites, Chárites' (Χάριτες, en griego) tienen un origen no claro, pues dependiendo de los autores antiguos, fueron hijas de Dioniso y Afrodita, o de Zeus y Eurinoma o Eurinome, según Hesíodo ("la bella y encantadora Eurínome, hija de Océano, le dió (a Zeus) la tres Cárites de hermosas mejillas: Aglaya, Eufrósine y la deliciosa Thalía"), o de Zeus y Hera, o de Helios y Eglé...

Aunque nacieron como deidades de la vegetación, por lo que se les relacionó prontamente con las Horas, siempre han estado relacionadas con Afrodita, desde su nacimiento, como señalan los versos del "Himno homérico V. A Afrodita", vv 58-63 (cfr. Bernabé Pajares, Alberto (intr., trad. y notas). Himnos Homéricos. La Batracomiomaquia. Madrid: Gredos, 1978, pág. 189). En efecto, una vez que nació Afrodita de los genitales de Úrano, que fueron arrojados al mar cuando se los cortó Cronos mezclados con la espuma de las olas,

"Encaminóse a Chipre [de ahí que se le llamara Cypria] penetró en su fragante templo, en Pafos, donde tiene un recinto y un altar perfumado. Allí empujó al entrar las resplandecientes puertas y allí las Cárites la bañaron y ungieron con el divino aceite que cubre a los dioses inmortales, hecho de ambrosía, exquisito y perfumado para ella",
o con Apolo, quienes junto a las Musas, formaban el coro de sus festejos, de ahí que aparezcan finalmente representadas como un grupo único, indivisible, dándose la mano en círculo, bailando, como ya indicó Séneca (De los beneficios, I, 3):
¿Por qué las Gracias son tres; por qué son hermanas; por qué están asidas de las manos, y por qué las pintan risueñas, jóvenes y vírgenes, con la vestidura suelta y transparente?
Compañeras, pues, de los dioses, especialmente de Apolo, Afrodita y de Eros (así las consideró Homero), e íntimamente vinculadas a las Musas, eran unas jóvenes bellísimas, que otorgaban la alegría a los dioses y y la elocuencia e inspiración artística a los humanos, estando encargadas de presidir las celebraciones, los banquetes, los espectáculos y los juegos. EL culto hacia ellas se estableció en Orcómeno, en Beocia, pero también se les veneró en Esparta, ATenas, la isla de Paros... Tenían su propia festividad, las "Caritesias o Carisias", celebrando certámenes poéticos y musicales, y llevando a cabo un banquete ("Charistía"), comiendo una torta de miel.

Cfr.: Bautista Carrasco, Juan. Mitología universal. Historia y esplicación de las ideas religiosas y teológicas de todos los siglos. Madrid: Gaspar y Roig, 1864, pág. 489.

Ruiz de Elvira, Antonio. Mitología clásica. Madrid: Gredos, 2000, pp. 73-75.

Respecto al número de Cárites, los lacedemonios reconocían a dos: Cleta o Clita y Phaenna; igual que los atenienses, que las llamaron Auxo y Hegemone o Hegemona. Hesíodo nombrará tres (Áglae, Eufrósine y Talía).

Nos dió cuenta de esta diversidad inicial de número y nombres, Pausanias, en su "Descripción de Grecia" (Liber IX, 35, 1-5), indicando que será Homero (Ilíada. Canto XIV. vv. 270-276), y luego Hesíodo, Píndaro, Onomacrito, y el resto de los poetas, quienes digan que son tres.

«Los beocios dicen que Eteocles fue el primer hombre que hizo sacrificios a las Cárites. También saben que él estableció que había tres Cárites, pero no tienen tradición de los nombres que les puso. Los lacedemonios, por su parte, dicen que hay dos Cárites, que las instituyó Lacedemón, hijo de Taigetes, y que les puso los nombres de Cleta y Faena.
Estos nombres son apropiados para las Cárites, como los que tienen los atenienses. En efecto, entre los atenienses honran desde antiguo a las Cárites Auxo y Hegémone, pues el nombre de Carpo no es de una Cárite, sino de una Hora. A la otra Hora los atenienses le tributan honores juntamente con Pándroso, y a la diosa la llaman Talo.
De Eteocles de Orcómeno hemos aprendido la costumbre de orar a las tres Cárites. Angelión y Tecteo los [de Dioniso], que hicieron la imagen de Apolo para los delios, pusieron tres Cárites en su mano. En Atenas, delante de la entrada a la Acrópolis, hay también tres Cárites y ante ellas celebran un misterio, secreto para la mayoría.
Panfo es el primero que sabemos que cantó a las Cárites, pero no ha escrito nada más que acerca de su número y de sus nombres. Homero -pues también él cita a las Cárites- dice que una es mujer de Hefesto, y le da el nombre de Caris, y dice que Hipno fue un amante de Pasitea, y entre las palabras de Hipno pone este verso: "que ciertamente me darás a una de las Cárites más jóvenes". Por esto algunos han sospechado que Homero conoce otras Cárites más antiguas.
Hesíodo en la 'Teogonia' [907-909] -sea quien sea su autor- dice en este poema que las Cárites son hijas de Zeus y Eurínome y sus nombres son Eufrosine, Aglaya y Talía. Igualmente está en los versos de Onomácrito. Antímaco, sin hablar del número de las Cárites ni de sus nombres, dice que son hijas de Egle y de Helio; y Hermesianacte, el poeta elegíaco, disintiendo de la opinión de los anteriores, que Peito era también una de las Cárites.
Quién fue el primer hombre que las representó desnudas en esculturas o pinturas no pude averiguarlo, pues en tiempos antiguos los escultores y los pintores las representaban igualmente con vestido. En Esmirna, por un lado en el santuario de las Némesis están ofrendadas Cárites doradas situadas encima de las imágenes, obra de Búpalo, y por otro hay una estatua-retrato de una Cárite en el Odeón, una pintura de Apeles, y de la misma manera en Pérgamo, en el tálamo de Átalo, éstas también de Búpalo. Junto al llamado Pitio hay unas Cárites del pintor Pitágoras de Paros; y Sócrates, hijo de Sofronisco, delante de la entrada de la Acrópolis esculpió unas imágenes de las Cárites para los atenienses. Todas están igualmente vestidas, pero las posteriores no sé por qué motivo han cambiado la representación. En todo caso, en mi tiempo esculpen y pintan Cárites desnudas».
Cfr.: Herrero Ingelmo, María Cruz (intr., trad. y notas). Pausanias. Descripción de Grecia. Libros VII-X. Madrid. Gredos, 2008, pp. 323-325.

Son pues, tres las gracias:

Aglaia o Aglaé o Eglé ("la resplandeciente"), era la más joven, simbolizando la inteligencia, el poder creativo, la belleza, siendo su atributo las rosas. Se le asoció con Hefesto por parte de algunos poetas (Homero —Ilíada, XVIII, vv. 382-383—; Hesíodo —Teogonía, vv. 945-946—, Cornuto...).
Eufrosina, Eufrósine o Eufroné ("el júbilo, la alegría"), tenía como atributo el mirto.
Thalía ("la floreciente"), era la mayor y tenía como atributo el dado de juego.
Homero y Estacio llaman a una de las tres como Pasithea, que sería la más joven.

En Roma, las Gracias fueron tres, llamadas Castitas, Pulchritudine y Voluptas o Amor (Castidad, Belleza y Querer o Amor).

Luego, el cristianismo les dio un nuevo cambio de tuerca, denominándolas Fe, Esperanza y Caridad.


 § 3. ORIGEN DEL TÓPICO "DÉCIMA MUSA, CUARTA GRACIA Y SEGUNDA VENUS", O EN LATÍN: "DECIMA MUSA (PIERIS), QUARTA CHARIS (GRATIA), ET ALTERA CYPRIS (VENUS)".

El origen del tópico que ensalza a la mujer (poetisa, célebre por su sapiencia, por ser mecenas, etc.) comparándola a las Musas, a las Gracias o a Venus, parece ser que debemos buscarlo en el Epigrama 6 que Platón (ca. 427-347 a.d.n.e.) dedicó a Safo de Lesbos (ca. 650/610-580 a.d.n.e), y que cantaba:

«Dicen algunos que son nueve las Musas.
¡Cuánto se engañan!
Pues he aquí la décima Musa: Safo de Lesbos
».
Cfr. García Gual, Carlos. Antología de la poesía griega. Madrid: Alianza, 1980, pág. 139.

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Junto a ese calificativo de Platón, nos encontramos en la poesía alejandrina con otra parte del componente del tópico, como vemos en los versos de Calímaco (310-240 a.d.n.e.) dedicados a Berenice:

«Quattuor sunt Gratiae: nam una tribus illis
modo adjuncta est, et adhuc unguentis madet
felix, inter omnes invenda Berenica,
sine qua ne ipsae quidem Gratiae sunt Gratiae».
«Cuatro son las Gracias. Pues a las tres antiguas ha venido a añadirse
recientemente una
: de esencias perfumadas todavía está húmeda:
Berenice, feliz y brillante entre todas.
Sin ella no son Gracias ya las Gracias».
Cfr.: Cuenca, Luis Alberto de. "Calímaco. Epigramas 1-XV. Introducción, texto, aparato crítico, traducción y notas", in Estudios Clásicos, XVIII-71 (1974), pp. 196-197
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Entrados ya en nuestra era, Décimo Magno Ausonio (310-395 d.n.e.), en su Epigrama CXXI, "De amissa puella", cantó:

«Tres fuerant Charites: sed dum mea Lesbia vixit,
Quatuor: Ut periit, tres numerantur item».
Cuya traducción sería:
«Tres fueron las Gracias, pero mientras vivió mi Lesbia
fueron cuatro
: después de muerta ésta, volvieron a ser tres como al principio».
Cfr. Magni Ausonii Burdigalensis. Opera Omnia. Vol. I. Londres: A. J. Valpy, 1823, pág. 140.

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El tópico empezó a asegurarse así, a lo largo de la Edad Media, a través de diversas variantes en la "Anthologia" (Farnaby, Thomas. Anthologia. Florilegium epigrammatum græcorum, eorumque latino versu à varijs redditorum. Londres: Felix Kyngstonius, 1629, pág. 66), como podemos ver en este epigrama dedicado a Charita:

«Tres fuerant Charites: tribus his tu nasceris una,
Quam Chariteia colat triga suam Charita».
Cuya traducción sería:
«Tres eran las Gracias: al nacer tu, una de estas tres has sido,
pues la tríada de Gracias venera como suya a Charita».
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De la unión de estos dos sintagmas más el de "segunda Venus", nacerá el conjunto del tópico: "décima Musa, cuarta Gracia y segunda Venus", como observaremos en los "Epigrammata Bobiensia", dicho sobre nombres coomo Ico, Xantho, Dercylis, Alcipe o Lyce:

Epigramma XXXIV.
«Musarum decima est Ico, Cytherea secunda,
Gratia quarta: Ico Gratia, Musa, Venus».
Cuya traducción sería:
«De las musas, Ico es la décima, la segunda Citerea (Venus),
la cuarta Gracia: Ico es una Gracia, una Musa y una Venus».

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Epigramma XXXV. De Filodemo.
«Musarum Xantho decima est, Cytherea secunda,
quarta Charis: Xanto Musa, Venus, Charis est».
Cuya traducción sería:
«De las musas, Xanto es la décima, la segunda Citerea,
la cuarta Gracia: Xanto es una Musa, una Venus y una Gracia».

Cfr.: Romana Nocchi, Francesca. Commento agli 'Epigrammata Bobiensia'. Berlín/Boston: Walter de Gruyter GmbH & Co KG, 2016.

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Y una variante más la hallamos en la "Anthología, "Anthologia" (Farnaby, Thomas. Anthologia. Florilegium epigrammatum græcorum, eorumque latino versu à varijs redditorum) Londres: Felix Kyngstonius, 1629, pág. 66), en este epigrama de Rufino a Dercylis:

«Gratia quarta, secunda Venus, decima addita Musis,
Dercylis, in cunctis Gratia, Musa, Venus.».
Cuya tradución sería:
«La cuarta Gracia, la segunda Venus, la décima Musa, añadida
es Dercylis, pues en conjunto ésta es una Gracia, una Musa, una Venus».
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Y que consta de otras tantas variantes, como podemos observar en:

«bina Venus, Musaeque decem, bis Gratia duplex:
Dercylis has inter, Gratia, Musa, Venus».
Cfr. Epigrammatum. Anthologia Palatina. Vol. I. París: Ambrosio Firmin-Didot, 1871, pág. 76.

Cuya traducción sería:

«Segunda Venus, décima Musa, Gracia dos veces dos:
Dercylis tú estás entre ellas, Gracia, Musa, Venus».
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Semejante a esta:

«Quattuor sunt Gratiae, Veneres duae, et decem Musae:
Dercylis in his omnibus, Musa, Gratia, Venus».
Cuya traducción sería:
«Cuatro son las Gracias, dos las Venus y diez las Musas:
Dercylis está en todas éstas: es una Musa, una Gracia, una Venus».
Cfr. Epigrammatum. Anthologia Palatina. Vol. I. París: Ambrosio Firmin-Didot, 1871, pág. 76.

