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13 de marzo de 2015

AL-ANDALUS SE CONVIRTIÓ EN UN MOSAICO MULTIRRELIGIOSO DURANTE LA EDAD MEDIA. INTRODUCCIÓN CONTEXTUAL A LA LÍRICA EN AL-ANDALUS DURANTE LA EDAD MEDIA.


Debido a la gran variedad étnica, que hemos visto en artículos anteriores, Al-Ándalus se convirtió en un mosaico multirreligioso, favorecido por que se toleraron los dhimmí (ذمّي), los protegidos (esto es, los cristianos, judíos y mazdeístas), que no debían ser convertidos a la fuerza al islam, según el Corán, de manera que éstos, llamados “gentes del libro” o Ahl al-kitab (أهل الكتاب), permanecieron con un status especial relativamente tranquilo hasta el siglo XI, a través del estatuto de la “Gente del Pacto” o Ahl al-Dhimma (أهل الذمة).

A estos se les permitía cierta autonomía en la administración de sus propias comunidades, de modo que los mozárabes contaban con su propio “comes” (conde), en árabe “kumis”, que dirigía la comunidad, servía de interlocutor con la jerarquía árabe y nombraba a los funcionarios necesarios para la administración de la comunidad y para la recaudación de los impuestos. Este comes desde el principio fue un descendiente de Witiza (así el príncipe Ardabastro, último hijo de Witiza, fue el primer “comes” de Córdoba, y sabemos que en 970, el “comes” Abu Said, totalmente arabizado, era descendiente directo de este Ardabastro , como el juez Hafs ibn Alvaro).
[ Lévi-Provençal, Évariste.- “España musulmana (711-1031): La conquista, el Emirato, el Califato”, in Historia de España (dirigida por Menéndez Pidal), Tomo IV, Madrid, Espasa-Calpe, 1.950, pág. 108.]

«Pero esta protección implicaba y establecía una desigualdad perpetua, porque el dimmí no era ciudadano del Islam dada su condición religiosa, ni podía participar en el mismo régimen político y fiscal de los creyentes, y aunque prestaron siempre importantes servicios administrativos, caso de los mozárabes, en general siempre sufrieron una mayor o menor marginación dependiendo del incremento o relajación del islamismo que se implantaba desde el poder central. Su singularidad religiosa y jurídica se plasmó en la existencia de barriadas separadas en muchas ciudades, lo que perpetuaba la marginación y, sobre todo, en el pago de los impuestos clásicos, uno de carácter territorial (jarach) por cada unidad de superficie y otro personal (chizya) cuyo importe variaba según las fortunas y que pagaban los varones entre 20 y 50 años, de los que el musulmán estaba exento por principio, aunque los bereberes convertidos no podían decir lo mismo. A estos impuestos legales se sumaron en los siglos IX y X las contribuciones extraordinarias que afectaban a todos, incluido los musulmanes. En todo caso con el tiempo, los dimmíes andalusíes, aunque conservaban su religión y con ella el uso de sus peculiaridades culturales, recibieron una fuerte influencia del islamismo y formaron, de hecho, parte integrante de él».
[Arteseros, Francisco de Asís.- “La civilización andalusí”, in Álvarez Valenzuela, Vicente Angel (coor.), Historia de España de la Edad Media, Barcelona, Ariel, 2.008, pág. 198].

Por ello, el norteamericano R. W. Bulliet [Conversion to Islam in the Medieval Period, an essay in quantitative history. Cambridge-Massachusettes, Harvard University Press, 1979, pp. 114-127] y Thomas F. Glick [Islamic and Christian Spain in the Early Middle Ages, Brill, Leiden, 2.005], después, explicaron que la islamización fue lenta y tardía ―llegando a considerar que en la época de ‘Abd al-Rahman III (principios del siglo X), los cristianos eran todavía ¾ partes de la población de la península― variando, lógicamente, de unos lugares a otros, afectando más, y más rápidamente, a los muladíes (indígenas hispanos convertidos al islam) de la ciudad que a los del campo, como mostró J. P. Monferrer [“Los cristianos arabizados de al-Andalus”,in Viguera Molins, María Jesús (dir.), Historia de Andalucía. III. Andalucía en al-Andalus. Sevilla, Fundación J. Mª Lara-Planeta, 2.006, pág. 234].

Recordemos, además, que a lo largo de las décadas del 740 y750, la población cristiana se refugió en Asturias, por lo que a partir del 800, numerosos cristianos fugitivos del sur (hispani) huyeron hacia Cataluña y Occitania; que tras los disturbios de los mártires mozárabes de Córdoba, una cuantiosa cifra de ellos se dirigió a la zona gallega y leonesa; que en el siglo X, tras el aplastamiento de la insurrección de Bobastro, muchos mozárabes se fueron hacia el reino de León; y que, tras el asentamiento de los almohades, fueron bastantes los mozárabes que se establecieron en Castilla. No obstante lo dicho, sólo con la entrada de los almorávides se llegaría a una cifra cercana al 75% de habitantes islamizados en Al-Ándalus (recordemos las deportaciones de mozárabes de Málaga, Granada y Córdoba al Magreb).

No obstante, no toda la crítica está de acuerdo con este planteamiento. Así, Mikel de Epalza y otros como R. W. Bulliet [Conversion to Islam in the Medieval Period, an essay in quantitative history. Cambridge-Massachusetts, Harvard University Press, 1.979, pp. 104-127], Évariste Lévi-Provençal [“Instituciones y vida social e intelectual” in Historia de España (dirigida por Ramón Menéndez Pidal), Tomo V: España musulmana hasta la caída del califato de Córdoba (711-1031 de JC). Madrid, Espasa-Calpe, 1.982, pp. 101 y ss.], R. Arié [“España musulmana (siglos VIII-XV)”, in Historia de España (dir. por M. Tuñón de Lara), Vol. III. Barcelona, Labor, 1.984, pp. 169-206], etc…, consideran que muy pronto los cristianos entraron en un proceso de decadencia y marginalización, pues para el siglo X ya se habría convertido cerca del 75% de la población y para el año 1.100 cerca del 80%.

Así, Cyrille Aillet alude que

«l’existence d’une importante minorité chrétienne en al-Andalus jusqu’au XIIe siècle n’offre pourtant plus aucun doute, comme le montre à nouveau la contribution de Jean-Pierre Molénat. Bien qu’il soit imposible de proposer des estimations numériques, il semble que la proportion de musulmans en al-Andalus soit devenue majoritaire dès le Xe siècle au moins. Vers le milieu du IXe siècle, on constate, en effet, l’apparition d’un sentiment minoritaire chez les auteurs chrétiens de Cordoue, mais aussi la conversión d’une partie importante des élites locales dans les campagnes, donnant naissance au groupe des muwallad-s.»
[Cyrille Aillet, Mayte Penelas et Philippe Roisse (ed.).- ¿Existe una identidad mozárabe?: historia, lengua y cultura de los cristianos de Al-Ándalus (siglos IX-XII). Madrid, Casa de Velázquez, 2.008, pág. X.]




BIBLIOGRAFÍA.-



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