La enamorada con frecuencia suele despreciar al amante, rechazándolo e impidiendo la felicidad deseada de la unión y el afecto entre los dos. Partiendo de este hecho, unas veces la amada es vista como una cruel enemiga, como "amada enemiga". Este un tópico frecuente en la poesía de los "Cancioneros" y desarrolla la doble faceta del amor: positivo y negativo.
Pero otras veces, aparece el tópico condimentado por la dulzura de la amada, de manera que se convierte en la "dulce enemiga" ("dolce mia nemica"), de Petrarca, que aparece al menos unas 8 veces en su "Canzionere", y que entronca con la "ma douce ennemie" de los trovadores provenzales.
Veremos en esta entrada ejemplos de Petrarca, Serafino Aquilano, Garcilaso de la Vega, Gutierre de Cetina, Francisco de Terrazas, Baltasar el Alcázar, Lope de Vega, Miguel de Cervantes, Alonso Pérez, Luis de Góngora, José Marchena, entre otros.