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O como esta otra, pero ahora dedicada a Alcipe:

«Sunt Musae bis quinque, duae Veneres, Charitesque
Quatuor
; Alcippe, Musa, Venus, Charis est.»
Cuya traducción sería:
«Las Musas son dos veces cinco, dos son las Venus, y las Gracias
cuatro;
Alcipe es (una de ellas), una Musa, una Venus, una Gracia».
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Y esta otra variante, dedicada a Lyce:

«Tres olim Charites, Venus Una, novemque Camamae,
nunc Charis has praeter, Musa, Venusque Lyce es».
Cuya traducción sería:
«En tiempos pasados, tres eran las Gracias, una Venus, y nueve las Camameas (Musas),
ahora más allá de éstas, una Gracia, una Musa y una Venus es Lyce».
Cfr., para todas estas variantes mencionadas: AA. VV. Ana, ou, Collection de bons mots, contes, pensées détachées, traits d'histoire et anecdotes des hommes célèbres, depuis la naissance des lettres jusqu'à nos jours: suivis d'un choix de propos joyeux, mots plaisans, réparties fines et contes à rire, tirés de différens recueils. Première partie. Vol. III. Amsterdam: Visse, 1789,pp. 186-187.
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Y en francés se señalaba esta variante:

«Il est dix Muses, deux Vénus,
Et quatre Graces de bon compte.
En voici la raison: Madonte
fait entre elles le par-dessus».
Cuya traducción sería:
«Hay diez Musas, dos Venus,
y cuatro Gracias si contamos bien.
He aquí la razón: Madonte
hace entre ellas la demasía».
Cfr.: Dictionnaire de la langue françoise, ancienne et moderne, de Pierre Richelet ; augmenté de plusieurs additions d'histoire, de grammaire, de critique, de iurisprudence, et d'un nouvel abrégé de la vie des auteurs citez dans tout l'ouvrage. Tome second, E-O. Alyson: les frères Bruyset, 1728, pág. 328.
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El napolitano Giacompo Sannazaro (1458-1530), el autor de la "Arcadia" (Venecia, 1502) hizo un epigrama a la marquesa Casandra, de quien estuvo enamorado, en términos semejantes:

«quarta Charis, decima es mihi Pieris, altera Cypris,
Cassandra, una choris addita Diva tribus».
Cuya traducción sería:
«Cuarta Gracia, décima Piérides (Musa) es para mí, otra Cypris (Venus),
Casandra, una diosa añadida al coro de las tres».
Cfr.: Campaux, Antoine François. De Ecloga piscatoria qualem a veteribus adumbratam absolvere sibi proposuerit Sannazarius. Paris: Durand, 1859, pág. 83.
Putnam, Michael C. J. Jacopop Sannazaro. Latin poetry. Cambridge, Mas: Harvard University Press, 2009, pág. 356.


§ 4. EVOLUCIÓN DEL TÓPICO "DÉCIMA MUSA, CUARTA GRACIA Y SEGUNDA VENUS", O EN LATÍN: "DECIMA MUSA (PIERIS), QUARTA CHARIS (GRATIA), ET ALTERA CYPRIS (VENUS)", POR ESPAÑA Y EUROPA.

Como hemos visto hasta aquí, la pervivencia en los textos latinos medievales de este tópico, hará posible que a lo largo de los siglos XVI a XVIII, el tópico no sólo permanezca vivo, sino que tenga especial relevancia, tanto en latín como en las lenguas vernáculas.

Ahora bien, la evolución del tópico derivará en tres formatos: tanto en el mantenimiento de los tres sintagmas, o de sólo dos, o de sólo uno, siendo lo más común el ser selectivo en los sintagmas.

Recordemos que ya señaló el Brocense (1523-1600), en "Obras del excelente poeta Garcilasso de la Vega, con anotaciones y enmiendas del licenciado Francisco Sánchez, cathedrático de rhetórica en Salamanca" (Salamanca: Pedro Lasso, 1574), comentando el soneto "Ilustre honor del hombre de Cardona,/ Décima moradora del Parnaso", que "muchos han usado esta frasi, de llamar a las damas doctas 'Décima Musa' o 'Quarta Gracia', siendo las Musas nueve y las Gracias tres; y ansí lo hizo Minturno [Antonio Sebastiani]en un soneto, que comienza: 'eran le Gracie tre care sorelle', etc.". En efecto, el soneto XXIV de Garcilaso de la Vega (1501-1536 d.n.e.), dedicado doña María de Cardona, marquesa de Padula, dice así:

 «Ilustre honor del nombre de Cardona,
décima moradora del Parnaso,
a Tansillo, a Minturno, al culto Taso
sujeto noble de inmortal corona;

si en medio del camino no abandona
la fuerza y el espirtu a vuestro Laso,
por vos me llevará mi osado paso
a la cumbre difícil de Helicona.

Podré llevar entonces, sin trabajo,
con dulce son que el curso al agua enfrena,
por un camino hasta agora enjuto,

el patrio celebrado y rico Tajo,
que del valor de su luciente arena
a vuestro nombre pague el gran tributo».
∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

Gutierre de Cetina (1520-1557 d.n.e.), reescribirá también el anterior soneto dirigido a doña María de Cardona, que dice así:

Ilustre honor el nombre de Cardona,
no décima a las nueve de parnaso,
mas la primera del oriente a ocaso,
a quien rara beldad honra y corona;

y a quien la fama por sin par pregona
de virtudes colmado y rico vaso,
por elección, y no por suerte o caso,
dignísima de cetro y de corona.

Perdería la pena y el trabajo,
donde la envidia su malicia enfrena,
si cantase de ti aun el más instruto;

pues tu santa virtud tomó a destajo,
con pura caridad de afectos llena,
producir para el cielo eterno fruto».

∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

Tan presente estuvo en este siglo de humanistas, grandes latinistas y grecos, que hallaremos el tópico hecho canción, en 1555, en el motete a 4 voces, "Alma Neme"s, de Orlando di Lasso (1532-1594):

« Alma Nemes, quae sola Nemes, quae dicere Cypris
altera, quae Pallas altera, quarta Charis,
quae pellis nubes, que caelum fronte serenas
et risu et laetis flammea luminibus.
Alma veni vocemque tuam, qua flumina sistis
funde, canas mecum dulce novumque melos».
Cuya traducción sería:
«Mi alma Nemes, tú sola Nemes, que eres llamada otra Cipria (Venus),
otra Athenea, cuarta Gracia
,
que disipas las nubes, que el cielo con tu frente serenas
y con tu risa y alegres ojos de fuego.
Alma, ven, y habla con tu voz, con la que los ríos detienes,
tú cantas conmigo una dulce y nueva canción».
∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

Jaime Salvador de la Solana (1525-1580), escribió este epigrama a la muerte de Luisa Sigea de Velasco (1520-1560):

«Auges Musarum numerum, Charitumque dearum,
pieridum decima es tu mihi, quarta Charis».
Cuya traducción sería:
«Acrecientas el número de las musas y de las Gracias divinas,
la décima Musa eres para mí, la cuarta Gracia».
Cfr.: Cerdá y Rico, Francisco.- Clarorum Hispanorum opuscula selecta et rariora, tum Latina tum Hispana, magna ex parte nunc primum in lucem edita. Madrid: Antonio de Sancha, 1781, pág. XXXI.

∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

Asimismo recordemos aquellos versos de Lope de Vega (1562-1635) en su auto sacramental "Representación moral del viaje del alma", en los que a otra manchega, doña Oliva Sabuco de Nantes, la denominará "décima Musa":

«Doña Oliva de Nantes, Musa Décima,
y doña Valentina de Pinelo,
la cuarta Gracia, o verso o prosa escriba».
Lope de Vega y Carpio, Félix. "Representación moral del viaje del alma", in Eduardo González Pedroso (ed.). Autos sacramentales desde su origen hasta fines del siglo XVII. Madrid: Rivanedeyra, 1865, pág. 151.

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Cuyo contenido repetirá para otras mujeres, como en "A la décima musa, doña Bernarda Ferreira de la Cerda, Señora portuguesa", que decía:

«Cuando elegante, de los dos idiomas,
Bernarda celestial, versos imprimas,
con que los montes y árboles animas,
las peñas mueves y las fieras domas;
si lira en soledad, si bronce tomas
del estruendo marcial heroicas rimas,
rindan a tu laurel remotos climas,
oro, perlas, coral, palmas y aromas.
Pues ya con más honor que al cisne en Tracia,
¡oh Safo lusitana!, a las difusas
regiones tu valor la fama espacia,
serás, pues tantas te dio el cielo infusas,
con la excelencia de la cuarta gracia,
la décima del coro de las Musas».
Cfr.: Lope de Vega y Carpio, Félix. Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos.
∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

O en el "Laurel de Apolo, con otras rimas" (Madrid: Juan Gonçález, 1630), en la silva II, vv. 710-727, refiriéndose a Juliana Morela:

«¡Oh, Juliana Morella, oh gran Constancia,
con quien fuera plebeya la arrogancia
hoy de Argentaría Pola,
aunque fue como tú docta española!
Porque mejor por ti, que has hecho cuatro
las Gracias, y las Musas diez
, pudiera,
que por Safo Antipatro,
decir aquella hipérbole, que fuera
más ajustada a un ángel, pues lo ha sido
la que todas las ciencias ha leído
públicamente en cátedras y escuelas,
con que ya las Casandras y Marcelas
pierden la fama, y a tu frente hermosa
rinden en paz la rama victoriosa,
que en tus sienes heroicas y divinas
las del laurel son hojas sibilinas,
haciéndoles en toda competencia
ventaja tus virtudes y tu ciencia».
∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

También podemos rastrear el tópico en Cristóbal de Mesa (1559-1633), en un poema dedicado a Luis Barahona de Soto, en el que alabó a Juana de Espinosa en estos términos:

«Veréis de doña Juana de Espinosa
los elegantes amorosos versos,
Cuarta Gracia gentil, décima diosa».
Cfr.: Rodríguez Marín, Francisco. Luis Barahona de Soto. Estudio biográfico, bibliográfico y crítico. Madrid: Suc. de Ribadeneyra, 1903, pág. 217.


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Y, en un soneto, entre italiano y español, este mismo Cristóbal de Mesa alabó a Cristobalina Fernández de Alarcón (dicha de Córdoba) (1576-1646), poeta de Antequera, en estos términos:

«Vos del nombre del que es Christo Atlante,
co’ la cetra gentil, col chiaro ingegno,
sete ilustre splendor del nostro regno,
por quien envidia de él tiene Levante.

Tulio escriba, Ángel pinte, Homero cante
il tesor de ogni honore e laude degno,
che alto inmortale sprezza, e ha quasi a sdegno,
débil voz, bajo son, ronco discante.

Di peregrine done, unico esempio,
a vos, décima Musa y cuarta Gracia,
nuova Sibila a le moderne charte,

olvidando al de Tebas y al de Tracia,
donan gli sacri ingegni eterno tempio,
como a milagro de natura y arte».
Cfr.: González Mariano, Mar et Zoppi, Federica. "Los poemas italianos e hispanoitalianos de Cristóbal de Mesa. Un ejemplo olvidado de heteroglosia: edición y estudio", in Etiópicas, 12 (2016), pág. 46.
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Asimismo, en Diego Mexía de Fernangil (1565?-1634 d.n.e.), en su "Primera parte del Parnaso Antártico de obras Amatorias" (Sevilla: Alonso Rodríguez Gamarra, 1608, pág. 26), nos encontramos con este soneto "Del autor dedicado a la Señora que le dirigió el Discurso Poético", cuya relación es más difusa:

«La antigua Grecia con su voz divina
celebra por deidades de Helicona
nueve poetisas, dándoles corona
de yedra, lauro, rosa y clavellina:

Práxila, Mirti, Annites, Miro, Erina,
Nossida y Telésila, que se entona
con dulce canto, y Safo, a quien pregona
su Lesbos como Tebas a Corina.

Mas, ¡oh matrona, honor del mismo Apolo!,
la clavellina, rosa, lauro y yedra
en todo siglo sola a ti se debe,

pues siendo la deidad de nuestro polo,
te adorarán en su Parnasia piedra
las nueve Musas y las griegas nueve».

∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

Luis de Góngora (1561-1627 d.n.e.), también usó el tópico, como podemos ver en este soneto "A don Antonio de las Infantas, en la muerte de una señora con quien estaba concertado de casar en Segura de la Sierra", de 1613:

«Ceñida, si asombrada no, la frente
De una y otra verde rama obscura,
A los pinos dejando de Segura
Su urna lagrimosa, en son doliente,

Llora el Betis, no lejos de su fuente,
En poca tierra ya mucha hermosura:
Tiernos rayos en una piedra dura
De un sol antes caduco que luciente.

¡Cuán triste sobre el pórfido se mira
Casta Venus llorar su cuarta Gracia,
Si lágrimas las perlas son que vierte!

