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1 de junio de 2015

COLLIGE, VIRGO, ROSAS , "coge, doncella, las rosas". (Tópico) . (I). Definición y aproximación.


Vamos a explicar en esta entrada el significado del tópico literario "collige, virgo, rosas", superando con creces el centenar de 100 y autores.

SUMARIO:
Esta entrada consta de 4 secciones:
I.- Definición y aproximación.
a) Collige, virgo, rosas.
b) Rosa, la flor de la edad = juventud.
c) Rosa = belleza.
d) La rosa y su relación con la mitología.
e) Rosa = amada.
f) Rosa en un jardín de amor.
g) Rosa como imagen sexual.
h) Rosa = tiempo breve.
i) Propuesta de definición del tópico "collige, virgo, rosas".
j) "Collige, virgo, rosas" y su relación con "carpe diem".
k) Colofón. Rosa como expresión popular.
l) Algunos autores que nos servirán de modelo.

II. El tópico en la época grecolatina y Edad Media.
III. El tópico en los siglos XVI y XVII.
IV. El tópico en los siglos XVIII a XXI.

§ "COLLIGE, VIRGO, ROSA".

Este término, "(re)coge, doncella, las rosas" (de tu juventud)" es un tópico literario relacionado ineludiblemente al paso del tiempo, que se define por la invitación (generalmente a la mujer) a disfrutar y gozar de su juventud, del amor.

Antes de ver su evolución a lo largo de los siglos, vamos a intentar explicar estos tres elementos: "coge", "doncella", "rosas", por separado y luego como un todo, para llegar a una conclusión y propuesta definitoria.

"COLLIGE". De acuerdo con ello, diremos que una de las características fundamentales de este tópico es que suele llevar explícito, por regla general, el imperativo "collige", que tiene el significado de "RECOGE".

"Collige" viene a expresar: cosecha, reúne con las manos, corta, retén.

Ello conllevará que esta acción vaya relacionada con la vida, con el tiempo: "haz un ramo de rosas, reúnelas, córtalas y retén el tiempo de su muerte próxima, que sucederá inmediatamente al caer la noche".

Ahora bien, inicialmente la invitación se hace para convertir ese momento en un hecho gozoso vivido, capaz de poder hacerlo perdurable en el recuerdo (teniendo como variación, adelantado el siglo XX, no sólo el sentimiento de goce aportado por el ser amado, sino el propio placer que provoca el deseo de quien ama, tal y como expresará el griego C. Kavafis):

Cuerpo, recuerda no solamente cuánto fuiste amado,
no sólo los lechos en que te acostaste,
sino también aquellos deseos que por ti
brillaban en los ojos manifiestamente
,
y temblaban en la voz -y algún
obstáculo casual los hizo vanos.
Ahora que todo ya está en el pasado,
parece casi como si a los deseos
aquellos te hubieses entregado -cómo brillaban,
recuerda, en los ojos que te miraban;
cómo temblaban en la voz, por ti, recuerda, cuerpo.