¡Oh Antonio, oh tú del músico de Tracia
Prudente imitador! Tu dulce lira
Sus privilegios rompa hoy a la muerte».

∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

Alonso de Castillo Solórzano, en la edición de las "Novelas amorosas y ejemplares", de 1638, de María de Zayas y Sotomayor, hizo este poema laudatorio hacia la novelista:

María, aunque vuestra fama
vuela de uno al otro polo,
y en consistorio de Apolo
su décima Musa os llama
,
hoy con más razón la rama
ingrata a tanta afición
premia vuestra erudición
y las sienes os corona;
que sois gloria de Helicona
y honra de nuestra nación.

Con tan divinos primores
vuestro libro a luz sacáis,
que en nuestra España le dais
envidia a sus escritores.
¡Bien empleáis los favores
de la Délfica deidad!
Venere en vos vuestra edad
dejarla en tantos conceptos,
ejemplos a los discretos
en reglas de urbanidad.

La prudencia en el trazar,
el ingenio en el fingir
y la gracia en el decir,
todo es en vos singular;
ni competir ni igualar
podrá humana suficiencia
con vuestra rara elocuencia;
que os hizo la excelsa Mano
un prodigio soberano
de ingenio, gracia y prudencia.

Si la antigüedad romana,
gran María, os conociera,
adoraciones os diera
como a deidad soberana.
Celebre el favor que hoy gana
el Ibero cristalino,
y el valor tan peregrino
venere el imperio Hispano:
un entendimiento humano
con vislumbres de divino.

∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

Y más explícito lo será el Almirante de Castilla, D. Juan Alfonso Enríquez de Cabrera (1600-1647 d.n.e.), quien escribió un panegírico dedicado a doña Francisca Luisa Fernández Portocarrero, con este título:

«Rinde a la dezima musa, y quarta gracia de la Ilustrissima Señora doña Francisca Luisa Fernandez Portocarrero afecto consagrado a su grandeza en humilde Panegyrico a la victoria insigne de Fuenterrabia, conseguida por don Iuan Alonso Enriquez de Cabrera ..., s.n., 1638».
∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

El poeta Paulus Gisbicius (Pavel Jizbice, 1581-1607 d.n.e.), en sus "Epigrammata", reelaboró el tópico en el poema "Ad Pannulam", que dice así:

«Tres Charitas, Musassque novem finxere Poetae.
Tu decima es Musa et Pannula quarta Charis».
Cuya traducción sería:
«Tres Gracias, y nueve Musas suponen los poetas que hay.
Tu, Pannula, eres la décima Musa y cuarta Gracia».
∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

A Isabel Juana Wetson (1581-1612), joven poetisa inglesa, políglota (latín, italiano, alemán, checo e inglés), Nicolás Mayo le dedicó versos del tipo:

«Iana omni potior, Westonia virgo, figura,
artificis docta pingitur ecce manu.
Ingenium, pietas, virtus, industria, Musae,
Virginis & mores absque colore nitent.
Si videas Musas, decima est soror addita Musis;
Candida si spectes pectora; Quarta Charis».
Cuya traducción sería:
«He aquí a Juana, la más poderosa, la doncella Wetson, cuya figura
con mano docta ha sido pintada.
Ingenio, piedad, virtud,oficio, Musas,
y costumbres de doncella podemos observar en el color.
Si ves a las Musas, ésta es la décima Musa, hermana de ellas;
si miras a su pecho blanco, la cuarta Gracia».
Cfr.: Cheney, D. et Hosington, B. M. (ed.). Elizabetha Johanna Westonia. Collected Writings. Toronto/Buffalo/London: Univiversity of Toronto Press, 2000, pág. 268.

∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

O estos versos finales, del mismo N. Mayo (vv. 11-14), del epicedio "De eadem, comparata cum aliis Virginibus":

«O Virgo! quam te memorem? cui Sponte Poëtae
Assurgunt: Musae quam Decimam esse velint.
Quam Charites Quartam adsciscunt: quam Juppiter aequat
Culta tibi Cypri: culta Minerva tibi».
Cuya traducción sería:
«¡Oh doncella! ¿Quién se acordará de ti? ¿Qué poetas por su propia voluntad
te elevarán: las Musas quieren que seas la décima.
Como la cuarta, las Gracia te agregan: Júpiter te hace igual
a la adorada Venus,
y yo, a la adorada Minerva».
Cfr.: Cheney, D. et Hosington, B. M. (ed.). Elizabetha Johanna Westonia. Collected Writings. Toronto/Buffalo/London: Univiversity of Toronto Press, 2000, pág. 376.

∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

También tenemos estos versos de los poemas del jesuita F. Verbiest, dedicados a don Fernando de Ayala, Fonseca y Toledo, conde Ayala, y a su esposa doña Isabel de Zúñiga, con razón del nacimiento de su hija ( en "Illustrissimis coniugibus don Ferdinando, Elisabethae de Zuñiga, et Fonseca, Marchionibus de Tarraçona, Comitibus de Ayala, Baronibus de Maldeghem, Guyse, Coutsy, etc., dominis civitatum de Coca, Alaexos, Castrexon, Valdefuentes, Villoria, Doncos, Arienega, Vallium, de Lodio, Orosco, Arestana, etc., toparchis de Pitthem, coolscamp, Ayshove, Uyt, Kercke, assenbroek, Barseye, etc., in filiae amantissimae natali gratulatio". Cortraci: Joannis van Ghemmert, 1640.

Cfr.: Golvers, N. "The latin youth poetry of F. Verbiest, S. J. (1623-1688) rediscovered", in Humanistica Lovaniensia. Journal of Neo-latin Studies, XLI (1992), pp. 305 a 322):

• Elegia I, "Calliope variis accinentium ad cunas Virtutum Charitumque obsequiis recreatur", v. 46:

«tres inter Charites prima futura Charis».
Cuya traducción sería:
«De entre las tres Gracias en el futuro será la primera Gracia».
∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

• Epigrama "aliud de iusdem pulchritudine", de claros ecos ovidianos:

«Dividit in multos dotes natura, sed omnes
Unius infantis corpore clausit opes.
Sive manus specto, tales optaret Iacchus,
Sive comas, Phoebus diceret esse suas;
Ora Venus, Thetis ipsa pedes, frontemque genasque
Optarent Charites, Cypria turba, Deae
Ergo quarta Charis, Thetis altera, & altera Cypris
Haec erit una Charis addita Virgo tribus».
Cuya traducción sería:
«La Naturaleza divide sus dones entre muchos, pero todos
sus obras en el cuerpo de una única niña los ha
Si sus manos miro, tales quisiera tener Baco,
si los cabellos, Febo diría que son suyos;
Su rostro Venus lo desearía; sus pies, la misma Thetis, y su frente y sus
las divinas Gracias, compañía de Cypris (Venus),
Así, cuarta Gracia, segunda Thétis y segunda Cypris,
esta única doncellita será añadida a las tres del coro».

∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

El poeta barroco Sigmund von Birken (1626-1681), en versos dedicados a la princesa María Isabel, en su "Die Fried-erfreuete Teutoje" (Nurenberg: Verlegung Jeremiaͤ Duͤmlers, 1652), dirá:

«Si tres sunt, haec quarta Charis dicenda, sed istae
si non sunt, sola haec trina vocanda Charis».
Cuya traducción es:
«Si tres son, ésta es llamada cuarta Gracia, pero si ésas
no son, ésta por sí misma trinidad de las Gracias puede ser llamada».
∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), en su comedia "Hombre pobre, todo es trazas", hará hablar a Rodrigo en estos términos, dirigiéndose a Beatriz:

«Pues me permites que pueda
besar tus manos, señora,
tan discreta como bella,
permite que pueda el alma
solo adorarte suspensa,
porque en tu alabanza es
torpe instrumento de la lengua;
o alabate tú a ti misma,
pues quiere el Dios de las ciencias,
que siendo la quarta Gracia,
la décima Musa seas
».
∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

A lo largo de finales del siglo XVII se sucedieron una serie de ediciones de las obras de sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), en las cuales siempre se le rotulaba como la "décima Musa", quedándose definitivamente para la autora mejicana. Recordemos sólo algunas, que además tuvieron ediciones sucesivas luego:

• "Inundación castalida de la unica poetisa. Musa décima. Madrid, 1689.
• " Poemas de la única poetisa americana, Musa Dézima, soror Juana Inés de la Cruz, religiosa professa en el monasterio de San Gerónimo de la Imperial Ciudad de México... Barcelona: J. Lopis, 1691.
• Juan Ignacio de Castoreva y Ursua. "Fama, y obras pósthumas del fénix de México, décima musa, americana poetisa, sor Inés de la Juana Cruz, professa religiosa en el convento de San Gerónimo de la imperial ciudad de México...." Madrid: Manuel Ruiz de Murga, 1700.
∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

El padre Benito Jerónimo Feijóo (1676-1764), en su "Discurso XVI. Defensa de las mujeres, § 1" (Feijóo, Padre Benito Gerónimo. Demostración crítico-apologética del Theatro Crítico Universal. Tomo I. Madrid: Imprenta Real de la Gazeta, 1779, pág. 192) tachaba la costumbre de los poetas de ensalzar a las mujeres con los términos de "décima Musa, cuarta Gracia", como errónea y mala:

Excedieron en las ficciones los Poetas, o Enamorados, que quisieron elogiar a las mugeres. Rústico y agreste en las expresiones se llama aquel Poeta, que, al elogiar a su Heroina, no la pinta Deidad, por el capítulo de hermosa: y por las prendas de entendimiento, décima Musa, quarta Gracia, y segunda Minerva. Si no se representa acreedora a la manzana de oro, que en concurrencia de Palas, Venus y Juno pudiera repartir otro Paris, ni ella se dé por servida, ni él se aplaude de discreto. Como este error procede de una locura incurable, es error, que, ya por incurable, se tolera. En el estado de esta ciega pasión se nota de bastardía contenerse en el justo medio. "Verus amor nullum novit habere modum", dixo Propercio, uno de los incurables.
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Este hábito estaba tan extendido, que, por ejemplo, G. Greppi, en la comedia "Teresa Vedova" (Acto I), se dice:

Leggerezza (Poeta Fiorentino).- Farò carte false per te. Scriverò un poema, e ti farò passare per la decima Musa, per la quarta Grazia, per la seconda Minerva...
Guglielmina.- E per un'altra Venere?
Leggerezza (Poeta Fiorentino).- No, no, moglie cara, ch'io non voglio oi passar per Vulcano.
Cfr.: Greppi, Giovanni. Dei Capricci Teatrali di Giovanni Greppi. Tomo III. Venezia: Jacopo Storti, 1789, pág. 33.
∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞

Y J. Hermann Nunnig et J. Heris Cohausen, en su "Commercii litterarii. Dissertationes epistolicæ historico-physico-curiosæ" (Francofurti: J. B. Andreae et H. Hort, 1746, pp. 19-20) insertan este epigrama de Ernest de Scholver (de la primera mitad del s. XVII):

«Foemina, quae tanti pretii dat sceptta Minervae
pro quibus elogiis condecoranda venit!
Laudibus & quantis mactanda est aemula Matri
Filia, quae sexus gesta sui superat?
Nunquid Musarum decima hoc est digna vocari?
Et ceu quarta Charis, ceu sacra Diva coeli

∞∞∞∞∞∞∞∞۞∞∞∞∞∞∞∞∞




BIBLIOGRAFÍA.

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Verbiest, F. Illustrissimis coniugibus don Ferdinando, Elisabethae de Zuñiga, et Fonseca, Marchionibus de Tarraçona, Comitibus de Ayala, Baronibus de Maldeghem, Guyse, Coutsy, etc., dominis civitatum de Coca, Alaexos, Castrexon, Valdefuentes, Villoria, Doncos, Arienega, Vallium, de Lodio, Orosco, Arestana, etc., toparchis de Pitthem, coolscamp, Ayshove, Uyt, Kercke, assenbroek, Barseye, etc., in filiae amantissimae natali gratulatio. Cortraci: Joannis van Ghemmert, 1640.




14 de julio de 2016

¿SABES QUÉ ES UN PLEONASMO, O UNA PEROGRULLADA, O PERISOLOGÍA, O TAUTOLOGÍA O REDUNDANCIA?


Vamos a intentar explicar en esta entrada qué son los pleonasmos o parelcon, las perogrulladas, la perisología, la tautología y la redundancia o batología, poniendo múltiples ejemplos, con la finalidad de que nos sirvan para entender estos términos, los cuales en definitiva vienen a significar lo mismo: redundancias, ampliaciones de palabras, estructuras o pensamientos que no añaden en principio nada nuevo al mensaje, o, que por el contrario, lo enfatizan. Veámoslos.


1. PLEONASMO.

§ El pleonasmo fue designado desde antiguo como una figura que está a medio camino entre el defecto (en la retórica) y la belleza (en la poesía, pues los poetas no suelen ocuparse de decir sólo lo justo, como dijo el autor desconocido de "Rhetorica ad Herennium" citando unos versos de Ennio —Liber II, 34—: "Nam hic satis erat dicere, si id modo, quod satis esset, curarent poetae...").

O, expresado en palabras de Ignacio Bosque,

En la pluma de los escritores —se viene a decir— el pleonasmo es un recurso estético del que se sirven para obtener logros artísticos bien conocidos, y a veces incluso celebrados. Sin embargo, se da a entender a menudo que, en la boca de los simples hablantes, esta misma redundancia pasa a ser muestra de su pobreza expresiva y de su incapacidad para entender que en una secuencia es ocioso reiterar los mismos significados con distintas palabras. Como ven ustedes, el mismo fenómeno puede ser encomiable o censurable en función de los textos en los que se descubra, una peculiar antinomia entre las unidades lingüísticas. Un leve giro verbal en la misma expresión la encumbra o la estigmatiza; la hace excelsa o la convierte en torpe, descuidada y poco elegante. Pero lo más extraño de todo es que nadie nos explica la razón de tan radical mudanza en la forma de valorar las combinaciones de palabras en las que se reiteran ciertas informaciones".
[Bosque, Ignacio. Conferencia dada en Río de Janeiro el 26-06-2004: "Sobre la redundancia y la forma de interpretarla", in I Simposio de Didáctica del español para extranjeros: Teoría y Práctica, [en línea] http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/publicaciones_centros/PDF/rio_2004/03_bosque.pdf ]

De este modo, M. F. Quintiliano señaló que «la geminación (duplicación), la repetición y cualquier tipo de adición puede ser vista como un pleonasmo. Y no sólo se acumulan palabras, sino también sentidos que tienen el mismo efecto»: "Nam et geminatio et repetitio et qualiscumque adiectio "πλεονασμός"videri potest. nec verba modo, sed sensus quoque idem facientes acervantur" [Institutio Oratoria, Liber IX, Cap. 3, 47], esto es, para él era una figura de palabra por exceso, "para más afirmar la cosa", poniendo como ejemplo el verso 354 de Libro IV de la "Eneida" de Virgilio que dice: "su voz yo percibí con mis oídos" («Nonnunquam tamen illud genus, cuius exemplum priore loco posui, affirmationis gratia adhibetur: 'Vocemque his auribus hausi'»). Añadiendo que será vicio cuando cuando se pone por redundancia, no a propósito: «est et "πλεονασμός" vitium, cum supervacuis verbis oneratur oratio; 'Ego meis oculis vidi'. Satis est enim vidi» (otro vicio es el pleonasmo, que es llenar la oración de palabras, que podrían omitirse: 'yo lo vi con mis propios ojos', bastando decir 'lo vi') [Quintiliano, M. Fabio. Institutio Oratoria. Liber VIII, Cap. 3, 54 y 53 respectivamente].

No obstante, Donato no considerará el pleonasmo como una figura, sino como un vicio, y los gramáticos renacentistas tenderán a considerarlo como una "figura de construcción", a partir de el Brocense, Sempere, Álvarez, etc...

Pleonasmus seu parelcon fit quum ad legitimam constructionem aliquid additur (...) Iulius Ruffinianus rhetor pleonasmum uocat uiuere uitam, pugnare pugnam, seruire seruitutem, nocere noxam, furere furorem; cui facile assentior dum ne credat pleonasmum esse longam uitam uiuere et hunc furere furorem, nam ut uidi oculis pleonasmus erit, ita his oculis uidi pleonasmus non est.
El pleonasmo o parelcon se produce cuando a una construcción ya completa se añade algo (...) El rétor Julio Rufiniano llama pleonasmo a uiuere uitam, pugnare pugnam, seruire seruitutem, nocere noxam, furere furorem; yo fácilmente le daría la razón, siempre que no piense que son también pleonasmo las expresiones longam uitam uiuere, y hunc furere furorem, ya que, de la misma forma que uidi oculis es un pleonasmo, así también His oculis uide no lo es.

[Sánchez de las Rozas, Francisco (el Brocense). Minerva. Libro IV. 4. De Pleonasmo].

§ El profesor decimonónico Francisco Guerra dedicó dos capítulos (el XI y XII) al "parelcon o pleonasmo" latino, partiendo de la definición del Brocense, y con especial atención al verbo, adjetivo, participio, pronombre, adverbio, preposiciones, conjunciones, con epígrafes concretos a las conjunciones "quidem" y "quam", negaciones y oraciones. Es este último apartado el que nos interesa fundamentalmente, pues, siguiendo la concepción de Quintiliano de que cualquier adición puede ser vista como un pleonasmo, considera que los pleonasmos de las oraciones se realizan de diez maneras: a través de isomería (de partes iguales), disomería (de partes desiguales), exclamación, sinonimia, anáfora, interrogación, hipérbole, epíteto, perífrasis y expolición. Todos ellos en virtud de que se basan en "adiciones" (sinonimia, epíteto) o "repeticiones" (anáfora) de palabras o pensamientos (hipérbole, perífrasis, expolición) o estructuras (isomería, disomería), como veremos a continuación.

Isomería, [ισομέρια] "se aumenta y adorna la oración por isomería o igualdad, quando viniendo en ella dos partes, o dos miembros iguales, que se refieren a una misma cosa".

Disomería, [δισομέρια] "se aumenta y adorna la oración en común por disomería o desigualdad, quando viniendo en la oración dos partes, o miembros desiguales, que se afirman de una misma cosa".

Exclamación, "es una palabra, que añadida a la oración hace que se pronuncie con mayor rapidez y entonación y la vuelve tan sonora y expresiva, que engrandece las cosas, abulta los pensamientos y aviva los afectos".

Sinonimia , [συνωνυμία] "colocación y repetición de palabras que significan lo mismo, no para vana y ostentosa locución, sino para significar con algún nuevo modo, con más fuerza o con más lustre y retumbancia de la oración", siendo los fines del uso de la sinonimia: "para sapheneia o mayor claridad, para sphodrotes o mayor vehemencia, para pathopoia o conmoción de algún afecto, ira, amor, etc.; y para lamprotes o mayor sonio y amplitud de la oración".
[Para estos términos de figuras de elocución (schemata), empleados por la retórica española, a partir de las obras de Hermógenes de Tarso, que hemos mencionado y los que siguen más abajo, cfr.:
Arribas Rebollo, Julián. "Sobre el tipo de estilo dulzura: Hermógenes en Antonio Lulio", in Temas de retórica hispana renacentista, 9 (2000), pp. 23-68.
López Grigera, Luisa. La retórica en la España del Siglo de Oro. Salamanca: Univ. Salamanca, 1995, pp. 100 y ss.
__________ . "Teorías del estilo en el Siglo de Oro", in Ariza Viguera, manuel (coord). Actas del II Congreso Internacional de Historia de la Lengua española. Vol. 2. Pabellón de España, 1992, págs. 703-714]

Anáfora, [άναφορά] repetición de una misma palabra en el principio, en el medio o en el fin de una oración para hacerla más expresiva, más afectuosa y retumbante", usándose fundamentalmente para tres fines: "para pathopoia o moción de efectos con enthusiasmo, esto es, con enfurecimiento, celeridad o turbación; para alabar o reprender; y para engrandecer la oración".

Interrogación, "es un tono, sonido o modo de pronunciar la oración, que empezándola con ímpetu, prosiguiéndola con ardor, y acabándola a manera de estallido, la vuelve tan sonora, y expresiva, que engrandece las cosas, abulta los pensamientos, y aviva los afectos".

Hipérbole, [ὑπερβολή, exageración] "adorno y modo de hablar con el qual de tal suerte se engrandece, o disminuye alguna cosa, que no solamente excede la realidad, sino también el poder, las fuerzas y modos naturales" (...) "El hipérbole se divide en auxesis [αὔξησις, también llamado clímax, incrementum, que es] el hipérbole que pondera ensalzando y engrandeciendo" (...) [y] "meiosis [μείωσις, disminución, subestimación, también usado como sinónimo de lítotes, pero esta última tiene una carga más irónica, que es] el hipérbole que pondera, disminuyendo, o apocando" (...) "La hipérbole adorna la oración formando: metáforas, sinonimias, perífrasis, expoliciones, semejanzas o comparaciones, epítetos y palabras emphaticoteras".

Epíteto, [ἐπίθετον, agregado] "palabra o dicción que para dar fuego a la oración, esto es, para hacerla más significativa, más lustrosa, o sonora, o más grave, o eficaz, se añade a otras dicciones o palabras" (...) "Los epítetos no deben ser ociosos ni superfluos, sino que deben causar engrandecimiento, abatimiento, adorno y discernimiento".

Perífrasis, [περίφρασις, explicar alrededor] "locución la qual, para que la oración salga más expresiva, sonora y elegante, dice y manifiesta con muchas palabras lo que con menos se podría decir o manifestar" [con una sola](...) "La perífrasis sirve para evitar la escrología [o aiscrología, cacofemismo] o palabras indecentes, para metáfrasis, esto es, para interpretación o definición; para lamprotes o mayor lucimiento o sonido de la oración; y para sprodotes o mayor vehemencia y viveza de la oración".

expolición, "es un agregado o continuación de perífrasis, expresiones o definiciones, que todas explican una misma cosa, pero con tan diversas flores, adornos o pensamientos, quantas son las diversas perífrasis, expresiones o definiciones de que consta" (...) "Hacer una expolición, perifrasear o variar una oración es usar de muchas expresiones o oraciones, que signifiquen lo mismo; o es manifestar y declarar una misma sentencia, o una misma cosa con diversas locuciones o frases: como si una misma persona saliera vestida sucesivamente con diversas galas, ropages y telas. La expolición o variación de una oración es de dos maneras: batología [βαττολογία] o "inanis eiusdem rei repetitio" [definición de "tautología": "inanis eiusdem rei per verba diversa repetitio", esto es, repetición vacua con diferentes palabras de lo mismo, e] isodinamia o equipollentia [repetición de una idea mediante la negación de su contrario]. [La] expolición o variación de la batología se hace quando se muda la oración por meras palabras sin novedad de adorno, de figura o de aumento, de significación".

[Guerra, Francisco. Fuentes de la elegancia en tres tratados. Sintaxis elegante. Metrología o método claro para saber brevemenete todo género e versos latinos. Epistolopeia o modo fácil de escribir cartas. Valladolid: Tomás de Santander, 1782, pp. 201-357]

§ La "Silva Rhetoricae"explica que el "parelcon" es el uso de términos redundantes e innecesarios, siendo lo más común el empleo de dos palabras por una, haciéndolo sinónimo de paragoge.

Como "demasía y sobra de palabras", será definido por Fernando de Herrera en 1580, siguiendo a Escalígero: "redundantiam voco "πλεονασμός", quippe cum plus est verborum, quam quantum exigat sententia".
[Herrera, Fernando. "Obras de Garcilaso de la Vega con Anotaciones de F. de Herrera", in Gallego Morell, A. (ed.). Garcilaso de la Vega y sus comentaristas. Madrid: Gredos, 1972, pág. 328.
Correa, Pedro - "La huella de Escalígero en las figuras literarias empleadas por Garcilaso y comentadas por Fernando de Herrera", in Agora. Estudos Clássicos em Debate, 9-1 (2007), pág. 313.]

Y Jiménez Patón en 1604, considerará al pleonasmo como un vicio que afea y debe evitarse y huir de él, pues el pleonasmo es « cuando la oración se carga de palabras superfluas que estuvieran mejor por decir, aunque añade algunas veces encarecimiento de lo que dice como: “Yo lo vi con estos ojos”, “lo oí con estos oídos”, y “lo anduve con estos pies”; “lo toque con estas manos”, “vivo la vida”, “ando un andadura”, “duermo una dormidura”. Estos últimos ejemplos son mas viciosos que los primeros».
[Jiménez Patón, B. Elocuencia española en arte. Madrid: El Crotalón, 1987, pág. 105.
Sánchez Salor, Eustaquio. De las elegancias a las causas de la lengua: retórica y gramática del humanismo. Madrid: Instituto de Estudios Humanísticos, 2002.]

§ Por tanto debemos partir para su definición de dos características: "demasía o sobra de palabras", (por lo que algunos lo consideran un vicio por exceso, poniendo de ejemplo: "scribo cum calamo": "escribo con la pluma") pero, a veces, esta demasía sirve para dar "encarecimiento de lo que se dice".
[Sobre todo lo dicho hasta aquí, cfr.: Carrillo Navarro, Paz. "Sintaxis figurada: conceptos y fuentes bibliográficas", [en línea], in Revista Electrónica de Estudios Filológicos, VIII (2004),[consulta: 26-05-2016]. Disponible en http://www.um.es/tonosdigital/znum8/estudios/3-figurassint.htm#_ftnref176 . ISSN 1577-6921]


§ Recogiendo estos conceptos veamos las siguientes definiciones que se irán produciendo.

Dice el DLE, que "pleonasmo" procede del latín tardío "pleonasmus", y este del gr. "πλεονασμός" (pleonasmós), y que es una figura retórica que consiste en el "empleo en la oración de uno o más vocablos, innecesarios para que tenga sentido completo, pero con los cuales se añade expresividad a lo dicho, como en 'en fuga irrevocable huye la hora'", añadiendo una segunda definición: "demasía o redundancia viciosa de palabras".
Vemos, pues, que el Diccionario de la RAE y la Retórica vienen distinguiendo en su uso bien una intención retórica bien un vicio, pero sin explicar adecuadamente cuándo debe ser calificada de una u otra manera. Para ellos, cuando se emplea con la intención de enfatizar el mensaje que se quiere transmitir, por regla general en el lenguaje escrito, se convierte en una figura retórica y llega a adquirir entonces tintes incluso poéticos. En cambio, si se emplea en el lenguaje oral y con expresiones vulgares o cotidianas, suele considerarse una pobreza del lenguaje, una redundancia viciosa, fruto del descuido.

Además, explicó Ignacio Bosque, hace ya bastantes años, que tampoco queda claro cuándo podemos hablar de "pleonasmo". Así, ¿por qué expresiones apositivas del tipo "mes de marzo", "planeta Saturno", "interponerse entre", "colaborar con", no son vistas como un pleonasmo y otras como "fundamentos básicos" o "bases fundamentales" sí? De hecho, tenemos demasiadas construcciones a través de epítetos que son claramente redundantes, como ya estudió Gonzalo Sobejano, del tipo ("epítetos pleonásticos"): blanca nieve, sol ardiente, nube pasajera, noche oscura, pupilas húmedas, suave brisa, triste llanto, blancos dientes, oscuras golondrinas, clara luz, viento raudo, redonda esfera, roca dura.

El Diccionario de María Moliner, "Diccionario de uso del español", establece que el pleonasmo "puede añadir gracia o expresividad a la frase, otras veces constituye verdadera redundancia, y, en ocasiones, aunque podría tacharse de tal, es una manera de dar una terminación a la frase que, de otro modo, quedaría como incompleta.", es decir, puede llegar a solventar ambigüedades o, por estar lexicalizados sus giros, su sentido va más allá de lo que literalmente expresa (así la distinción entre túnel subterráneo y túnel submarino, por ejemplo).
[Moliner, María. Diccionario de Uso del español. Vol. II. Madrid, Gredos, 2007]

Lázaro Carreter redundará fundamentalmente en esta última definición diciendo: «Esta figura, que vale lo mismo que 'sobra' o 'redundancia', es viciosa cuando, sin necesidad, se usa de palabras que ni hacen falta en la locución ni le añaden belleza alguna; pero es útil cuando ciertos vocablos, al parecer superfluos, se emplean para dar más fuerza y colorido a la expresión" (Gramática de la Real Academia Española, de 1917 y 1931). Esto último ocurre en ejemplos como 'lo vi con mis propios ojos', 'lo escribí de mi mano', 'volar por el aire', 'yo mismo estuve'.».
[Lázaro Carreter, Fernando. Diccionario de términos filológicos. Madrid: Gredos, pág. 324]

Y lo mismo hizo H. Lausberg, incluyendo el pleonasmo en las vicios sintácticos o solecismos, no entre las figuras de elocución por adición, considerando que es un solecismo por adición ("solecismus per adiectionem")
[Lausberg, Heinrich. Manual de Retórica Literaria. Tomo II. Madrid, Gredos, 1960, pag. 37]

A. Marchese y J. Forradellas dicen que el pleonasmo es una "expresión que, estilísticamente, puede servir para subrayar una expresión o evitar un ruido en la comunicación. Ejem.: 'yo lo he visto con estos ojos que se ha de comer la tierra' (Cela)".
[Marchese, Angelo et Forradellas, Joaquín. Barcelona: Ariel, 1986, pág. 320].

Por consiguiente, podemos concluir que el pleonasmo es una figura de dicción, por adición de palabras.

§ Los pleonasmos se pueden generar a partir de las siguientes estructuras, tal y como expuso J. A. Mayoral:

Verbos que necesariamente llevan implícitamente un SP, que si se pone es redundante semántica y sintácticamente, como es el caso de:
besar con los labios,
hablar por la boca,
llorar con los ojos,
oír por los oídos,
chillar, clamar, exclamar, gritar, pregonar, quejarse, vocear... a los cuatro vientos,
prever, anticipar, adivinar, planear de antemano,
ver a través de los ojos,

o bajo la estructura de Sujeto + Verbo, siendo el sujeto redundante por estar implícitamente su significado en el verbo:

Mis ojos vieron,
los oídos escucharon,
la boca dijo,
los ojos lloraron,
los labios besaron.

② Estructuras basadas en "complemento directo interno" (acusativo de calificación o interno: "vitam beatam vivere") o figuras etimológicas, caracterizadas porque el núcleo del predicado tiene como CD un SN derivado de la misma base léxica, y porque si le quitamos ese CD el verbo es intransitivo. A estos elementos cognados hay que añadirles necesariamente algún modificador para que no suene redundante:

vivir la vida (miserablemente),
soñar un sueño (premonitorio),
llorar lágrimas (de hondo dolor),
respirar un aire (rejuvenecedor),
[Mayoral, José Antonio. Figuras Retóricas. Madrid: Síntesis, 1994, pp. 127-129].

③ I. Bosque añade verbos a los que el adverbio que se les incorpora es redundante, por incorporar algún rasgo definitorio del verbo:

Acaparar, apropiarse, dominar, imponer... abusivamente.
Abreviar, extractar, recapitular, resumir, simplificar, sintetizar... brevemente.
Diferenciarse, resaltar, sobresalir... destacadamente.
Concretar, desglosar, desgranar,enumerar, especificar, precisar... detalladamente.
Andar a vueltas, Dar la paliza (tabarra...), Hacer hincapié, Insistir, perseverar, persistir, subrayar, recalcar, reiterar, remarcar, repetir... machaconamente - repetidamente...

④ Por nuestra parte, consideramos que deberíamos añadir una estructura más, considerando que la forma más evidente de pleonasmo la obtenemos siempre a través de los denominados epítetos ("agregados"), que consiste en adjetivos que ponen de manifiesto ciertos rasgos inherentes, definitorios, de las entidades de las que se habla, por tanto caracterizando parcialmente al sustantivo al que acompaña, con verdades obvias, ciertas y redundantes, como podemos observar en los siguientes ejemplos:

alado ángel,
alto rascacielos,
ardiente fuego,
árido desierto,
arroyo cristalino,
blanca nieve,
blanco lirio,
blancos dientes,
brisa suave,
campanitas timbradoras,
cándida ingenuidad,
cielo azul,
clara fuente,
clara luz,
deslumbrante sol,
dorado trigo,
dulce miel,
escarpado cerro,
espeso bosque,
espinosas zarzas,
fría nieve,
húmedo pez,
invierno frío,
joven niña,
leve roce,
mansas ovejas,
noche oscura,
nube pasajera,
oscuras golondrinas,
oscura sombra;
redonda esfera,
pupilas húmedas,
roca dura,
roja sangre,
salado mar,
transparente cristal,
veloz gacela,
veneno mortal,
verde hierba,
viento fresco,
viento raudo,
...
[Cfr.: Sobejano, Gonzalo. El epíteto en la lírica española. Madrid, Gredos, 1956]

§ Para finalizar este apartado, señalamos casi dos centenares de ejemplos, muy comunes, de pleonasmos (poniendo entre paréntesis el elemento redundante):

► (completamente) abarrotado.
► Abofetear (con la mano derecha/izquierda).
► Acceso (de entrada).
► (Accidentada) peripecia.
► Accidente (fortuito).
► Adelantar (un anticipo).
► Ambos dos.
► Amigo (personal).
► Anciano (viejo).
► Antecedentes previos.
► Añadir después.
► Apariencias engañosas.
► Aplaudir con las manos.
► Apurar hasta el final.
► Asomarse (al exterior).
► Aterido (de frío).
► Atisbar (vagamente).
► Autopsia (al cadáver).
► Avanzar (hacia adelante).
► Avatares (imprevisibles).
► Bajar (para abajo).
► Bajos (fondos).
► Barrer (con la escoba).
► Base (fundamental).
► Beber (líquidos).
► Beso (con los labios, con la boca).
► Bifurcarse (en dos direcciones).
► (Breve) resumen.
► (Brusco) acelerón, encontronazo, frenazo, parón, volantazo, viraje.
► (Buena) ortografía.
► Caer (hacia abajo, escaleras abajo).
► Callar (la boca).
► Calzarse (los zapatos).
► Campus (universitario).
► (Cándida) ingenuidad.
► Cantar (canciones).
► Casco (protector).
► Casualidad (imprevista).
► Ciego (que no ve).
► Cita (previa).
► Clasificar (en grupos).
► Clímax (máximo).
► Coger (con las manos).
► Colaborar (juntos, entre todos, mutuamente).
► Colofón (final).
► Comer (comida).
► (Completamente) abarrotado, gratis, lleno.
► Concejo (municipal).
► Conclusión (final).
► Consenso (general).
► Constelación (de estrellas).
► Copia (réplica, exacta).
► Crespón (negro).
► Cuchillo (para cortar).
► Chillido, grito (estridente).
► Dar un portazo (a la puerta).
► Dar vueltas (alrededor de).
► Deambular sin rumbo.
► Decirse (a sí mismo).
► Desenlace (final).
► (completamente) desnudo.
► Doblar a muerto.
► Ejemplo (paradigmático, prototípico).
► Embajada (extranjera).
► Encarar (frontalmente).
► (En el día de) hoy.
► Enfrentarse (cara a cara).
► (Engañosas) apariencias, ilusiones.
► Enigma (insondable).
► Entrar (hacia adentro).
► Erario (público).
► Escribir (de mi puño y letra).
► Escudriñar (paso a paso).
► Erradicar (de raíz).
► Error (involuntario).
► Especies (diferentes).
► Especular (sin fundamento).
► Estafeta (de correos).
► Estimación (aproximada).
► Estrella (brillante).
► Exhalar (un suspiro).
► Experiencias (vividas).
► (Falso) pretexto.
► Firmar (con su puño y letra).
► Funcionario (público).
► Genocidio (colectivo, masivo).
► Glosario (de términos).
► Gramos (de peso).
► (Gran) megalópolis.
► (Completamente) gratis.
► Gorro (para la cabeza).
► Gramos (de peso).
► (Totalmente) gratis.
► Gritar (alto).
► Hacer la autopsia (a un cadáver).
► Hecho (real).
► Hemorragia (de sangre).
► Hielo (frío).
► Hija (mujer).
► Hijo (primogénito).
► Hijo (varón).
► (Hipotético) supuesto.
► Idilio (de amor).
► Imponer (unilateralmente).
► (Imprevista) casualidad.
► Improvisar (a bote pronto).
► Insistir (reiteradamente, una y otra vez).
► Interrelacionados (entre sí).
► Jauría (de perros).
► Juicio (de valor).
► Lapso (de tiempo).
► Lava (volcánica).
► Lleno (total, completo).
► Llorar (de los ojos).
► Llueve (y se va a mojar todo).
► Macedonia (de frutas).
► (Mala) inquina.
► (Más) mayor.
► Mendrugo (de pan).
► Meterse (adentro, dentro).
► Mi propia opinión (personal, forma de ver, punto de vista, explicación).
► Misterio (sin resolver).
► Moda (imperante).
► (Mutua) cooperación.
► Nexo (de unión).
► Objetar (en contra).
► Obsequio (gratuito).
► Obsesión (persistente).
► Oír (con mis propias orejas).
► Ojalá (Dios lo quiera).
► Olerselo (con la nariz).
► Olvido (involuntario).
► Optimizar (al máximo).
► Orografía (del tereno).
► (Oscura) noche.
► Palo, tronco (de madera).
► Panacea (universal).
► Panorama (general).
► Par (de gemelos).
► Parámetro (de medición).
► Partes (integrantes)n.
► Peluca (postiza).
► Pensar (para sí).
► Perdurar (en el tiempo).
► Período (de tiempo).
► Persona (humana).
► Pintar (con las propias manos).
► Polos (opuestos).
► Pregonar (a voces).
► Previsto (de antemano, con antelación).
► Progresar (positivamente).
► (Propia) idiosincrasia.
► Protagonista (principal).
► Proyecto (de futuro).
► Puño (cerrado).
► Remedio (curativo).
► Repetir (una vez más).
► Réplica (exacta).
► Reservado (exclusivamente) a/para.
► Resultado, solución (final).
► Ritmo (acompasado).
► Rodeado (por todas partes).
► (Roja) sangre.
► Salir (para afuera).
► Soler (a menudo).
► Solución (final).
► Sonrisa (en los labios).
► Sorpresa (inesperada).
► Subir (para arriba).
► Suscrito (abajo).
► Testigo (presencial).
► Tijeras (para cortar).
► Todos (y cada uno).
► Tomar (con las manos).
► Tronco (de madera).
► Túnel (subterráneo).
► Utopía (inalcanzable).
► Venir (aquí).
► Ver con los propios ojos.
► Veredicto (final).
► Víctima (mortal).
► Volar (por los aires, las nubes).
► Volver (atrás).
► Volver (a insisitir, repetir, reiterar...).
► Yo personalmente.
...

También tenemos muchos pleonasmos literarios o poéticos:

► "Bésame con besos de tu boca" (Cantar de los Cantares).
► "De los sos oios tan fuerte mientre lorando» (Cantar de Mio Cid, v. 1).
► "Allí arriba en aquel cerro/ hay un lindo naranjel/ que lo cría un pobre ciego,/ pobre ciego que no ve" (Romance).
► "Te echaré cordón de seda/ para que subas arriba" (Romance);
► "Ya ejecuté, gran señor, tu justicia justa y recta" (Tirso de Molina).
► "Ni me entiendo ni me entienden;/ ni me sirve alma ni sangre;/ lo que veo con mis ojos/ no lo quiero para nadie" (Concha Méndez).
► "Temprano madrugó la madrugada/ temprano estás rodando por el suelo" (Miguel Hernández).
► "Te toqué, oh luz huidiza, con las manos" (Blas de Otero).

2. PEROGRULLADA.

§ Vulgarmente, el pleonasmo viene a ser lo que se conoce como "perogrullada" («verdad o certeza que, por notoriamente sabida, es necedad o simpleza decirla», según el DLE), y que el el diccionario de María Moliner explica que se basa en «Perogrullo (de “Pedro” y “Grullo”): personaje supuesto al que se atribuyen humorísticamente las sentencias o afirmaciones de contenido tan sabido y natural que es una tontería decirlas.».
[Moliner, María. Diccionario de Uso del español. Vol. II. Madrid, Gredos, 2007.]

El refrán que además suele usarse en estas ocasiones es “Las verdades de Perogrullo, que a la mano cerrada llamaba puño”. No obstante, L. Martínez Kleiser nos dejó 31 refranes con perogrulladas, de los que citamos unos cuantos:

“En la paz y en la guerra, el que matan, muerto queda”.
“Cuando nació el ahorcado, hijo parió su madre”.
“El que va en carro, ni va a pie ni a caballo”.
“Adán pecó. ¡Noticia fresca!”
“Nadie al rey verá, sino donde está”.
“Aunque el perro tiene cuatro patas, no puede andar a la vez por cuatro caminos”.
“Cuatro pies tiene el gato, y cinco con el rabo”.
“Una cosa rara sucedió en la muerte de mi tía; que un rato antes de morir, aún vivía”.
“Cuando llueve, todo el mundo se moja”.
“El agua de Loja, por donde pasa moja”.
“Donde comen cuatro, ocho comerán, si añaden carne, vino y pan”.
“En todos lugares, cuatro perdices son dos pares”.
“Piedra, yesca y eslabón, tres cosas son”.
“Quien pasa bien el primer día del año, no pasa mal todo el año”.
“Vámonos a acostar, Pero Grullo, que cantan los gallos a menudo”.
[Martínez Kleiser, Luis. Refranero general ideológico español. Madrid, RAE, 1978, pág. 571.]

§ Ahora bien, relacionadas las perogrulladas con las verdades obvias y evidentes, tienen su origen, no obstante, en unas "profecías de Pero Grillo", que, lógicamente, eran obvias certezas. Se trata de un texto satírico anónimo (bajo seudónimo de "El Evangelista"), de 1460, que en boca de un supuesto ermitaño profeta, llamado Pedro Grillo (¿derivó luego a Grullo?), siervo de San Hilario (cuyo significado latino es "alegría, buen humor") nos traslada las supuestas profecías que le han sido rebeladas. Se trata de un texto enmarcado, cuyo motivo principal es un sueño en el que se rebela una profecía, con una sátira incluida a todos los oficios y algunas clases sociales (caballeros y escuderos, que nos recuerdan a los descritos años más tarde en El Lazarillo de Tormes), a un personaje, Pe(d)ro Grillo (con todas las referencias lucianescas que queramos aportarle y los posibles antecedentes de Pedro Gallo, según A. Gómez Moreno, pues el gallo siempre se ha relacionado con los sueños proféticos -la negación de Pedro y el canto del Gallo; Chantenecler en el 'Roman de Renart"-, etc...; y los 'Pedro Gallo', según Carrete Parrondo, tal y como eran denominados los "cristianos viejos", llegando más allá del siglo de oro esta imagen, como podemos observar en unos versos de Villamediana: "muchos Judas y pocos Pedros Gallos"), llegando a derivar en Pe(d)ro Grullo.
[Cfr.: Gómez Moreno, Ángel. "Profecía de Evangelista: al rescate de un autor medieval", in Pluteus, 3 (1985), pp. 111 a 129.]

§ Publicado el texto inicialmente por Antonio Paz y Meliá en 1877 ["Libro de cetrería de Evangelista y una Profecía del mismo, con prólogo, variantes, notas y glosario", in Zeitschrift für Romanische Philologie, I (1877), pp. 222-246], podemos leer el manuscrito en la Biblioteca Nacional [Cfr.: Mss/21549, Libro de çetreria . Inc.: Libro de çetreria que hyzo Evangelista corriendo fortuna (h. 2)... Exp.: e dexaria tu falcon pelado e syn unguento (h. 9), [en línea], http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000093164, acceso 16-05-2016], o si quieres directamente aquí (no obstante hay una nueva versión hallada por J. M. Fradejas, a quien me remito para el que tenga curiosidad de cotejarla [Fradejas Rueda, José Manuel. "La profecía evangelista. Un nuevo testimonio", in RLM, XXI (2009), pp. 145-155]:


PROFECÍAS DE EVANGELISTA.

Yendo en rromería a Calatrava la Vieja, salió a my vn gallo en figura de hermitaño, su escapulario puesto, que sy no fuera por el pico, no le conoçiera. Su hábito pardo, calabaça çeñida, vn cayado en la mano, en la otra vna sarta de buñuelos, rrezando el 'Verbum caro'. Saludóme. Pregúntele quién era. Rrespondióme: «A mí me llaman Pero Grillo, syervo de Sant Ylario, el qual me aparesçió esta noche a mediodia con vna grande ylluminaria de lynternas syn candelas en derredor çeñidas. Díxome: 'Despierta Pero Gryllo, syeruo mío, e oyrás la gran marauilla de vna sentençia dada en el çielo de vn grand juyzio e persecuçión que ha de ser en las gentes de todo el universo'. E porque no se me oluidase, me lo escryuió en los caxcos de mi cabeça, hasta no dexarme gota, y díxome: 'Por aquí pasará vn desuariado -que, segund las señas, vos avés de seer-. Dadle el traslado e ponga pies en camino y notifíquelo porque las gentes estén aperçebidas'». E acabado de trasladar, Pero Gryllo oyó cantar vnas rranas, e hyzo la pluma, e desaparesçió. El thenor del dicho traslado es este que sygue.

Comiença la profeçía.

El primero día de enero que verná será primero día del año, que todo el mundo no lo estorvará sy con tiempo no se rremedia. Este día amaneçerá al alua y tañerse an todas las campanas del mundo en tyrándoles de las sogas, y harán tan grande estruendo que no avrá cabeça de hombre syn su colodryllo. Verná una niebla tan grande e tan escura que cubrirá el çielo y no avrá hombre por çiego que sea que vea las estrellas a mediodía. Leuantarse a vn torvellyno tan grande que leuantará las pajas del suelo. Las gentes se meterán en sus casas por no estar en la calle. Essa noche dormirán todos los ojos çerrados por miedo del poluo. Llouerá tanta agua que mojará el suelo e matará el poluo syn confissyón. Cantarán los gallos a escuras de noche, que no se vean vnos a otros, e otro día madrugarán las gallinas, rrauiando de hambre, a escarvar en los muladares agenos. Luego harán rrelámpagos e truenos, que no avrá hombre nasçido que quede por nasçer. Luego hará vn torromoto tan espantable que los muertos no osarán rresuçitar de miedo; los coraçones estarán todos en los cuerpos, que no osarán assomar; los puerros e los ajos meterán las cabeças so tierra: no osarán sallyr hasta que salgan canos; el açafrán e çañorias e membrillos se tornarán amarillos de miedo. Las mugeres serán todas hembras; los mudos se mirarán vnos a otros callando, que no avrá sordo que los oyga. El huego se tornará caliente, que llegando las estopas se ençenderán. La tierra se escalentará tanto del grand sol que los ahorcados no osarán llegar los pies al suelo. Las piedras se tornarán todas duras como cantos. Los caminos estarán tendidos por el suelo. Los rríos correrán hasta ayuso. La mar se tornará toda agua, de manera que echando en ella vna piedra, e avn dos, no pararán fasta el suelo. Las montañas serán más altas que los llanos, de guisa que más cansarán çient hombres por vna montaña arriba que no vno caualgando por el llano. Todas las alimañas no ternán más sentido que bestias, todas llenas de pelos; las aves llenas de plumas: las golondrynas, todas de vna color, que no se conocerán la vna a la otra; los mochuelos, se les tornarán las cabeças de hechura de çebollas con dos cuentas de ámbar en la cara. Las tynajas estarán todas a las puertas, bossezando siempre. El sol estará en el çielo; sallirán las gentes a verlo al campo, cada offiçio con su entremés. El primero sallirá el pendón de los sastres, que será acabado con sus rretaços so el sobaco; pero antes que se haga será vna mortandad que no avrá hombre que dello muera que escape; será tan espantable que los que están en el ynfierno querrían estar en el parayso, e no les valdrá. E sallido el pendón de los sastres con sus agujas e dedales, sallirán los çapateros, con sus echabarriles e hormas e vñas creçidas, estirando las suelas con los dientes, e harán de vna dos. Los traperos, vareando las pulgadas de canto; los carniçeros, pensando cuernos; los texedores, añudando hylos; cambiadores, çerçenando rreales; caldereros, batiendo el cobre; aluarderos, atestando paja. Veréys tanto del escudero pelado, las manos en el costado, blasonando de los linajes, cantando la peryneta, votando a Dios; e muchos dellos mucho emplumados de tanta lazería que bien podrían botar altanería; de dos en dos, preguntando vnos a otros qué moneda corre (¡Anda, que de esperança use manteneo!); otros preguntando por el hospital, que no los acogen en parayso e deséchan(do)los del ynfierno. Tras esto, tanto cauallero, tanto señorío, rreverençias e pompas, con tanto menestryl estante verná vn torromoto e solta(r)se a el ganado. La Ley de Moysén se sobirá a lo alto, y los ynquisidores a los alcáçares por no los perder de vista. la ley de Mahomad assentará sus rreales entre sus açequias. La ley de Ihesu Xristo estará queda, fyrme más que 'superam petram': arremeterá al ganado e rromperá las açequias; todo lo talará, que no quedará rroso ni velloso; saltará vna çentella de la tienda de los ynquisidores: ençenderá el rreal de Moysén, quemará la meytad de la gente, e, como sean esforçados, no escarmentarán: tornarán a jurar por el syglo de su padre que asy no passe, mintyendo, trabucando, haziendo de 'cielo', 'çebolla'; vernán los labradores con sus collares colorados, e, commo la çebolla sea de su rralea, desque la vean tan grande commo el çielo, asirle han de las porretas e darán con el çielo en el suelo, e tomarnos ha debaxo, e no dexará cosa biua.

Y en esto, yo desperté, y halléme syn blanca ni cornado.


§ Estas "Profecías", pasarán de tal manera al acerbo popular que las "profecías de Perogrullo" son mencionadas, por ejemplo, por Juan del Encina en su obra "La almoneda":
"y un libro
de cetrería
s
para caçar quien pudiere,
y unas nuevas profecías,
que dizen que en nuestros días
será lo que Dios quisiere"
[Encina, Juan del. Obras completas (ed. Ana María Rambaldo). Madrid: Espasa-Calpe, 1978 (Clásicos Castellanos, 219), vv. 22-27, p. 2.]


Y prestemos atención a las claras reminiscencias que tiene con las "Profecías", el comienzo y final de los "Disparates trobados" del mismo Juan de la Encina, poema por el cual fue conocido fundamentalmente durante el siglo XVII, más que por sus obras teatrales, pues fue costumbre de los cómicos recitar estos y otros disparates semejantes antes de iniciar las representaciones:

Anoche de madrugada,
ya después de medio día,
vi venir en romería
una nube muy cargada;
y un broquel con una espada
en figura de ermitaño,
caballero en un escaño
con una ropa nesgada,
toda sana y muy resgada.
(...)
Todo aquesto ya pasado,
dando vueltas en un torno
vi la Luna dentro un horno
haciéndose pan pintado:
y acordé por mi pecado
sin vestidos ni camisa
y todo muerto de risa
de me ver tan despojado
y sin blanca y sin cornado.
[Encina, Juan del. Obras Completas (ed. de Ana María Rambaldo). Madrid: Espasa-Calpe, 1978, pp. 8 y ss.]
Incluso Álvar Gómez de Castro, a mediados del siglo XVI, en su "De las aves de volatería", llegó a especular sobre si Evangelista (que expresamos que es un seudónimo) sería o no de origen italiano, un tal Evangelista de Cortona.

§ También reaparecerá, por escrito, una referencia clara a estas "profecías" en el capítulo LXII de la IIª Parte de "El Quijote" de Miguel de Cervantes, cuando entabla Sancho Panza diálogo con la "cabeza encantada", preguntándole si volverá a ver a su mujer y a sus hijos:

El último preguntante fue Sancho, y lo que preguntó fue:
—¿Por ventura, cabeza, tendré otro gobierno? ¿Saldré de la estrecheza de escudero? ¿Volveré a ver a mi mujer y a mis hijos?
A lo que le respondieron:
Gobernarás en tu casa; y si vuelves a ella, verás a tu mujer y a tus hijos; y dejando de servir, dejarás de ser escudero.
—¡Bueno par Dios! —dijo Sancho Panza—. Esto yo me lo dijera: no dijera más el profeta Perogrullo.
—Bestia —dijo don Quijote—, ¿qué quieres que te respondan? ¿No basta que las respuestas que esta cabeza ha dado correspondan a lo que se le pregunta?
—Sí basta —respondió Sancho—, pero quisiera yo que se declarara más y me dijera más.


§ Asimismo, localizamos algunas perogrulladas en diversas obras de Francisco de Quevedo, destacando "El sueño de la muerte", como podemos observar:

-Este anda aquí cansando los muertos y a los diablos. Pero déjate deso y vamos a lo que importa. Yo soy Pedro y no Pero Grullo, que quitándome una d en el nombre me hacéis el santo fruta.
Es Dios verdad que cuando dijo Pero Grullo, me pareció que le vía las alas.
-Huélgome de conocerte -repliqué-. ¿Que tú eres el de las profecías que dicen de Pero Grullo?
-A eso vengo -dijo el profeta estantigua-, deso habemos de tratar. Vosotros decís que mis profecías son disparates, y hacéis mucha burla dellas. Estemos a cuentas: las profecías de Pero Grullo, que soy yo, dicen ansí:
Muchas cosas nos dejaron
las antiguas profecías:
dijeron que en nuestros días
será lo que Dios quisiere.

Pues ¡bribones, adormecidos en maldad, infames!, si esta profecía se cumpliera ¿había más que desear? Si fuera lo que Dios quisiere fuera siempre lo justo, lo bueno, lo santo; no fuera lo que quiere el diablo, el dinero y la cudicia, pues hoy lo menos es lo que Dios quiere y lo más lo que queremos nosotros contra su ley; y ahora el dinero es todos los quereres, porque él es el querido y el que quiere y no se hace sino lo que él quiere, y el dinero es el Narciso, que se quiere a sí mismo y no tiene amor sino a sí. Prosigo:
Si lloviere hará lodos,
y será cosa de ver
que nadie podrá correr
sin echar atrás los codos.

Hacedme merced de correr los codos adelante y negadme que esto no es verdad. Diréis que de puro verdad es necedad: ¡buen achaquito, hermanos vivos! La verdad ansí decís que amarga; poca verdad decís que es mentira, muchas verdades que es necedad. ¿De qué manera ha de ser la verdad para que os agrade? Y sois tan necios que no habéis echado de ver que no es tan profecía de Pero Grullo como decís, pues hay quien corra echando los codos adelante, que son los médicos cuando vuelven la mano atrás al recebir el dinero de la visita al despedirse, que toman el dinero corriendo y corren como una mona al que se lo da porque le mate.
El que tuviere tendrá,
será el casado marido,
y el perdido más perdido
quien menos guarda y más da
.
Ya estás diciendo entre ti "¿Qué perogrullada es esta?". El que tuviere tendrá -replicó luego-: pues así es, que no tiene el que gana mucho ni el que hereda mucho ni el que recibe mucho; solo tiene el que tiene y no gasta; y quien tiene poco, tiene; y si tiene dos pocos, tiene algo; y si tiene dos algos, más es; y si tiene dos mases, tiene mucho; y si tiene dos muchos, es rico. Que el dinero (y llevaos esta doctrina de Pero Grullo) es como las mujeres, amigo de andar y que le manoseen y le obedezcan, enemigo de que le guarden, que se anda tras los que no le merecen, y al cabo deja a todos con dolor de sus almas, amigo de andar de casa en casa. Y para ver cuán ruin es el dinero (que no parece sino que ha sido cotorrera) habéis de ver a cuán ruin gente le da el Señor (quitando a los profetas), y en esto conoceréis lo que son los bienes deste mundo en los dueños dellos. Echad los ojos por esos mercaderes (sino es que estén allá, pues roban los ojos), mirad esos joyeros, que a persuasión de la locura venden enredos resplandecientes y embustes de colores donde se anegan los dotes de los recién casados. ¿Pues qué, si vais a la platería? No volveréis enteros. Allí cuesta la honra, y hay quien hace creer a un malaventurado que se ciña su patrimonio al dedo, y no sintiendo los artejos el peso, está aullando en su casa. No trato de los pasteleros y sastres, ni de los roperos, que son sastres a Dios y a la ventura y ladrones a diablos y desgracia. Tras estos se anda el dinero, y no tenga asco cualquier bien aliñado de costumbres y pulido de conciencia de comunicarle ningún deseo. Dejemos esto y vamos a la segunda profecía, que dice "Será el casado marido". ¡Vive el cielo de la cama -dijo muy colérico porque hice no sé qué gesto oyendo la grullada- que si no os oís con mesura y si os rezumáis de carcajadas que os pele las barbas! Oíd noramala, que a oír habéis venido, y a aprender. ¿Pensáis que todos los casados son maridos? Pues mentís, que hay muchos casados solteros y muchos solteros maridos, y hay hombre que se casa para morir doncel y doncella que se casa para morir virgen de su marido. Y habéisme engañado, y sois maldito hombre, y aquí han venido mil muertos diciendo que los habéis muerto a puras bellaquerías. Y certifícoos que si no mirara, que os arrancara las narices y los ojos, bellaconazo, enemigo de todas las cosas. Reíos también desta profecía:
Las mujeres parirán
si se empreñan y parieren,
y los hijos que nacieren
de cuyos fueren serán.

¿Veis que parece bobada de Pero Grullo? Pues yo os prometo que si se averiguare esto de los padres, había de haber una confusión de daca mi mayorazgo y toma tu herencia. Hay en esto de las barrigas mucho qué decir, y como los hijos es una cosa que se hace a escuras y sin luz, no hay quien averigüe quién fue concebido a escote ni quién a medias, y es menester creer el parto, y todos heredamos por el dicho del nacer, sin más acá ni más allá. Esto se entiende de las mujeres que meten oficiales, que mi profecía no habla con la gente honrada, si algún maldito como vos no lo tuerce. ¿Cuántos pensáis que el día del juicio conocerán por padre a su paje, a su escudero, a su esclavo y a su vecino, y cuántos padres se hallarán sin decendencia? Allá lo veréis.
-Esta profecía, y las demás -dije yo- no las consideramos allá desta manera; y te prometo que tienen más veras de las que parecen y que oídas en tu boca son de otra suerte. Y confieso que te hacen agravio.
-Pues oye -dijo- otra:
Volaráse con las plumas,
andaráse con los pies,
serán seis dos veces tres.

Volaráse con las plumas: pensáis que lo digo por los pájaros y os engañáis, que eso fuera necedad. Dígolo por los escribanos y ginoveses, y estos nos vuelan con las plumas, mas el dinero delante. Y porque vean en el otro mundo que profeticé de los tiempos de ahora, y que hay Pero Grullo para los que vivís, llévate este mendrugo de profecías, que a fe que hay qué hacer en entenderlo.


§ Hasta aquí, pues, desde el siglo XV al XVII, claramente hemos podido observar que las perogrulladas se han relacionado con las "Profecías" del manuscrito que hemos expuesto más arriba, tal y como muestra una vez más el maestro helenista Gonzalo Correas, quien en su "Vocabulario de refranes y frases proverbiales" (1627), nos indicaba que las "Profezías de Perogrullo [son] adivizaciones vanas".
[Obsérvese que se dice "adivinaciones", no "verdades", ya que lo relaciona con las "profecías". En esto se equivocará J. Cejador, al comentar que erraba Correas al tacharlas de "vanas y falsas", "porque a la mano cerrada llamaba puño, gorullo podría aludir también al amontonamiento de dedos que se forman al cerrar el puño. Las verdades de Pero Grullo (o Perogrullo) no son vanas y falsas sino ciertas y tan comunes que son de todo el mundo, del montón o grullo". Por tanto, al decir "Pero Grullo" estamos diciendo "un Pedro del montón, un cualquiera".
Cejador y Fracua, Julio. Fraseología y estilística castellana. Vol. III. Madrid: Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1921, pág. 300].

§ Será con el paso de los siglos cuando vaya perdiendo el carácter "profético" en favor del carácter de "verdades vacuas y simples". Francisco Rodríguez Marín nos comentó en el prólogo de su edición crítica de "El diablo cojuelo" [Madrid: Clásicos Castellanos, 1918, pág. 38] otro ejemplo de perogrullada, dada por un tal Lucas de Valdés Toro, que publicó un texto, tras la aprobación del Dr. Felipe de Mendoza, "aquel empecatado cirujano cordobés que en 1630 dio a la estampa un opúsculo perogrullesco intitulado así: 'Tratado en que se prueba que la nieve es fría y húmeda' (Córdoba, Salvador de Cea, 1630. Cuatro hojas sin foliar)”, y que se sumaba con tan perogrullesco título a la polémica que sobre las características físicas y virtudes de aquélla ocupó gran parte del siglo XVII, y cuyo máximo exponente es el libro de Alonso de Burgos llamado "Método curativo y uso de la nieve en que se declara y prueba la obligación que tienen los médicos de dar a los purgados agua de nieve".

De esas verdades del montón hemos encontrado este pliego suelto titulado "Las verdades de Pedro Grullo":


Estando un día en Granada,
por no haber salido della;
que como en ella nací
la quiero como a mi tierra.
Estaba alegre y gozoso,
que no tenía tristeza,
que ninguno en esta vida,
si está triste no se alegra.
Para pasear las calles
es menester ir por ellas,
que yo no las paseara,
si acaso calles no hubiera.
Por donde fui iba andando,
puesto los pies en las piernas,
que si los pies me faltaran
en las piernas no estuvieran.
Noté las fiestas y juegos,
porque es la gente quien juega,
que si no hubiera en el mundo
gente, no se hicieran fiestas.
Paréme, cuando no andaba,
junto a un cartel de comedias,
y por nbo saber leer
nunca pude entender letra.
Fuime a Ciudad Real,
porque en Granada hay Audiencia,
y mientras estuve dentro
ninguno me vido fuera.
Llegóse una vieja a hablarme,
que también hablan las viejas,
y tienen boca y narices,
y cara como la Reina.
Eché de ver al presente,
que éramos dos, yo, y la vieja,
y que ella me hablaba a mí
y que yo le hablaba a ella.
Díjome: señor soldado,
sepa usted, que en esta tierra,
el que se casa es casado
y el que duerme no vela.
Aquí hay hombres y mujeres,
ellos machos y ellas hembras,
y que las mujeres paren
cuando la hora se acerca.
Y el que no tiene dinero
es que no tiene moneda;
aquí los niños que nacen,
todos nacen con cabeza.
En las cárceles hay presos
hombres, porque no los sueltan;
yo sé que ellos se soltaran
si las puertas les abrieran.
Luego que salí de allí,
que para salir hay puertas,
y si no hubiera salido
hasta ahora me estuviera.
Fui a comer a mi posada,
porque el comer me sustenta,
que si el comerv me faltara
sin réplica me muriera.
Aquesto me sucedió
en aquella infeliz tierra;
pues les digo la verdad,
vuestras mercedes me crean.

[Pliego suelto. Valencia: Imprenta de Agustín Laborda (entre 1746-1774)].


Llegando hasta finales del siglo XIX en coplas populares, como dejó constancia el mencionado folklorista Fco. Rodríguez Marín, en sus "Cantos populares españoles", señalando que estas coplas "darían envidia al mismísimo Pero Grullo":


7.464 Hasta ayer no supe yo
que al que muere lo entierran;
yo creía que lo llevaban
a beber a una taberna.

7.465 Quien pregunta no yerra;
y yo pregunto,
si entierran los muertos
con los difuntos.

7.466 La primer bes que te bi,
no hay duda que te miré;
y si no estabas sentado
era que estabas de pié.

7.467 Si quieres que las damas

Tras de ti anden,

Cuando vayas andando

Ponte delante.


7.468 Señal será, si hablas,
Que tienes lengua;
Y que, si muelas tienes,
No estás sin ellas.
Y es cosa clara
Que si vas al espejo
Verás tu cara.

7.469 Si quieres que el dinero
nunca te falte,
el primero que tengas
nunca lo gastes.

7.470 Veinticinco pesetas
son cien reales,
en faltando un ochavo
no están cabales.

7.471 En mi tierra se dice
por cosa cierta
de que tres y tres hacen
media docena.
Y no lo dudo;
que allí todos sabemos
de cuentas mucho.

7.472. El tabaco de polvo,
según se dice,
se toma en todas partes
por las narices.

7.473 La torre de Lebrija
tiene una cosa:
que se tiene derecha,
como las otras.

7.474 En mi casa hay un patio
tan particular,
que en lloviendo se moja,
como los demás.

7.475 Todo aquel que se casa
en el verano,
cuando llega el invierno
ya está casado.
Y en la cuaresma,
los hijos son varones,
las hijas, hembras.

7.476 Antiernoche y anoche,
y esta mañana,
antes de levantarme
estaba en la cama.
Eso sería
que antes de levantarme
me acostaría.


[Rodríguez Marín, Fco. Cantos populares españoles. Vol. IV. Sevilla: Fco. Álvarez y Cia, 1883, pp. 369-371 ].

§ Ahora bien, cabría preguntarnos si Pero Grullo es un personaje paremiológico, de raigambre en la literatura tradicional, o si realmente existió.

Partiremos de lo expresado en el siglo XIX por R. Joaquín Domínguez (principios del XIX-1848), en su "Diccionario nacional o Gran Diccionario Clásico de la Lengua Española" [Madrid-París: Mellado, 1853], quien comenta que Pero Grullo es un :

personaje o ente quimérico, extravagante, ridículo, que se supone haber existido y dejado una preciosa colección de sandeces, apotegmas, axiomas y verdades como estas: cuatro huevos son dos pares; la mano cerrada se puede llamar puño y aun de hecho se llama así; cuando no se tiene frío, es que se ha entrado en calor; al que le quitan la vida, de seguro le matan; el que gasta el último cuarto de su última peseta, regularmente se queda sin ella; casi se puede afirmar, sin temor de ser desmentido, que no ven objeto alguno los ciegos de nacimiento. Lindezas de este jaez, que son simplezas de a folio, pifias de marca mayor, pertenecen al género, al gusto y al estilo del incomparable Perogrullo. Motivos hay, sin embargo, fundados en la misma naturaleza de ciertos patanes socarrones, aparentemente bobos, y en el fondo nada lerdos, antes muy avisados y advertidos; motivos hay, repetimos, para creer que haya existido un gracioso de este nombre, segunda edición de Bartolo, si, más antiguo quizá, no ha servido de prólogo a la primera. Sentimos que la Academia nada nos diga acerca de tan interesante sujeto, limitándose a nombrarlo una sola vez en la palabra perogrullada, naturalísimo derivado suyo".

Sea cierto esto o no, indagando en viejos manuscritos el archidonés José Godoy Alcántara (1825-1875), en su "Ensayo Histórico Etimológico Filológico sobre los apellidos castellanos" [Madrid: Rivadeneyra, 1871, p. 190. nota 4], llegó a constatar que Petro Grullo "aparece como testigo en escrituras de 1213 y 1227 del becerro de Aguilar de Campóo. Coetáneo y conterráneo suyo era un 'Pedro Mentiras' o 'Petro Menzogia', que de ambos modos se le designa, con quien debió formar antítesis, si es que se trata del que ha hecho célebre la naturalidad de sus verdades".

¿Existió entonces? Lo cierto es que nada podemos afirmar taxativamente. Ahora bien, de la feliz relación entre las verdades evidentes atribuidas a este personaje folklórico o real y su éxito popular darán buena cuenta, además de las muestras que hemos visto, el que este personaje se vio incorporado en el teatro nacional áureo como prototipo de la figura de "gracioso o donaire" en las comedias de figurón (junto a los nombres de Blas, Gil y Lucas).
[Lanot, Jean Raymond. "Para una sociología del figurón", in Risa y sociedad en el teatro español del Siglo de Oro. París: CNRS, 1981, pp. 134-135].

3. PERISOLOGÍA.

Dice el DLE, que "persisología" procede del latín tardío "perissologĭa", y este del griego "περισσολογία" (perissología), y que es una figura retórica basada en un "defecto de la elocución, que consiste en repetir o amplificar inútilmente los conceptos".

En la edición de la obra de Bartolomé Jiménez Patón, "Elocuencia española en arte", de 1604, Fco. J. Martín indica que a las perogrulladas las denominó Patón "perisología", que

"es un aumento de palabras sin que tengan fuerza en la oración, como diciendo: Iban por do podían, por do no podían no iban. A estos modos de hablar decimos grandes verdades, grandes necedades. Y por otro nombre las verdades de Pero Grullo, y notas de Juan de la Encina. Desta condición es una carta que vi yo escrita de mano de un galán, que comenzaba: Como el mensajero se fue sin ella, no la llevó, y así se quedó acá por no llevalla. Y quien tantas palabras decía sin necesidad, aunque sí con necedad, no dijo en todas ella la carta".
[Jiménez Patón, Bartolomé. Elocuencia española en arte. Ed. de Fco. J. Martín. Barcelona: Puvill Libros, 1993, pág. 383].

No obstante, tenemos que dejar constancia de que la referencia a Perogrullo, en la edición princeps de Patón, de 1604, no figura, como podemos observar en la imagen de la izquierda.
[Jiménez Patón, Bartolomé. Elocuencia española en arte. Toledo: Thomás de Guzmán, 1604, fol. 47r.]

4. TAUTOLOGÍA.

El DLE dice que el término "tautología" procede del griego "ταυτολογία" (tautología), y que significa 'acción de decir', siendo una figura retórica que consiste en la "acumulación reiterativa de un significado ya aportado desde el primer término de una enunciación, como en 'persona humana'.". Más aún, nos señala que es una "repetición inútil y viciosa". Por tanto podemos decir que una tautología es una afirmación o negación obvia, vacía o redundante. Es repetición de un pensamiento expresado de distintas maneras.

A. Marchese y J. Forradellas señalan que la tautología es una «figura lógica que consiste en presentar una proposición cuyo predicado no añade nada nuevo con respecto al tema: 'Mario, convéncete, el noviazgo es el noviazgo' (Delibes). Considerada como un vicio lógico, la tautología puede algunas veces adquirir un extremado valor expresivo; recordemos la famosa de Gertrud Stein: 'Una rosa es una rosa es una rosa'».
[Marchese, A. et Forradellas, J. Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria. Barcelona: Ariel, 1986, pág. 398.]

Su forma más común es la señalada por Jiménez Patón, de "X es X", o de "X no es X": "donde son daños los daños,/ y los gustos no son gustos" (Villamediana).

F. Lázaro Carreter añade un elemento más a tener en cuenta, pues nos dice que es un "fenómeno que se produce en formaciones del tipo 'puente de Alcántara [Alcántara significa puente en árabe, por lo que estamos diciendo 'puente del puente'], ciudad de Medina [en árabe ciudad es Medina, por lo que estamos diciendo 'ciudad de ciudad'], calle de la rúa [rúa significa calle], etc., en que nombre y denominación significan lo mismo". [Lázaro Carreter, Fernando. Diccionario de términos filológicos. Madrid: Gredos, 1984, pág. 388].

Es lo que se conoce como redundancia toponímica o tautoponimia, denominaciones geográficas pleonásmicas. Es el caso de:

• Barranco de la Ramblella (cuando "ramblella" significa "barranco", por lo que estamos diciendo "barranco del barranco").
• Camino Carramolino (que procede de "carra", voz celta que significa « el camino», por lo que estamos diciendo "camino del camino del molino").
• Castillo de Alcalá (que procede de al-qala, «el castillo» en árabe, por lo que estamos diciendo castillo del castillo).
• Castillo de Castro ("castro" significa castillo ya, por lo que estamos diciendo "castillo de castillo").
• Cerro la Pina (en vasco "bina, bena" > pina, pena significa "cerro", por lo que estamos diciendo "cerro del cerro").
• Desierto del Sáhara (es decir "desierto desierto"), lo mismo que Desierto de Gobi.
• Huerta del Parral (en vasco "bara, barra, baratze" es huerta, vega, por lo que estamos diciendo "huerta de la huerta").
• Monte Fujiyama (es decir "monte monte Fuji", pues "yama" significa monte).
• Pueblo de Medinaceli (que procede de «Madīnat as-Sālim», pueblo de Salim, en árabe, por lo que estamos diciendo "pueblo pueblo de Salim"). Lo mismo ocurre con el pueblo de La Almudema ("el pueblo pequeño").
• Pueblo de Ossa de Montiel (que procede del vasco ausa > ossa, "pueblo", por lo que estamos diciendo "el pueblo del pueblo de Montiel").
• Puente de Alcántara, Alcantarilla (que procede de al-Qantara, «puente», por lo que estamos diciendo "el puente del puente").
• Puerta de Bisagra (que procede del árabe "bab", puerta y "shara" roja, por lo que estamos diciendo "puerta de la puerta roja").
• Río Guadalquivir (que procede de al-wādī al-Kabir «río o cauce grande» en árabe, por lo que estamos diciendo río río grande).
• Río Guadiana (que procede de al-wādī al-Anas «río de los patos» en árabe, por lo que estamos diciendo río río de los patos).
• Río Guadalhorce (que procede de al-wādī l-jurs, «río de la guarda» o «río silencioso», por lo que estamos diciendo río río de la guarda).
• Río Guadalmedina (que procede de al-wādī al-madinat «río de la ciudad» en árabe, por lo que estamos diciendo río río de la ciudad).
• Y todos los ríos de la península que comienza por "wad-": Guadalaviar («río de los pozos», como fue conocido el Turia), Guadalete (río Lete), Guadalupe (río escondido), Guadarrama (río del Arenal), etc....
• Río Paraguay (que procede del guaraní y significa «río grande», por lo que estamos diciendo río río grande).
• Valle de Arán (donde "Arán" significa valle, por lo que estamos diciendo "valle del valle")..
(...)
[García Pérez, Guillermo. "Redundancia toponímica (España y Portugal)", in El Nuevo Miliario, 2 (2006), pp. 44-56]


5. REDUNDANCIA.

Define el DLE redundancia como "repetición o uso excesivo de una palabra o concepto. Cierta repetición de la información contenida en un mensaje, que permite, a pesar de la pérdida de una parte de este, reconstruir su contenido". Por tanto, le da el matiz de vicio cuando dice "excesivo".

R. del Moral considera al pleonasmo "cercano a la redundancia" y a la tautología, denominándolas figuras de repetición o insistencia. Define la redundancia como "un tipo de pleonasmo", un "procedimiento retórico (a veces peyorativo) que consiste en repetir la misma idea o concepto, aunque sea de varias formas", pudiendo ser un vicio o erro de lenguaje (en el caso de "subir hacia arriba", "lo vi con mis propios ojos") o "puede ser un procedimiento para insistir, marcar el ritmo, el estilo, el juego de palabras o el tono irónico", poniendo como ejemplo el poema "En un cromo", de M. Gutiérrez Nájera:

Niña de la blanca enagua
que miras correr el agua
y deshojas una flor;
más rápido que esas ondas,
niña de las trenzas blondas
pasa cantando el amor.

Ya me dirás, si eres franca,
niña de la enagua blanca,
que la dicha es el amor;
mas yo haré que te convenzas,
niña de las rubias trenzas
de que olvidar es mejor.
[Moral, Rafael del. Diccionario práctico del comentario de textos literarios. Madrid: Verbum, 2004, pág. 253]

Por regla general se suele reservar el término redundancia cuando se ha considerado el pleonasmo como un vicio. Así lo establece Lázaro Carreter: "repetición inútil de un concepto. Puede considerarse como un tipo de pleonasmo vicioso".
[Lázaro Carreter, Fernando. Diccionario de términos filológicos. Madrid: Gredos, 1984, pág. 346].

Finalmente debemos recordar que I. Bosque nos hace observar que la concordancia es una redundancia, y las oraciones que contienen duplicación nominal ("A María le duele la cabeza", "A mí me gustó mucho el partido", etc.) o las que contienen pronombres o adverbios negativos ("No vino nadie") son redundantes también, pero necesarias, pues enfatizan el sentido, las primeras, y lo exigen las reglas gramaticales en la denominada "concordancia negativa".
[Bosque, Ignacio. Conferencia dada en Río de Janeiro el 26-06-2004: "Sobre la redundancia y la forma de interpretarla", in I Simposio de Didáctica del español para extranjeros: Teoría y Práctica, [en línea] http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/publicaciones_centros/PDF/rio_2004/03_bosque.pdf ]

A lo que A. Marchese y J. Forradellas añaden el discurso redundante "(repetición de palabras, modulaciones tonales, pausas, etc.), y el discurso poético, en el cual las estructuras métricas, rítmicas, etc., eliminan las redundancias en favor de la pluriisotopía: la correlación de los diversos elementos del texto (fonoprosódicos, semánticos, sintácticos) y la naturaleza paralelística e iterativa propia del discurso poético crean una nueva y distinta redundancia, que ha de ser entendida como riqueza conativa del mensaje".
[Marchese, A. et Forradellas, J. Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria. Barcelona: Ariel, 1986, pág. 343.]




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